28 firmas, escritas a puño y letra, acompañan la carta que emitieron parlamentarios de los distintos partidos de la izquierda-desde la Democracia Cristiana hasta el Partido Comunista- para solicitarle al Presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, que considere desclasificar nuevos documentos relativos al Golpe de Estado que encabezó Augusto Pinochet. Todo en el marco del 50° aniversario del quiebre democrático.

En representación del Frente Amplio, la misiva fue firmada por los diputados Diego Ibáñez, Gonzalo Winter, María Francisca Bello, Emilia Schneider, Javiera Morales, Gael Yeomans, Lorena Fries, Consuelo Veloso y Andrés Giordano, junto con el senador Juan Ignacio Latorre. Por parte del PC, se sumaron los diputados Karol Cariola, Lorena Pizarro, Luis Cuello y Marisela Santibáñez. En el caso del PS, firmaron los senadores Isabel Allende, Alfonso de Urresti y José Miguel Insulza, junto con los diputados Daniel Manouchehri, Daniella Cicardini y Juan Santana. También figuran en ella los senadores Ricardo Lagos Weber (PPD), Loreto Carvajal (PPD), Esteban Velásquez (FRVS) y el diputado Ind-PPD Jaime Araya.

Fuera del oficialismo, también suscribieron los senadores Fabiola Campillai, Alejandra Sepúlveda (ambas independientes), Yasna Provoste e Iván Flores (los dos de la DC).

Al comienzo del texto, los adherentes agradecen al Mandatario norteamericano por su decisión de “desclasificar los informes diarios del presidente relacionados con Chile, de fecha 8 e septiembre de 1973 a 11 de septiembre de 1973″. Según mencionan, “este es un paso importante de Estados Unidos que permite concretar el significativo trabajo de diplomacia de desclasificación, apoyado también por el Presidente Clinton como por el Presidente Obama”.

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Sin embargo, plantearon que “dada la crisis política y social, y la deliberada difusión de noticias falsas y la creciente polarización que vivimos hoy en Chile, la relativización y negación de los horrores cometidos por el Golpe de Estado de 1973 y la dictadura de Pinochet se ha intensificado rápidamente en nuestro país”. En ese sentido, argumentaron que “los apologistas de Pinochet y los discursos de odio que alguna vez fueron considerados como extremistas han encontrado un terreno fértil en nuestro Parlamento y en todo nuestro país”.

Sin ir más lejos, esta semana el diputado UDI Sergio Bobadilla puso en duda la veracidad de los informes Rettig y Valech, aunque posteriormente se retractó.

Con esos antecedentes sobre la mesa, el grupo de parlamentarios solicitó a Biden que considere “desclasificar documentos adicionales del Departamento de Justicia y el Departamento de Defensa de Estados Unidos, y de todas las agencias de inteligencia y el Congreso de Estados Unidos relacionados con acciones estadounidenses tomadas antes, durante y después del Golpe”.

De acuerdo a los firmantes, “desclasificar estos documentos no se trata simplemente de reconocer las acciones que se tomaron en el pasado, sino que es un paso histórico que Estados Unidos puede dar para ayudar a poner fin a la difusión deliberada de información errónea y ayudar a defender la democracia chilena hoy”.

El diputado y presidente de Convergencia Social, Diego Ibáñez, explicó que “la única forma que tenemos de combatir el negacionismo y las mentiras es a través de la información y el conocimiento. Hacemos esta solicitud para que las nuevas generaciones nunca más permitan que se ultraje nuestra soberanía por una potencia extranjera que quiera controlar nuestra historia”.

En tanto, la senadora Provoste manifestó que “para poder construir una mejor democracia se requiere verdad, transparencia y memoria. Como sociedad tenemos la responsabilidad de conocer lo que efectivamente ocurrió en los años 70, en los años previos al Golpe de Estado y luego durante la dictadura (...). Por eso he respaldado la petición de que EE.UU. desclasifique la documentación sobre los grados de intervención en el proceso democrático chileno”.

“El pueblo chileno merece conocer toda la verdad de quienes intervinieron para preparar y ejecutar el golpe, además de sostener a la dictadura. Nos merecemos esa verdad, sobre todo cuando aquí en Chile, pese a que los mismos EE.UU reconocen su participación, hay sectores políticos de la derecha que lo niegan. No tengo dudas de que esos documentos confirmarán el carácter corrupto, asesino y traidor a Chile, su pueblo y nuestra democracia, que tuvo Pinochet y su camarilla de sediciosos, civiles y militares”, complementó Cariola.