Fin de semana sangriento en EE.UU. abre nuevo flanco para Trump

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Zapatillas de las víctimas frente al bar Ned Peppers, en Dayton, Ohio. Foto: AP

En un lapso de 13 horas, dos tiroteos masivos sacudieron al país. En El Paso, 20 personas fueron abatidas en un local de Walmart, y en Dayton (Ohio) murieron nueve. Los demócratas lanzaron de inmediato duros dardos contra Trump.


Patrick Crusius, un joven blanco de 21 años, recorrió 1.046 kilómetros desde Allen, un suburbio de Dallas, para llegar a El Paso (Texas), en la frontera con México. Manejó más de 10 horas con un solo objetivo: matar al mayor número de personas posible en un local de Walmart, donde cada fin de semana acuden cientos de mexicanos. Y lo consiguió: 20 personas fueron asesinadas a sangre fría, mientras que otras 26 sufrieron heridas de gravedad, en el octavo tiroteo más sangriento en toda la historia de Estados Unidos.

Diecinueve minutos antes de que el primer llamado al 911 alertara del tiroteo en El Paso, un manifiesto de cuatro páginas publicado en un foro frecuentado por extremistas y que se cree fue escrito por Crusius, calificó el ataque como "una respuesta a la invasión hispana de Texas". Así, esta matanza estaba siendo investigada como un crimen de odio, aunque oficialmente las autoridades estadounidenses informaron que se trataba de "terrorismo".

Mientras Patrick Crusius era llevado a la cárcel y pesquisado, en el otro extremo del país, en Dayton (Ohio), otro atacante abrió fuego en una concurrida zona del centro, dejando nueve muertos y 27 heridos. El sospechoso, identificado como Connor Betts, un joven blanco de 24 años, estaba armado con un rifle con cargadores de alta capacidad y fue abatido en 30 segundos. Entre las víctimas mortales figura su hermana, Megan Betts.

Ambos tiroteos, el número 22 con más de cuatro víctimas fatales en lo que va del año en Estados Unidos, impactaron al país y también a la carrera por la Casa Blanca.

En ese sentido, los aspirantes de la oposición demócrata culparon a Donald Trump por supuestamente avivar las tensiones raciales, mientras que exigieron leyes más estrictas sobre armas. Solo en lo que va de 2019, de acuerdo con el sitio Gun Violence Archive, se han registrado 33.116 incidentes con armas y 8.758 muertos.

Recién a las 16:33 el Presidente Donald Trump -más de 24 horas después de lo ocurrido en El Paso-, hizo una declaración pública en la que señaló que "el odio no tiene cabida" en Estados Unidos.

Además atribuyó todo a un "problema de salud mental". Antes había tuiteado que la matanza en Texas era "un acto de cobardía" y que junto a su esposa Melania estaban rezando por las víctimas.

Pero diversos flancos se abrieron de inmediato para Trump. De partida, en el documento que aparentemente dejó el atacante de El Paso, se expresa una preocupación porque los hispanos en Texas reemplacen en un futuro cercano a los blancos de la tercera edad, lo que podría transformar a ese estado en un bastión demócrata y no republicano como ha sido tradicionalmente. Además, una cuenta de Twitter que parecería pertenecer a Crusius incluía mensajes favorables a Trump y al muro que pretende construir en la frontera.

"Es un racista declarado"

Por eso, cuando un periodista le preguntó el sábado al precandidato presidencial demócrata Beto O'Rourke, oriundo de El Paso, sobre si la matanza en el Walmart podría tener relación con la retórica de Trump, éste respondió: "Sí". "Es un racista declarado y abierto, que está alentando más racismo en este país", dijo.

"Debemos unirnos como nación para rechazar esta peligrosa y creciente cultura de la intolerancia adoptada por Trump y sus aliados", afirmó el senador y precandidato demócrata, Bernie Sanders.

Pero otro preabanderado del partido, Cory Booker, fue más allá, al sostener que "Donald Trump es responsable de esto. Él es responsable porque está avivando los temores, el odio y la intolerancia".

Al mismo tiempo, la senadora y precandidata Elizabeth Warren, una de las favoritas de las encuestas, lanzó vía Twitter: "El Presidente en persona promueve el racismo y la supremacía blanca".

Víctimas mexicanas

Sin embargo, el debate escaló aún más después de que el propio Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, informó que seis de las 20 víctimas de El Paso son mexicanas. Poco antes, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, anunció que el gobierno tomará acciones legales "contundentes" para exigir a Estados Unidos que proteja a sus ciudadanos en ese país.

El tiroteo de El Paso y el de Dayton pasaron a engrosar la lista negra de los ataques más graves de los últimos 20 años en Estados Unidos, como lo ocurrido en 2017 durante un concierto country en Las Vegas, la matanza de 2016 en una disco gay en Orlando o las masacres en Virginia Tech en 2007 y contra la escuela Sandy Hook en 2012.

"En un país que se ha vuelto casi insensible a los hombres con armas que abren fuego en las escuelas, en los conciertos y en las iglesias, los ataques armados en menos de 24 horas fueron suficientes para dejar al público aturdido y sacudido", señaló The New York Times, al intentar explicar los efectos que tendrán las dos nuevas masacres que han vuelto a enlutar a Estados Unidos.

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