Estados Unidos informa sobre la explosión de un dron de los hutíes cerca de sus buques de guerra y otros comerciales
Este nuevo suceso se ha producido poco después de que Washington y sus aliados emitiesen un comunicado conjunto advirtiendo a los rebeldes hutíes de que sus ataques contra embarcaciones en el mar Rojo tendrían consecuencias.
El comandante del Mando Naval Central de Estados Unidos, el vicealmirante Brad Cooper, ha informado este jueves sobre la explosión de un dron lanzado por los rebeldes yemeníes hutíes cerca de los buques de guerra estadounidenses y otros navíos comerciales en el mar Rojo.
“El vehículo aéreo no tripulado recorrió 15 millas (unos 24 kilómetros) desde el territorio controlado por los hutíes en Yemen. (...) Todos los ataques que los hutíes han realizado contra el transporte marítimo han ocurrido en las densas rutas marítimas. El propio dron se encontraba en estas rutas, a un par de millas (unos tres kilómetros) de los barcos mercantes y de los buques de la Armada de Estados Unidos. Todos vimos cómo explotaba”, ha explicado Cooper durante una rueda de prensa del Departamento de Defensa.
Asimismo, el vicealmirante ha asegurado que, desde que comenzaron los ataques de los hutíes tanto contra objetivos israelíes como contra barcos comerciales, Estados Unidos ha interceptado en torno a 60 drones y misiles, 19 de ellos desde el inicio de la operación ‘Guardián de la Prosperidad’, encabezada por Estados Unidos y que tiene como objetivo declarado garantizar la seguridad de navegación en el mar Rojo.
Este nuevo suceso se ha producido poco después de que Washington y sus aliados emitiesen un comunicado conjunto advirtiendo a los rebeldes hutíes de que sus ataques contra embarcaciones en el mar Rojo tendrían consecuencias.
Los rebeldes, respaldados por Irán, han lanzado varios ataques contra Israel a raíz de la ofensiva militar israelí contra Gaza. En el marco de sus acciones en el mar Rojo, han secuestrado un buque --el ‘Galaxy Leader’-- y han llevado a cabo ataques con drones y misiles contra otros, causando daños en al menos dos de ellos.
En este contexto, las compañías navieras internacionales se han visto obligadas a desviar sus buques hacia el cabo de Buena Esperanza, en Sudáfrica, bordeando así el continente africano, lo que añade “costes significativos y semanas de retraso a la entrega de mercancías”, que ahora corren más peligros.
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