Pese a las promesas de combatir el cambio climático Bolsonaro recorta presupuesto del Ministerio de Medio Ambiente
El ministerio tendría unos 600 millones menos que el presupuesto anterior, pese al compromiso de Bolsonaro durante la cumbre convocada por el presidente Joe Biden en la Casa Blanca, de erradicar la deforestación ilegal y duplicar fondos.
El presupuesto del Ministerio de Medio Ambiente de Brasil para el próximo año ha caído a pesar de que el presidente, Jair Bolsonaro, prometió el jueves durante la cumbre de líderes convocada por la Casa Blanca que redoblaría esfuerzos para combatir el cambio climático y reducir la emisión de gases contaminantes.
Unas 24 horas después de esta promesa, que incluyó un adelanto de diez años --hasta 2050-- del objetivo de la neutralidad de carbono, se han publicado unos presupuestos que contemplan 2.000 millones de reales (algo más de 300 millones de euros) para el Ministerio de Medio Ambiente, por debajo de los 2.600 millones del ejercicio anterior.
El Ministerio de Economía ha explicado que no se trata de un recorte como tal, sino del veto de provisiones adoptadas en el Congreso y valoradas en 240 millones de reales (unos 36,2 millones de euros), según medios locales. Entre los fondos bloqueados hay 11,6 millones de reales destinados expresamente a tareas de “control e inspección”.
El ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, ha anunciado en su cuenta de Twitter que ya ha formalizado una propuesta ante Economía para complementar el presupuesto con otros 270 millones de reales que irían destinados a “actividades de fiscalización, prevención y combate de la deforestación ilegal y los incendios forestales y de vigilancia medioambiental”.
Bolsonaro prometió durante la cumbre convocada por su homólogo estadounidense, Joe Biden, que trabajaría para erradicar la deforestación ilegal en el año 2030 y se comprometió a duplicar fondos. Brasil, según su presidente, aspira a estar “en primera línea” de la lucha mundial contra el cambio climático, a pesar de que las políticas de los últimos años han sido duramente criticadas por organizaciones ecologistas.
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