Las características de Japón indicaban que sería uno de los países donde el Covid-19 pegaría con fuerza: su cercanía geográfica con China, donde se originó el virus; su alta densidad poblacional; y el gran número de adultos mayores (el 28% de la población). Sin embargo, aquello no sucedió y, a la fecha, Japón solo cuenta con 1.399 casos y 47 muertos, y figura en el puesto 27 detrás de Estados Unidos -que superó a China- en la lista de países con más casos.

Japón no ha cerrado sus ciudades como lo hicieron China y algunos países europeos, tampoco ha implementado tecnología de vigilancia, ni ha desplegado una gran campaña de aplicación de tests, como Corea del Sur. Japón tiene la capacidad de realizar 7.500 pruebas al día, pero su promedio diario está más cerca de 1.300.

Entre los factores que los expertos barajan para explicar la situación nipona, está el simple hecho del uso generalizado de mascarillas y las prácticas de higiene y distanciamiento social que están profundamente arraigadas a su cultura. “Los japoneses son bastante conscientes de la higiene. Muchas personas usan mascarillas en las calles por un tema cultural, por lo que hay menos posibilidades de transmisión”, dijo a la BBC Benjamin Cowling, profesor de Epidemiología de la U. de Hong Kong. En Japón tampoco se saludan con besos y abrazos, sino que solo se inclinan.

Por otro lado, Japón tuvo éxito en la estrategia de aislar a los grupos de contagio, cerrando colegios tras haberse detectado casos de Covid-19 en las escuelas. También suspendieron los eventos masivos.

Sin embargo, los japoneses han seguido haciendo su vida normalmente. De hecho, el domingo pasado celebraron su tradicional Hanami, un festival en el que acuden en masa a los jardines y parques a contemplar los cerezos en flor.

Eso sí, esta vida regular podría llegar a su fin en los próximas días. El aumento de casos de Covid-19 en Tokio ha preocupado a las autoridades, que temen una nueva ola más grande de contagios. El miércoles hubo 41 nuevos casos en Tokio, un aumento récord luego de que el martes se registraran 17 casos nuevos. En total hay 212 casos en la capital.

Por eso, el miércoles Tokio pidió a sus residentes que se confinen en sus casas. La gobernadora, Yuriko Koike, dijo que la ciudad está al borde de sufrir un “incremento explosivo” de las infecciones. Sin embargo, una cuarentena obligatoria no estaría aún en los planes. El ministro de Salud de Japón, Katsunobu Kato, indicó que había informado al primer ministro, Shinzo Abe, que había evidencia de que Japón ahora tenía un alto riesgo de generar una infección desenfrenada.