Las claves de la coronación de Carlos III: breve ceremonia, alta seguridad y reciclaje

La coronación de Carlos III el sábado será la primera en Reino Unido en siete décadas. Si bien se convirtió en monarca el mismo instante en que murió su madre, el 8 de septiembre de 2022, la tradicional ceremonia mantendrá detalles medievales, aunque también se adaptará a los tiempos y tendrá desde un carruaje con aire acondicionado a un seguimiento audiovisual al detalle de principio a fin y desde todos los ángulos.

Las celebraciones se iniciarán formalmente con una procesión desde el Palacio de Buckingham, en torno a las 10.30. Los monarcas contarán con custodia militar y acompañamiento de la familia, pero la comitiva será considerablemente más pequeña que la que acompañó a Isabel II en 1953, en la que participaron miembros de otras familias reales y líderes políticos.

Carlos III también introducirá como novedad la carroza utilizada para desplazarse, ya que no se moverá en una construida en 1762 y usada en todas las coronaciones desde 1831. Utilizará otra carroza fabricada en 2012, para celebrar el Jubileo de Diamante de Isabel II, y que es más ligera y confortable.

La procesión llegará a la Abadía de Westminster poco antes de las 11.00 (hora local). La lista de invitados incluye a miembros del actual gobierno, incluido el primer ministro Rishi Sunak, representantes de casas reales y jefes de Estado y de gobierno de otros países.

El príncipe de Gales, Guillermo, primero en la línea de sucesión, ocupará un papel destacado, así como su hijo mayor, el príncipe Jorge, que ejercerá de paje de honor. Harry, quien se encuentra distanciado de su familia, también estará presente, aunque no así su esposa, Meghan Markle. El duque se quedará apenas 24 horas en Reino Unido, indicó The Telegraph.

A continuación, las claves del evento que se extenderá hasta el lunes.

En total, la ceremonia durará unas dos horas, dividida en diversas fases. Al comienzo Carlos III será presentado al pueblo, proclamado como “rey indiscutible” junto a una silla con 700 años de historia. El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, leerá la primera declaración y los asistentes corearán “Dios salve al rey” tras cada proclamación pública.

Tras esta primera etapa llega la de los juramentos, de tipo legal y también religioso -como rey, Carlos III también encabeza la Iglesia Anglicana-, el monarca se quitará la túnica ceremonial antes de sentarse en la silla de la coronación y ser ungido por el arzobispo, un momento que tradicionalmente se ha hecho en privado, por considerarse íntimo.

A continuación, recibirá una túnica bordada y se le mostrarán algunos de los grandes emblemas de su casa, entre ellos la Orbe del Soberano, el Anillo de la Coronación, el Cetro del Soberano con la Cruz y el Cetro del Soberano con la Paloma. El rey se pondrá por primera y última vez en su vida la corona de San Eduardo, hecha en el siglo XVII para Carlos II y que pesa más de dos kilos, indicó Reuters.

Las campanas de la abadía sonarán durante dos minutos y habrá salvas en homenaje al rey en todo Reino Unido, antes de que Carlos III se siente en el trono.

Después, llegará el momento de la reina, Camila, que también será ungida, coronada y entronizada, aunque en una ceremonia más sencilla. Esto no ha dejado de ser controvertido, debido a que antes de su muerte, Isabel II dejó claro que quería que la segunda esposa de su hijo fuera “la reina consorte”.

Los reyes abandonarán en torno a las 13.00 la abadía para emprender rumbo al Palacio de Buckingham, ahora ya sí en la carroza histórica.

Carlos ha dicho que tiene previsto reducir el volumen de la institución. Se espera que la jornada refleje ese propósito con una ceremonia más breve que la de su madre, que duró tres horas y conctó con 2.000 asistentes, un cuarto de los que se reunieron para la coronación de Isabel II.

En un gesto a la evolución del panorama religioso en Reino Unido participarán líderes religiosos budistas, hindúes, judíos, musulmanes y sij. Eso refleja la promesa de Carlos de ser “el defensor de las fes” en lugar del “defensor de la fe”.

La procesión tras la ceremonia también será más corta que la ruta de ocho kilómetros que siguieron Isabel y su esposo, el príncipe Felipe, en 1953. Carlos y Camila tienen previsto hacer un recorrido de dos kilómetros de vuelta al Palacio de Buckingham, y cambiarán el vehículo que los llevará a la iglesia para tener mayor comodidad.

La coronación del rey Carlos III involucra uno de los operativos de seguridad más importantes y complejos en la historia del país, dijo el miércoles el ministro británico de Seguridad, Tom Tugendhat. Esto, porque se espera que decenas de miembros de la realeza, dignatarios y jefes de Estado del mundo asistan al servicio religioso.

