Hablan chilenos en Minnesota, el foco de protestas por caso Floyd
Tres residentes del estado cuentan a La Tercera la convulsión social que desencadenó el asesinato del ciudadano afroamericano y la discriminación racial vigente en Estados Unidos.
En la esquina de la Avenida Chicago y la E 38th Street, en Minneapolis (estado de Minnesota), un círculo pintado en el suelo junto a flores, fotografías y un letrero que dice “Lugar Sagrado”, es parte del memorial en recuerdo al lugar en que George Floyd fue asesinado bajo custodia policial tras 8 minutos y 46 segundos en que no pudo respirar. La zona es cercana a donde tres chilenos entrevistados por La Tercera viven o han pasado aunque sea una vez durante los últimos años y que desde ahora tendrá un nuevo significado tras las movilizaciones en repudio a la muerte de Floyd.
Para ellos, el homicidio del ciudadano afroamericano se suma a una serie de historias de discriminación, como las de Philando Castile, afroamericano abatido por la policía en 2016 al interior de su vehículo donde viajaba junto a su pareja y su hija de cuatro años. O la de Justine Damond, de 40 años, que murió por un disparo de la policía después de que llamó para denunciar un posible asalto.
“Yo he sentido cierto racismo desde que llegué en 1981. No ha sido tan directo como con George Floyd, pero hay situaciones que ocurren. De regreso a un viaje a Chile estaba en el salón VIP del aeropuerto hablando por videollamada con mi sobrino. Solamente por haber estado hablando en español en público, un estadounidense me dice que baje el tono y me pregunta: ¿De dónde eres? Para luego decirme que por qué no me regreso a Chile. Le respondí con todos los garabatos que sé en inglés, pero eso demuestra que el racismo y discriminación ocurre en todos los rangos”, señala Leonardo Saavedra, médico y residente de Golden Valley.
Según el Censo de 2016, hay entre 800 y 900 chilenos en Minnesota. Teresa Palacios-Olson llegó en 2000 al estado y tras presidir el Club de Chilenos en Minnesota ahora es cónsul honoraria de Chile. Para ella las movilizaciones iniciaron como “una expresión de desesperación ante un hecho brutal”.
“Hubo bastantes protestas pacíficas, pero desde el viernes se tornaron violentas, llegando a la destrucción de edificios y negocios, muchos de ellos de extranjeros residentes. El toque de queda no se ha respetado mucho y muchas personas fueron arrestadas, pero hasta el momento no tenemos información que incluya a algún chileno”, sostiene Palacios-Olson.
A pesar de entender y respaldar el descontento social, una de las preocupaciones es que las multitudinarias protestas se dan en medio de una pandemia, por lo que se podría generar un aumento brusco de casos positivos a Covid-19.
“Minneapolis es bastante acogedora y bonita, pero a la vez es un estado bastante blanco y esconde gestos. Los casos de racismo siempre se dan, quedan en la prensa, pero con el asesinato de George Floyd la rabia explotó y todos los grupos de inmigrantes están unidos”, sostiene Eva Palma, chilena de 44 años con más de 20 años en Estados Unidos.
“Rabia arrastrada”
Al igual que muchos ciudadanos permanecieron en su casa por el coronavirus, Eva salió para visitar el memorial de George Floyd con mascarilla, “pero sin cumplir el distanciamiento social. La gente parece que olvidó el corona porque el tema racial es más fuerte”.
Para el médico cirujano, Leonardo Saavedra, las protestas “desataron una rabia arrastrada desde hace 300 años por la esclavitud y que por todas las muertes de personas afroamericanas en manos de la policía que han quedado impunes”.
Debido a los turnos médicos que cumple, no ha podido asistir a las movilizaciones, pero sí lo han hecho sus hijas y su esposa. Durante el fin de semana participaron en una vigilia para pedirle al fiscal que imponga cargos contra los otros tres policías involucrados en el asesinato de George Floyd.
Saavedra señala que desde hace dos semanas llegan más pacientes con Covid-19 y que por las marchas, podría haber un rebrote.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.