Es la primera entrevista que el expresidente argentino Mauricio Macri concede tras haber dejado la Casa Rosada, en diciembre de 2019. Tras cuatro años en el poder, perdió su oportunidad para un segundo mandato cuando el 48% de los argentinos optó por el peronismo/kirchnerismo, con Alberto Fernández a la cabeza. El aumento en las cifras de inflación, pobreza y desempleo socavaron esa posibilidad.
Desde aquel cambio de mando el 10 de diciembre, en donde se produjo un tenso momento entre Macri y la actual vicepresidenta Cristina Fernández, quien le negó el saludo, el expresidente ha optado por el silencio y “una oposición responsable”. Su primera gran reaparición pública fue en marzo cuando participó en un foro en Guatemala. Pero desde esa fecha, han sido cuatro los meses en que se ha mantenido “desaparecido” de la discusión pública en su país, sin referirse al nuevo gobierno argentino, ni a la situación económica mundial, ni a la pandemia.
El exmandatario aludió a todo eso en una conversación online con el periodista y escritor peruano, Álvaro Vargas Llosa, organizada por La Otra Mirada, en colaboración con la Universidad Adolfo Ibáñez y La Tercera.
“Estoy más cerca que nunca de los argentinos por más que estoy tratando de darle un espacio al gobierno que fue elegido para que pongan en juego lo que ellos piensan. Solamente intentando levantar la mano y decir: ¡cuidado!, no avancen contra nuestras libertades”, expresó Macri, que ha estado siguiendo muy de cerca los principales problemas que aquejan al país.
Macri reparte su tiempo fuera de la Quinta de Olivos en reuniones a través de Zoom con dirigentes de la coalición opositora Juntos por el Cambio, y en su rol de presidente ejecutivo de la Fundación FIFA, tras la invitación del presidente de la FIFA, Gianni Infantino, en enero. El exmandatario tiene un historial en el fútbol, en 2008 se desempeñó como dirigente de Boca Juniors. El nuevo cargo le permite ligar el fútbol con la educación, dos pasiones que se le combinan, según sus palabras.
“Decisiones estúpidas”
Como todo buen mandatario, el ex jefe de Estado centró la entrevista en un extenso análisis de lo que sucede en los distintos países y sus gobiernos frente a esta pandemia que ha sacudido al mundo. Mencionó que durante este tiempo releyó un libro que le gustó mucho: Factfulness, del médico sueco Hans Rosling. Según él mismo describió, el autor habla de que “no hay que dejarse llevar por el miedo en momentos como éstos, sino por los datos. El mundo sin información científica, por una carencia de liderazgo global, se lanzó a tomar medidas que después tuvo que empezar a corregir sobre la marcha”, indicó.
En América Latina la situación ha sido más o menos así. La región recibió la llegada del Covid-19 con problemas estructurales como un bajo crecimiento y sistemas sanitarios frágiles. “Eso impide que haya paquetes de ayuda para recorrer este proceso del Covid-19 semejantes a los países más desarrollados”, sostiene. En ese sentido, asegura que es “el miedo y el pánico que llevan a tomar decisiones apresuradas y extremas que terminan demostrándose como decisiones estúpidas y muy destructivas”.
El análisis de Macri indica también una preocupación frente a “autoritarismos livianos” que por efecto de la pandemia puedan “devenir en una dictadura como la de Venezuela”. “Hay que estar muy claros en que no hay que confundir la pandemia como una herramienta para afectar nuestras libertades, empezando por la libertad de expresión, por la independencia de los poderes, el funcionamiento de la justicia, o la propiedad privada”.
Los guiños hacia la situación de su propio país son evidentes, pese a que Vargas Llosa evitó preguntar directamente sobre Argentina, puesto que no estaba en el interés del exmandatario referirse profundamente a la gestión del gobierno por ahora.
Frente a la pregunta de cómo ve que terminarán los populismos tras la pandemia, Macri dice que los ve debilitarse. “Veo que van a salir las democracias liberales fortalecidas post Covid-19, porque de la mano de la revolución de las tecnologías y las comunicaciones el ciudadano se ha empoderado”, dijo. La alusión a la actual Argentina se hizo presente: “Acá lamentablemente hemos visto un gobierno que ha intentado en la pandemia avanzar sobre libertades, libertad de expresión, funcionamiento de la justicia, independencia de los poderes, la propiedad privada, pero lo que ha generado es una reacción monolítica, fuerte de la sociedad que se ha movilizado a expresarse en contra de estos abusos o avances. Lo mismo, por suerte, por parte de la oposición que se ha manifestado más unida”, indicó Macri.
El Presidente Fernández anunció a principios de junio la expropiación de la empresa del agro Vicentín para declararla de “utilidad pública”. Hubo una serie de protestas ciudadanas para manifestarse en contra de la expropiación, y la futura situación de la empresa se mantiene incierta.
