Idlib: el modelo que los rebeldes pretenden replicar en Siria

rebelde en Idlib
Un combatiente rebelde porta un arma mientras se encuentra a la entrada de la ciudad de Saraqeb, en la provincia noroccidental de Idlib, Siria, el 1 de diciembre de 2024. Foto: Reuters

La región del noreste del país ha estado bajo el control del grupo Hay’at Tahrir al-Sham (HTS, Organización para la Liberación del Levante) desde 2017. Allí establecieron un gobierno que ha brindado estabilidad a la zona desde que estalló la guerra civil en 2011. Si bien los expertos señalan que el líder de la agrupación es alguien pragmático, no ocultó su carácter autoritario cuando ejerció como amo y señor en Idlib.


En eI centro de la ciudad de Idlib, en el noreste de Siria, las banderas de la oposición -que tienen una franja verde y tres estrellas rojas- flamean en las plazas públicas y son portadas por hombres, mujeres, mayores y jóvenes tras la caída del Presidente Bashar al-Assad el 8 de diciembre pasado, mientras que en los graffitis en distintos muros se leen mensajes en favor de la resistencia.

La localidad ha sido conocida por ser la única del país que estaba controlada por la oposición específicamente por el grupo Hay’at Tahrir al-Sham (HTS, Organización para la Liberación del Levante) y su administración civil representada por el Gobierno de Salvación sirio (SSG), que actualmente son las autoridades de facto del país, por lo que allí ocurre se observa detalladamente debido a que pueden dar luces sobre cómo van a gobernar Siria. De hecho, uno de los primeros nombramientos que se hicieron fue elegir al gobernador de la provincia, Mohamed Al Bashir, como el primer ministro interino de Siria.

HTS tiene sus orígenes en Al Qaeda pero, en los últimos años, ha intentado activamente reinventarse como una fuerza nacionalista, distante de su pasado yihadista. A principios de este mes, cuando los combatientes comenzaron a tomarse distintas ciudades en su camino hacia Damasco, sus líderes hablaban de construir una Siria para todos incluyendo la agran abanico religioso y étnico. Sin embargo, Estados Unidos, Reino Unido, la ONU y otros países, incluida Turquía, que respalda a algunos rebeldes sirios, siguen calificándola de organización terrorista.

Con casi una década de experiencia en el gobierno de Idlib, HTS sabe que ganar una guerra es más fácil que gobernar después de ella. Tras desempeñar un papel central en la toma de control de la gobernación en 2015, Jabhat al Nusra (la rama siria de Al Qaeda que luego se rebautizó como HTS) le dio un enfoque centralista a la gobernanza de la región que alberga a 4,5 millones de personas.

Vehículos militares en la ciudad de Maarat al-Numan, en la provincia de Idlib
Hombres se suben a un vehículo militar dañado en la ciudad de Maarat al-Numan, en la provincia de Idlib, después de que los combatientes rebeldes capturaron la ciudad, Siria, el 1 de diciembre de 2024. Foto: Reuters

Para consolidar su poder, HTS, al mando de Ahmed Hussein al-Sharaa más conocido como Abu Mohammad al-Jolani, se embarcó en una rivalidad de varios años con otros actores militares y civiles para establecerse como la única autoridad en el noroeste de Siria, un proceso enmarcado como “la unificación de los órganos de gobierno en las áreas liberadas” que finalmente consiguió en 2017. Si bien la evolución de HTS a menudo se describe como un cambio del yihadismo global al activismo armado localizado, implicó otro aspecto crucial: de un gobierno rebelde no estatal a una administración tecnocrática de tipo estatal, indicó el centro de estudios Middle East Institute.

El Idlib de 2015 comparte algunas similitudes con la Siria actual: infraestructura dañada, control territorial fragmentado entre múltiples facciones y una multiplicidad de actores gobernantes. Al carecer de legitimidad local o global, HTS trató de ganarse esa legitimidad distanciándose de otros actores y estableciendo entidades de servicio y gobernanza paralelas en Idlib durante la última década. Estas incluían proveedores de servicios como la Administración Pública de Servicios, órganos de gobernanza como la Dirección General de Administración Local, instituciones judiciales y empresas privadas que operaban en sectores clave como el combustible, las telecomunicaciones y el transporte.

