La llegada de las vacunas contra el Covid-19 ha provocado esperanza y altas expectativas, pero también incertidumbre e inseguridad. Por eso mismo, algunos mandatarios han sentido la necesidad de presentarse como voluntarios para la vacuna con el objetivo de transmitir seguridad y confianza, mientras que otros han preferido mantenerse al margen del plan de vacunación, por ahora.
El Presidente electo de EE.UU., Joe Biden, por ejemplo, recibirá la vacuna del Covid-19 a principios de la próxima semana, según dijo en un evento público. “No quiero adelantarme, pero quiero asegurarme de demostrarle al pueblo estadounidense que es seguro tomarla”, dijo el miércoles en Wilmington, Delaware. “Cuando lo haga, lo haré públicamente, para que todos puedan ser testigos de cómo lo hago”, agregó. Según informaron desde su entorno, el retraso no se debe a la vacilación sobre si vacunarse o no, sino a la logística de administrar la inyección en un lugar público.
Una encuesta de Ipsos a más de 18.000 adultos de 15 países realizada en octubre en asociación con el Foro Económico Mundial, reveló que el 73% de los encuestados recibiría una vacuna si estuviera disponible. Esto es cuatro puntos porcentuales menos que tres meses atrás, lo que apuntaría a una disminución en las intenciones de vacunarse.
Esta es la realidad a la que se enfrentan los países. Por eso, a principios de mes, tres expresidentes estadounidenses, Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama, dijeron que recibirían públicamente la vacuna como una forma de demostrar su seguridad y eficacia.
Pero Donald Trump no se ha mostrado muy convencido de obtener prontamente la vacuna. De acuerdo a la prensa estadounidense, al Presidente no se le administrará una vacuna hasta que sea recomendada por el equipo médico de la Casa Blanca, puesto que Trump todavía está recibiendo los beneficios del “cóctel de anticuerpos” que le dieron durante su recuperación del Covid-19. De todas formas, esta semana Trump aclaró en Twitter que “las personas que trabajan en la Casa Blanca deben recibir la vacuna un poco más tarde en el programa, a menos que sea específicamente necesario. He pedido que se haga este ajuste. No tengo programado tener la vacuna, pero espero hacerlo en el momento apropiado”. Eso sí, su vicepresidente Mike Pence, recibirá este viernes la vacuna junto a su esposa, Karen Pence, en un evento televisado en la Casa Blanca.
Fuera de EE.UU., el Presidente ruso, Vladimir Putin, reconoció este jueves que aún no se había vacunado, pero que lo haría cuando fuera posible. Según señaló, no lo ha hecho por su edad (68 años): “Nuestros profesionales de la salud dicen que las vacunas están destinadas a personas de ciertas edades, a personas como yo todavía no se les permite vacunarse. Soy un ciudadano respetuoso de la ley y siempre escucho lo que dicen nuestros profesionales de la salud, por lo tanto, aún no me han vacunado, pero seguramente lo haré tan pronto como sea permitido”, expuso.
En Europa, mientras el Presidente francés, Emmanuel Macron, se contagió de Covid-19, otros líderes ya han hecho pública su intención de vacunarse. El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, optaría por vacunarse en vivo para la televisión para entregar seguridad a la población, según sugirió su secretaria de prensa a inicios de diciembre.
Pedro Sánchez, el jefe del gobierno español, aseguró que se ofrecía “sin ninguna duda” a “vacunarse públicamente, no solo como Presidente, sino como ciudadano”, según dijo la semana pasada en una entrevista en Telecinco.
El mismo compromiso demostró el premier israelí, Benjamin Netanyahu, al sostener que sería la primera persona en obtener la vacuna Pfizer/BioNTech en el país. “Creo en esta vacuna. Espero que reciba los permisos correspondientes en los próximos días y quiero que los ciudadanos de Israel sean vacunados”, afirmó.
En América Latina, el gobernante argentino, Alberto Fernández, anunció el acuerdo suscrito con la vacuna rusa Sputnik V el día de su primer aniversario en la Presidencia, el 10 de diciembre. “Quiero agradecerle personalmente al Presidente Vladimir Putin, que se ocupó de que podamos acceder a la vacuna al mismo tiempo que los países más importantes del mundo”, dijo en ese momento, y agregó que -para darle tranquilidad a la gente- “el primero que se va a dar la vacuna soy yo”.