Escenario post Covid-19
Al reflexionar sobre el panorama global que ha dejado la pandemia del coronavirus, en especial en las relaciones internacionales, Macri consideró que no ha existido una declinación de Estados Unidos como líder global. “EE.UU. tiene un rol y el mundo lo necesita”, aseguró. Con respecto a China, en tanto, el exmandatario transandino reconoció la importancia del país para América Latina. “Hay un futuro muy grande y hay un equilibrio que todavía no se ha encontrado entre esta nueva China potencia y los EE.UU. y que espero que la profundización del diálogo lo encuentre”, expresó.
Pero más allá de las relaciones entre estas dos potencias que se han visto constantemente enfrentadas por la pandemia, Macri también cree que hubo una falta de coordinación para enfrentar esta crisis. “Si hubiésemos coordinado esto dentro del Mercosur, con la Alianza del Pacífico, en el G20, el G7, estoy seguro que todos hubiésemos tenido un comportamiento global mucho más coherente y no tantas asimetrías y vueltas atrás, mensajes confusos. Eso hizo algo gravísimo que es perder credibilidad”.
Según Macri, esta asimetría y confusión de información ha generado que se tomen decisiones apresuradas, sin información científica. “Es como el cuento del lobo que hace que los gobiernos pierdan autoridad a la hora de demandar a la gente colaboración. Esto va a ser un enorme aprendizaje”, aseguró.
El panorama económico tras la pandemia es uno de los temas que más preocupa a muchos expertos y líderes globales, puesto que ha sido evidente el dilema al que se han enfrentado los gobiernos frente a una priorización de la salud de sus ciudadanos y la precaución al virus, y la apertura económica para evitar un desplome en las cifras. Macri está en el medio de este dilema, hacia el equilibrio, al igual que el Presidente de Colombia Iván Duque, quien en abril declaró que plantear vida o economía “es un falso dilema” porque “no hay economía sin salud ni salud sostenible sin actividad económica”. Por eso, el mandatario colombiano se llevó elogios de Macri. “Iván Duque, con quien hablé, es un amigo, manejó Colombia con mucho equilibrio. Arrancó una cuarentena para concientizar y equipar el sistema de salud pero rápidamente fue retornando a la normalidad a la sociedad y afectando lo mínimo posible las libertades. Tiene que haber un equilibrio”, sostuvo.
Así, Mauricio Macri prevé que los países con estructuras fuertes, con sistemas capitalistas que funcionan, sistema de créditos, financiamiento, ahorros, tendrán una recuperación muy rápida, como Estados Unidos. Por el contrario, en los países con fragilidades, va a costar mucho más. “Va a ser muy doloroso”, expuso.
Brasil y Venezuela
La relación entre el Brasil de Jair Bolsonaro y la Argentina de Alberto Fernández comenzó con roces, y a seis meses desde que Fernández asumió en la Casa Rosada los mandatarios no han hablado todavía. Según la BBC, se trata del distanciamiento más prolongado de los últimos 35 años entre los líderes de los dos países desde la reanudación de la democracia en Brasil (1985) y Argentina (1983). Fernández es, de hecho, muy cercano al principal adversario de Bolsonaro, el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva. Incluso durante su campaña presidencial lo visitó en su prisión en Curitiba.
Álvaro Vargas Llosa indagó con el expresidente argentino sobre esa relación. “Estoy convencido de que Argentina y Brasil comparten una relación de amistad histórica, que deviene en una relación estratégica que no puede ser afectada por diferencias ideológicas o personales circunstanciales entre dos Presidentes. A mí me tocó gobernar con tres Presidentes distintos de Brasil, y con los tres profundizamos la relación, avanzamos en la integración, y avanzamos en el hecho histórico de haber firmado después de 20 años el acuerdo de UE-Mercosur”, respondió.
El tema Venezuela también es una de las preocupaciones de Macri. El exgobernante fue un activo partícipe de instancias como el Grupo de Lima, la cual no descartaba una intervención militar en Venezuela como último recurso para lograr que el Presidente Nicolás Maduro dejara el poder. “¿Qué hace falta para que Maduro deje el poder?”, preguntó Vargas Llosa.
Para Macri la fórmula es la presión “hasta que de adentro de Venezuela, surja una fuerza, dentro del Ejército venezolano surja una decisión de terminar con este proceso de destrucción, de generación de pobreza, de persecución que vive Venezuela”. La unión sería clave para seguir manteniendo la presión muy alta, “cosa que lamentablemente en este momento Argentina no está haciendo, porque permanentemente se retira de las posiciones de aumentar el nivel de sanciones y de reclamos a Venezuela. Eso me duele mucho”, dijo.
Ese dolor que indica por Venezuela, por su país y por la economía regional, lo mantiene activo en el ámbito más privado de su actividad política. “El compromiso mío es absoluto. Yo amo a mí país y soy un ferviente defensor de las libertades, de la capacidad de elegir de la gente y en esa batalla yo estoy. Mi primer tarea es fortalecer la unidad de Juntos por el Cambio (coalición opositora)”, sostuvo. Y a nivel regional está convencido de una cosa: “Las democracias fuertes van a salir fortalecidas frente al populismo”, concluyó.