“Emmanuel Macron da un horizonte a los franceses”, titulaba la semana pasada el diario Le Monde, en alusión al discurso del Presidente el lunes pasado, en el que anunció la prolongación del confinamiento hasta el 11 de mayo. Desde ese día, comenzará progresivamente la apertura social y económica de Francia, que es el tercer país más afectado en Europa por el coronavirus, por detrás de España e Italia.

A la fecha el país registra más de 152 mil casos de contagios por Covid-19 y 19.718 muertos. Y pese a que la cifra total sigue siendo alta, ya se registra una leve disminución en algunos indicadores, como el número de pacientes en cuidados intensivos. Pero la situación fue alarmante desde que se decretó la cuarentena el 17 de marzo. El 7 de abril, el país registró 1.417 muertos en un solo día.

Para el profesor de epidemiología en la Universidad de Montpellier, Mircea Sofonea, aquello se generó ante “el retraso en decretar el encierro. La otra estrategia habría sido la detección masiva para bloquear las primeras cadenas de transmisión, pero probablemente los medios fueron insuficientes”, indica a La Tercera.

Por eso, el país decidió a trabajar en el “post”. Según indican los medios locales, el gobierno está enfocado en “dibujar los contornos del después”. “El 11 de mayo próximo será el inicio de una nueva etapa. Será progresiva y las reglas podrán ser adaptadas en función de los resultados”, dijo Macron en su cuarto discurso desde el inicio de la crisis.

La reapertura

A partir de esa fecha reabrirán “progresivamente” las guarderías y escuelas, sin embargo, las universidades continuarán cerradas hasta las vacaciones de verano. Los restaurantes, cafés, hoteles, teatros, cines y museos permanecerán cerrados más allá del 11 de mayo. En tanto, los principales festivales y eventos con gran audiencia no podrán celebrarse hasta, al menos, mediados de julio. El mandatario indicó que desde mediados de mayo la situación se evaluará cada semana.

Las medidas de flexibilización también incluyen la vuelta al trabajo de “tantas personas como sea posible”, con reglas para proteger a los empleados.

Según Mircea Sofonea, existen tres estrategias para abordar la crisis: como Corea del Sur con la detección masiva de personas infectadas; Suecia con la inmunidad colectiva; y el confinamiento y su extensión hasta la llegada de una vacuna o tratamiento efectivo. “El problema con la tercera solución es su costo económico y social. El Presidente Macron desea una salida y oscila entre las dos primeras, tratando de aprovechar lo mejor de ambas”, explica el experto.

Por primera vez desde el inicio de la crisis sanitaria, el Presidente asumió errores, fracasos y lentitud en la batalla contra el virus.

Para elaborar su estrategia, Macron decidió hacer consultas. Cercanos al Presidente revelaron a los medios locales que antes de tomar su decisión mantuvo conversaciones con la canciller alemana Angela Merkel, con médicos y científicos, con los presidentes de la Asamblea Nacional y del Senado, y con el exmandatario Nicolas Sarkozy.

La decisión sobre el regreso a clases fue motivada por razones sociales, para evitar que se incrementen las desigualdades sociales y la situación de los niños vulnerables.

“Esta decisión está guiada por la recuperación económica, pero también por la división educativa y social que conlleva el confinamiento. Los profesores también estarán expuestos y aquellos que están cerca de niños, potencialmente en riesgo. Este retorno debe hacerse bajo condiciones firmes de distanciamiento social (grupos pequeños), medidas de higiene o incluso usar una mascarilla permanente ... Será muy difícil de aplicar”, advierte Sofonea.

Eso sí, las personas mayores y más vulnerables deberán permanecer confinadas por más tiempo. Asimismo, Macron afirmó que la relajación de las medidas irá acompañada de una mayor capacidad de testeo.

El miércoles, el primer ministro Edouard Philippe, anunció un plan económico que ahora alcanza los 110 mil millones, lejos de los 45 mil millones de euros inicialmente planeados. La cuarta parte (42 mil millones de euros) se usará exclusivamente para financiar el desempleo parcial que afecta a más de 8 millones de empleados.

“En las próximas semanas tendremos que construir el después. Tendremos que construir una economía más fuerte para producir y volver a dar esperanza a nuestros trabajadores y empresarios”, ha indicado Macron. Entre sus objetivos está el de mantener controlada la situación para mediados de julio, específicamente para el 14 de julio, día nacional de Francia.