El centro de estudios indicó que mediante una combinación de incentivos, negociaciones y coerción, HTS terminó desmantelando o subsumiendo a sus competidores dentro de sus áreas controladas. Y también puso en prisión a los críticos internos, lo que provocó protestas regulares contra lo que se consideraban métodos autoritarios y contra las duras condiciones carcelarias.

Rebeldes en la Gran Mezquita en Maarat al-Numan
Combatientes rebeldes caminan en la Gran Mezquita en la ciudad de Maarat al-Numan en la provincia de Idlib, Siria, el 1 de diciembre de 2024. Foto: Reuters

“HTS es muy pragmático y no es un grupo yihadista. Está dispuesto a tratar con la comunidad internacional. Ha creado el Gobierno de Salvación, que en cierto modo, abrió una visión menos conservadora o espacios menos conservadores que los propios yihadistas podrían imaginar, donde hombres y mujeres están caminando en la calle. Por supuesto, es una sociedad conservadora, no es una sociedad yihadista. No tiene la ambición del yihadismo transnacional. HTS ha querido crear en Idlib como un pequeño Estado. Quiere crear algo que pueda ser gobernado. Aunque, por supuesto, con un control autoritario. El propio Al-Jolani es una figura muy autoritaria. Así que tenemos prisioneros hasta el día de hoy en Idlib. Y mientras él blanqueaba y lavaba todas las prisiones de Siria, los prisioneros de Idlib siguen sufriendo torturas, porque son sus oponentes”, dijo a La Tercera, Orwa Ajjoub investigador experto en yihadismo de la Universidad Malmö en Suecia.

Control e impuestos

“Lo que llama la atención es la ausencia de hombres armados. No hay señales de jóvenes vestidos con ropas afganas ni patrullas de combatientes”, escribió el periodista de la cadena France 24, especializado en movimientos yihadistas, Wassim Nasr, que visitó Idlib el año pasado.

“Cuando les pregunté me dijeron: ‘Queríamos que la gente entendiera que el lugar de los combatientes está en el frente y no entre los civiles en ciudades y pueblos’”, añadió en el sitio de France 24 Arabic.

Al Jolani en Damasco
El principal comandante rebelde Abu Mohammed al-Jolani habla ante una multitud en la mezquita Ummayad en Damasco, después de que los rebeldes sirios anunciaran que habían derrocado al presidente Bashar al-Assad, Siria, el 8 de diciembre de 2024. Foto: Reuters

“La ciudad de Idlib está llena de vida y actividad de construcción, como en el ‘Kitab Café’, que pretende ser un lugar de lectura y estudio. El lugar está situado entre la Mezquita Tawhid y el antiguo edificio del Hotel Carlton. Hay una separación entre mujeres y hombres, como ocurre en los restaurantes y cafés, a diferencia de los parques públicos y tiendas, donde se permite la mezcla, al igual que los cigarrillos y la música revolucionaria que se eleva en algunas tiendas y callejones”, indicó.

A nivel administrativo, el Gobierno de Salvación se encarga de la distribución de agua y electricidad, la recolección de basura y la pavimentación de carreteras. Y los impuestos recaudados a las empresas, a los agricultores y a los cruces con Turquía financian sus servicios públicos, así como sus operaciones militares.

En el caso de las personas que tienen cosechas de aceitunas, el recaudador de impuestos -que se ubica apoyado en cualquier prensa de aceite- se queda con al menos el 5% del aceite, y los agricultores se quejan de que no hay excepciones, ni siquiera en años de cosechas escasas.

Medidas como el impuesto al aceite de oliva, introducido en 2019, han provocado protestas e incluso enfrentamientos armados ocasionales y detenciones.

“HTS ejemplifica la adaptabilidad en la economía de los conflictos”, dijo a The New York Times, Mark Nakhla, director de investigación de Kharon, una firma de análisis de código abierto que asesora a las empresas sobre el cumplimiento de las sanciones contra grupos armados y otros actores hostiles.

