Francia y su apuesta por la economía circular: bonificará la reparación de ropa y calzado para reducir los residuos
A partir de octubre, las personas podrán reclamar entre 6 y 25 euros del costo de la reparación de ropa y calzado en los talleres o zapateros que se hayan adherido al plan.
¿Un tacón quebrado, un desgarro en los pantalones, una camisa sin botones? No los deseche si vive en Francia. Las autoridades de ese país pagarán una prima para animar a los ciudadanos a reparar su ropa y calzado en lugar de tirarlos a la basura, según anunció el gobierno.
A partir de octubre, las personas podrán reclamar entre 6 y 25 euros del costo de la reparación de ropa y calzado en los talleres o zapateros que se hayan adherido al plan. El objetivo es reducir las 700.000 toneladas de ropa que los franceses tiran cada año, dos tercios de las cuales acaban en los vertederos.
El martes, durante una visita a los locales parisinos de La Caserne, centro de la moda responsable, la secretaria de Estado de Ecología, Bérangère Couillard, declaró que “a partir de octubre, los consumidores podrán recibir ayuda para reparar su ropa y calzado”.
“El objetivo es apoyar a quienes realizan reparaciones”, dijo Couillard durante la visita. Esto animaría a talleres y minoristas a ofrecer servicios de reparación con “la esperanza de recrear puestos de trabajo”.
Couillard invitó a “todos los talleres de costura y zapateros a unirse al sistema”, que será sellado por la organización ecológica Refashion, que ha recibido instrucciones del gobierno para apoyar una industria más sostenible.
En virtud de este plan que promueve el desarrollo de la economía circular, los clientes podrán reclamar un “bono de reparación” de seis euros por arreglar un tacón y entre 10 y 25 euros por la reparación de ropa con cargo a un fondo de 154 millones de euros creado para cubrir el período 2023-2028.
Según Refashion, en 2021 se recogieron 244.448 toneladas de piezas textiles, es decir, a razón de 3,6 kg por habitante. En tanto, se pusieron en el mercado 2.800 millones de piezas textiles (prendas de vestir, zapatos y ropa de hogar), es decir, aproximadamente 10,5 kg por habitante, lo que representa 715.000 toneladas, o casi 71 Torres Eiffel.
Refashion, señala el diario The Guardian, tiene como objetivo alentar a las personas no solo a reparar y reutilizar, sino también a reducir la cantidad de textiles que compran y a donar los que ya no quieren. Argumentan que alrededor del 56% de las piezas recolectadas se reutilizan y el 32% se recicla para dar vida a nuevos materiales.
Siguiendo el modelo de la prima de reparación de electrodomésticos, el “bono de reparación” forma parte de una amplia reforma del sector textil, una de las industrias más contaminantes del planeta, iniciada por el gobierno francés desde finales de 2022, que también busca combatir lo que se denomina moda rápida.
Incluso, ya en 2019, Women’s Wear Daily informó que Brune Poirson, de la Secretaría de Estado del Ministerio de Transición Ecológica, estaba impulsando una ley que prohibirá que las firmas quemen la ropa que no venden. El entonces primer ministro Édouard Philippe dijo que Francia sería la primera en adoptar formalmente esta medida.
En esa línea, los gobiernos de la Unión Europea acordaron en mayo pasado que el bloque debería prohibir la destrucción de textiles no vendidos, parte del impulso verde de la UE para reducir los desechos a través de una mayor reutilización y reciclaje.
Según Reuters, el consumo textil en Europa tiene el cuarto mayor impacto sobre el medio ambiente y el cambio climático después de la alimentación, la vivienda y la movilidad. Cada año se desechan alrededor de 5,8 millones de toneladas de textiles en la UE, aproximadamente 11 kg por persona, gran parte de los cuales se depositan en vertederos o se incineran. En el caso de EE.UU., se desechan hasta 11,3 millones de toneladas de residuos textiles cada año, alrededor de 2.150 prendas por segundo, destacó Bloomberg en 2022.
La producción de ropa, en tanto, se duplicó entre 2000 y 2014, mientras que la cantidad de prendas compradas per cápita en el mismo período aumentó alrededor de un 60%, según McKinsey & Company.
En cuanto a la moda rápida, el mercado mundial crecerá de US$ 106.420 millones en 2022 a US$ 122.980 millones en 2023, a una tasa de crecimiento anual compuesta del 15,6 %, apunta el Fast Fashion Global Market Report 2023 publicado en febrero.
Una clase media con aspiraciones en regiones pobladas como Asia, combinada con un auge en el comercio electrónico, es responsable de gran parte de este crecimiento, junto con métodos de fabricación y envío más baratos y rápidos, apunta el sitio Eco-business.
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