“La policía está, por decirlo suavemente, por todas partes, y nuestros servicios de inteligencia y otras fuerzas de seguridad son extremadamente conscientes de los retos a los que nos enfrentamos y están preparados para hacerles frente, como la policía hizo ayer de forma bastante brillante”, dijo Tugendhat a Times Radio.

Las declaraciones ocurrieron luego de que un hombre lanzara una bolsa sospechosa ante el Palacio de Buckingham. Tras su detención, la policía dijo que el hombre se acercó a las puertas del palacio el martes por la noche y pidió hablar con un soldado. Cuando se le negó, comenzó a arrojar cartuchos de escopeta en el recinto del palacio.

Carlos y Camila, la reina consorte, no se encontraban en el Palacio de Buckingham en el momento del incidente.

Más de 9.000 agentes de la policía vigilarán las calles de Londres el día de la coronación, junto con 2.500 miembros de las fuerzas del orden especializados en leyes, incluidos policías de marina, expertos en explosivos y agentes de vigilancia.

En el mismo momento en que se esté desarrollando la ceremonia el sábado, más de 1.500 manifestantes, vestidos de amarillo para lograr una máxima visibilidad, planean reunirse en el sector para corear “¡no es mi rey!” mientras pasa la procesión real.

“Intentaremos mantener la atmósfera ligera, pero nuestro objetivo es hacer que sea imposible ignorarlo”, dijo a The Associated Press, Graham Smith, director ejecutivo del grupo antimonárquico Republic.

La coronación, comentó Smith, es “una celebración de una institución corrupta. Y es una celebración de un hombre que asume un trabajo que no se ha ganado”.

La reina Isabel II, que murió en septiembre pasado después de 70 años en el trono, era muy respetada por su longevidad y sentido del deber. Carlos es diferente, un hombre de 74 años cuyas disputas familiares y opiniones firmes sobre todo tipo de temas, desde la arquitectura hasta el medioambiente, han sido noticia durante décadas, indicó The Associated Press.

Los sondeos de opinión sugieren que tanto la oposición como la apatía hacia la monarquía están en aumento. En un estudio reciente del Centro Nacional de Investigaciones Sociales, solo el 29% de los encuestados pensaba que la monarquía era “muy importante”, el nivel más bajo en los 40 años de investigación del centro sobre el tema. La oposición era mayor entre los jóvenes.

El secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, encabezará la delegación que, en representación del Papa Fracisco, participará en la coronación de Carlos III y su esposa, Camila. Se trata de la primera delegación papal en una ceremonia de coronación de la monarquía británica desde la época de la Reforma, hace 500 años.

Según informó el semanario británico The Tablet, Parolin estará acompañado por el recién nombrado nuncio apostólico en Gran Bretaña, el arzobispo Miguel Maury Buendía. Ambos estarán sentados dentro de la Abadía de Westminster.

De hecho, durante la coronación de la reina Isabel II, en 1953, los representantes papales permanecieron fuera de la Abadía de Westminster debido a las normas que prohibían entonces expresamente a los católicos asistir a servicios no católicos, aunque presenciaron la procesión de entrada y salida del edificio eclesiástico.

Además, el cardenal Vincent Nichols será el primer obispo católico que desempeñe un papel oficial en la coronación de un monarca británico desde la Reforma, cuando bendiga al rey Carlos III durante la ceremonia.

Asimismo, según confirmó el Vaticano, “la Santa Sede donó a Inglaterra dos fragmentos de la reliquia de la verdadera cruz como signo del diálogo ecuménico”. Los restos se conservaban en la sala Lipsanoteca de los Museos Vaticanos.

El rey Carlos III, que ha pasado toda su vida haciendo campaña a favor de la sustentabilidad ambiental, reutilizará algunas prendas fabricadas para coronaciones desde 1821, “en aras de la sostenibilidad y la eficiencia”, dijo el Palacio de Buckingham.

Entre las vestimentas que reaparecerán estará el guante de coronación hecho para su abuelo, Jorge VI. Esta prenda, hecha de cuero blanco bordado con hilo de metal dorado, se coloca en la mano derecha del monarca durante la ceremonia, como un recordatorio de que el soberano debe tener cuidado al recaudar impuestos.

Carlos también usará el “Colobium Sindonis” de su abuelo, una túnica de lino blanco con un cinturón para espadas, eludiendo la tradición de hacer uno nuevo.

Otras prendas que Carlos empleará durante el servicio incluyen la “supertúnica”, un abrigo largo de seda dorada con mangas que se hizo para la coronación del rey Jorge V y usado por monarcas posteriores, como Isabel II. Sobre esto llevará el Manto Imperial, hecho de tela de oro y producido originalmente para la coronación de Jorge IV en 1821.