La segunda ola de contagios por Covid-19 en Europa está pegando fuerte, y en Francia la situación se tornó especialmente preocupante en Marsella, la segunda ciudad más grande del país después de París. “No estamos lejos de la saturación”, advirtió el director de hospitales de Marsella, Jean-Olivier Arnaud, al tiempo que las autoridades de la región francesa imponían nuevas restricciones ante el aumento de casos tras las vacaciones de verano.

Francia registró el sábado su salto de casos diarios más grande desde que comenzó la pandemia, con 10.561. Ese mismo día se registraron 17 muertes. Eso sí, hay que considerar que Francia ahora está realizando pruebas de forma masiva, lo que genera un rápido aumento en el recuento de casos.

En los hospitales de Marsella, 31 de las 35 camas de reanimación y 129 de las 155 camas dedicadas para pacientes con Covid-19 estaban ocupadas, según Arnaud. Philippe de Mester, director general de la agencia de salud Provence-Alpes-Côte d’Azur (ARS Paca), dijo que la tasa de pruebas positivas había alcanzado el 10,6% en Marsella y el 8,5% en el departamento Bouches-du-Rhône, en la misma región. El viernes, el premier francés, Jean Castex, había advertido sobre ciertos “acontecimientos preocupantes” en Marsella y en Burdeos, y señaló que “por primera vez en muchas semanas, estamos notando un aumento sustancial en el número de personas hospitalizadas”.

Ante ese panorama, el gobierno regional de Marsella anunció una serie de medidas para intentar controlar la propagación de los contagios que estarán vigentes hasta el 1 de octubre. Se decretó el uso de mascarillas obligatorio en 27 zonas de algo riesgo en el departamento; se limitaron las reuniones a gran escala para el público a 1.000 personas sentadas, con una distancia mínima de un metro; se suspendieron las salidas escolares y las fiestas estudiantiles; y no se permiten reuniones privadas de más de 10 personas, incluso en playas y parques.

“Experimentamos un deterioro constante en agosto y septiembre”, indicó a los medios Philippe de Mester, director de ARS Paca, quien teme que el número de casos se duplique ahora cada ocho días en la región de Marsella. “En algunos lugares de Bouches-du-Rhône, la tasa de incidencia alcanza los 312 casos por 100.000, lo que lo convierte en el departamento más afectado de Francia”, explicó.

“En marzo, abril y mayo pudimos absorber la ola epidémica abandonando otras actividades de atención hospitalaria, y hoy lo que está en juego es poder seguir tratando a todos los demás pacientes mientras podemos enfrentar la epidemia”, dijo el director del Hospital de Entrenamiento Militar Laveran en Marsella, Pierre-Yves, a The Associated Press el jueves pasado.

En Burdeos, en tanto, se limitaron las reuniones en parques y playas a 10 personas, se prohibieron las ferias de diversiones, de antigüedades y las fiestas de barrio. Las nuevas reglas también limitan el tamaño de las grandes reuniones públicas a no más de 1.000 personas.

De todas formas, las autoridades dicen estar mejor preparadas que en marzo, cuando las infecciones se dispararon rápidamente y los militares tuvieron que intervenir para transportar pacientes.