La Brigada Khaled en Damasco
Vista aérea de un desfile militar realizado por la Brigada Khaled, parte de Hay'at Tahrir al-Sham (HTS), después del derrocamiento de Bashar al-Assad en Siria, en Damasco, Siria, el 27 de diciembre de 2024. Foto: Reuters

Según explicó el periódico, HTS mantuvo el control general, gobernó a través de una autoridad civil con 11 ministerios, lo que le permitió concentrarse en reconstruir su milicia como una fuerza más estructurada.

Además, los ministros que tratan con organizaciones de ayuda externas nunca pueden tomar una decisión sobre el terreno, siempre tienen que consultar primero con los líderes de HTS, según dijo al diario un representante de una organización humanitaria que pidió no ser identificado debido a la sensibilidad de las operaciones de ayuda en la zona. “Un control tan estricto puede funcionar en una pequeña provincia, pero podría resultar difícil de manejar en un país grande”, dijo el Times.

En el plano político, el Gobierno de Salvación siguió una estrategia de construcción de legitimidad, adoptando una retórica nacionalista revolucionaria y comprometiendo a los líderes tribales de la comunidad.

The Middle East Institute destacó que si bien evitó el término “democracia”, HTS adoptó ciertas prácticas democráticas, como la promulgación de una ley electoral en junio de 2024 a través del Consejo de la Shura, a pesar del escepticismo sobre sus restricciones a las candidaturas.

“Sin embargo, es difícil creer que transformaciones tan importantes en el seno del HTS y el Gobierno de Salvación se debieran únicamente a decisiones estratégicas (u oportunistas) tomadas por su liderazgo, y no también a la lucha de los actores de la sociedad civil y los activistas locales por un lado y la presión internacional por el otro”, escribió el centro de estudios a mediados de diciembre.

Cartel de Assad en Damasco
Un cartel dañado del presidente sirio Bashar al-Assad en Alepo, después de que el ejército sirio dijera que decenas de sus soldados habían muerto en un importante ataque de los rebeldes que arrasaron la ciudad, en Siria el 30 de noviembre de 2024. Foto: Reuters

Hasta unos meses antes de la última ofensiva, el HTS y el SSG seguían siendo impopulares y se enfrentaban a un importante disenso público. Entre febrero y septiembre de 2024, estallaron protestas masivas en la región de Idlib exigiendo la destitución del líder del HTS y denunciando la corrupción, el sistema tributario y el encarcelamiento político. “Aunque el HTS ganó popularidad tras desempeñar un papel destacado en el derrocamiento del régimen de Assad, esto por sí solo no bastará para construir su legitimidad en todo el país, donde se enfrenta a una mayor diversidad social, a un electorado más hostil y a mayores desafíos económicos y humanitarios”, añadió el thinktank.

“Es muy difícil pensar que el paradigma de Idlib se aplicará en Damasco. Creo que Al-Jolani es una figura muy pragmática. Es muy inteligente. Ha sido capaz de sobrevivir a todos estos episodios de dificultades, como con el ISIS, con Al Qaeda, con los grupos locales que luchan contra él en Idlib. Así que se ha ganado un montón de enemigos, pero se transformó en un héroe cuando todos estos golpes de suerte sucedieron y tomó el control del país. Es muy adaptable. La cuestión es que estoy seguro de que no lo hará con el paradigma de Idlib, porque la comunidad internacional, no está lista para reconocerlo con el mismo paradigma”, indicó Ajjoub.

“En Idlib tiene algo llamado Consejo de la Shura, que es un Parlamento, pero no es un Parlamento. Son básicamente académicos, figuras respetadas que son elegidos de una manera particular para convertirse en el consejo, que es similar al Parlamento, ya que nombra al primer ministro y supervisa el proceso de los ministerios. En el Consejo de la Shura no hay mujeres. Pero la sociedad de Idlib es muy conservadora. En el Consejo de la Shura no hay minorías. Pero de nuevo, las minorías son muy pocas en Idlib. Y nadie vigilaba todo el proceso de elección del Consejo de la Shura. Así que en Siria es completamente diferente. Es un pez más grande para freír. No es como Idlib. Y Al-Jolani es muy consciente de ello. Está dispuesto a hacer todo lo posible para mantenerse en el poder, ya sea a través de la Constitución o no”, concluyó.

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