El líder del PSOE vuelve a marcar las reglas del juego

Desde que salió a la luz la sentencia del caso Gürtel, la trama de corrupción que condenó al oficialista Partido Popular (PP), el secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Sánchez, ha capitalizado la ola de indignación que culmina hoy, con la votación de la moción de censura presentada contra el jefe del gobierno, Mariano Rajoy.

Un giro inesperado de guión. Derrotado en las dos últimas elecciones y luego expulsado del liderazgo socialista, Sánchez está a punto de convertirse en Presidente del gobierno español. El último sondeo de Metroscopia publicado por el diario El País, hace tan solo dos semanas, ubicaba al PSOE como la cuarta fuerza en el panorama político español y al PP como tercera. Una tendencia que se lleva repitiendo desde hace un par de años: las nuevas formaciones - Ciudadanos y Unidos Podemos- suben y las viejas bajan.

Sin embargo, en la última semana, analistas coinciden, que la jugada del PSOE de liderar la moción de censura ha desbancado a Ciudadanos y ha conseguido erigirlo de nuevo como opción de gobierno. "Su soledad, señor Rajoy, constituye el epitafio de un tiempo político, el suyo, que ya se ha terminado", dijo Sánchez ayer en el Congreso de los Diputados. "(Rajoy) ya forma parte de un tiempo pasado al que este país está a punto de pasar página, y lo que conviene a España es mirar al futuro sin miedo", añadió.

Con solo 84 escaños de 350 en la Cámara Baja, Sánchez, quien no es diputado, está obligado a pactar con la izquierda de Podemos, los independentistas catalanes y los nacionalistas vascos, con quienes hoy lograría aprobar la moción de censura que sacará a Rajoy del poder. Una mayoría tachada como "coalición Frankenstein" por el PP, y que podría mostrarse muy inestable y acortar la estancia de Sánchez en el Palacio de la Moncloa.

Paradójicamente, y pese que hizo frente común con Rajoy en los últimos meses frente al movimiento independentista en Cataluña, ahora Sánchez tendrá que persuadir y recuperar la confianza de los nacionalistas vascos y los partidos independentistas catalanes para gobernar. "No le arriendo la ganancia", le dijo Aitor Esteban, portavoz del Partido Nacional Vasco, a Sánchez, pues "no va a ser nada fácil gobernar con 84 diputados y con un PP enrabietado". "No me extraña que entre sus filas haya gente que no quiera que prospere la moción", añadió, haciéndose eco de los temores de muchos socialistas.

Desde el PP también arremetieron contra el líder socialista, tachándolo de "traidor". Fernando Martínez -Maillo, el número tres de la formación conservadora, dijo que Sánchez pasará a la historia como "el Judas de la política". Asimismo, Rajoy le reprochó ayer en el Congreso de los Diputados llevar a cabo "un ejercicio de oportunismo al servicio de una ambición personal".

Si todo va como está previsto, Sánchez, de 46 años, se convertirá hoy en el sucesor de Rajoy.