La oposición francesa se une contra Macron
El gobierno cedió y aplazó alza de combustibles. Pero Le Pen, Mélenchon y otros partidos lo consideraron insuficiente.
La creciente efervescencia social en las calles de París, encabezada por los "chalecos amarillos" y visibilizada con imágenes de un Arco del Triunfo rodeado de barricadas, obligó al gobierno francés a ceder en sus polémicas medidas a "favor de la transición ecológica". Luego de cuatros protestas en la que los "chalecos amarillos" reclamaron al Presidente Emmanuel Macron por el aumento al precio de los combustibles, además de una serie otras medidas fiscales que afectaba el poder adquisitivo de las clases medias, el primer ministro Edouard Philippe anunció este martes que suspenderá por seis meses dicha alza que debía comenzar el 1 de enero. "Ningún impuesto merece poner en peligro la unidad de la nación", dijo. El anuncio estuvo acompañado de otras dos medidas: se suspenderá el endurecimiento de la revisión técnica de los vehículos y se congelarán los precios de la luz y el gas "durante el invierno".
De todos modos, las medidas fueron calificadas como insuficientes, tanto por los "chalecos amarillos", como por la oposición. La manifestación convocada para este sábado sigue en pie.
En el ámbito político, la etiqueta de Macron de no ser ni de izquierda ni de derecha hoy se vuelca en su contra. Los partidos más extremos intentaron apropiarse del discurso de las manifestaciones, pero con poco éxito. Ante la falta de respuestas por parte del Ejecutivo, dirigentes como Marine Le Pen, del ultraderechista Agrupación Nacional y Jean-Luc Mélenchon, del izquierdista Francia Insumisa, exigieron la disolución del Parlamento y elecciones anticipadas. Y frente a los anuncios del gobierno, las críticas continuaron. "Se está considerando una moratoria de impuestos. Pero una moratoria es solo un aplazamiento. Obviamente, esto no está a la altura de las expectativas y la precariedad en la que luchan los franceses" tuiteó Le Pen.
Mélenchon, en tanto, señaló que "Macron y Philippe (...) anuncian aplazamiento de los impuestos hasta después de las elecciones europeas. No apaciguamos una revolución ciudadana con este tipo de dispositivos políticos", dijo Mélenchon.
Los partidos tradicionales franceses también se unieron y alzaron la voz para apoyar a los "chalecos amarillos", y exigirle acciones a Macron. El presidente del partido de derecha Los Republicanos (LR), Laurent Wauquiez, condenó el alza del impuesto a los carburantes: "Necesitamos un gesto de apaciguamiento. Una moratoria no es suficiente. Si solo se trata de retrasar los aumentos, no está a la altura. Es necesario cancelar los aumentos de impuestos", dijo frente a los diputados. "Es muy poco, y demasiado tarde", sostuvo el vicepresidente de LR, Damien Abad, respecto de los anuncios.
A su vez, el Partido Socialista del expresidente François Hollande también demostró su molestia con el actuar del mandatario.
"Mejor tarde que nunca. Esta decisión debería haberse tomado desde el principio, tan pronto como surgió el conflicto, que creíamos que iba a ser muy, muy difícil, porque vimos la rabia, la exasperación, especialmente entre los jubilados", dijo la exministra de Ecología, Ségolène Royal.
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