Casi seis minutos dura el video que muestra a un hombre en Colombia con el torso desnudo, en el suelo, siendo inmovilizado por dos policías mientras le aplican descargas eléctricas con una pistola Taser. “¡Por favor!”, grita desgarradoramente el ciudadano. Minutos después quien graba el video dice indignado: “Hace rato dijo que por favor y está quieto, no lo agredan más”. Pero la agresión continuó y el hombre fue subido a la patrulla policial y llevado a una comisaría. Este es el caso de Javier Ordóñez, un estudiante de derecho de 44 años que falleció en la madrugada del miércoles tras el altercado policial, hecho que detonó una enorme indignación social que ha motivado ya dos noches de protesta y disturbios.
Según lo reconstituido por los testigos, Ordóñez estaba tomando alcohol con amigos en el conjunto residencial donde vivía. Cuando salió a comprar más alcohol tuvo lugar el encuentro con la policía. Según versiones recopiladas por El Espectador, el problema con los policías venía de días atrás, cuando los uniformados habían intentado multarlo por estar bebiendo en un sitio prohibido. Ordóñez, que estaba a punto de graduarse, les dijo que estaban haciendo el procedimiento de una manera irregular. Una excuñada de la víctima contó a la revista Semana que la noche del martes un policía le dijo a Ordóñez que “hoy sí que se lo iba a llevar”.
Tras la muerte de este ciudadano, que llegó sin vida al hospital, Colombia ardió. La noches del miércoles y jueves, cientos de personas salieron a protestar ante la represión policial y el uso abusivo de la fuerza, que no es la primera vez que se observa en los últimos años en el país. Las protestas derivaron en disturbios que ya han dejado 13 fallecidos y más de 400 heridos. Además, 60 instalaciones policiales fueron dañadas al igual que 91 vehículos, de los cuales 33 son buses de la red de transporte público en Bogotá TransMilenio. Las protestas se expandieron a Medellín, Cali, Barranquilla y varias otras ciudades.
“La represión de la policía, el uso abusivo de la fuerza, no es nuevo en Colombia, pero ocurría principalmente en las zonas rurales y afectadas por el conflicto armado, no en la ciudad”, explica a La Tercera Jorge Restrepo, director del Centro de recursos para el Análisis de Conflictos en Colombia. “Pero al emerger la protesta ciudadana en las ciudades, se empezó a notar esta falta de control por parte de los gobiernos locales y nacional de la Policía, y se empezó a notar esa falta de procedimientos adecuados para evitar la ocurrencia de abusos. Eso explica el enorme descontento y desconfianza”, agrega.
Producto del conflicto armado, la policía colombiana se convirtió en una entidad militarizada. Según explica Néstor Rosanía, director ejecutivo del Centro de Estudios en Seguridad y Paz, “el policía hoy tiene más un norte de choque de combate de fuerzas que la versión de un mediador en temas de su ciudadanía. Sus procedimientos son desproporcionados con el uso de la fuerza y la violencia”. “La fuerza pública en general, militares y policías, han visto los DD.HH. como una piedra en el zapato y no como un norte a seguir. La fuerza pública se quedó anclada en la lógica de la Guerra Fría, tienen un pensamiento de amigo-enemigo, entonces conciben a los ciudadanos en esa misma lógica”, sostiene a La Tercera.
El Presidente Iván Duque participóeste viernes junto con el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, en un Puesto de Mando Unificado para realizar un plan de alistamiento de la Fuerza Pública. El ministro Holmes Trujillo, como jefe de la Fuerza Pública, pidió perdón por el abuso de la autoridad policial y comentó que se hará una investigación por estos hechos. “La Policía Nacional pide perdón por cualquier violación a la ley o desconocimiento de los reglamentos en que haya ocurrido cualquiera de los miembros de la institución”, comentó este viernes el ministro, quien además anunció estrategias para mejorar el desarrollo y los resultados en el servicio policial, como por ejemplo, una actualización de los protocolos de DD.HH.
Las autoridades confirmaron este viernes que fueron destituidos cinco policías más que, aparentemente, estarían involucrados en el caso por el que ya otros dos agentes policiales fueron separados del cargo y deberán responder por los delitos de abuso de autoridad y homicidio.
El cuerpo de Javier Ordóñez presentó múltiples lesiones contundentes a la altura de la cabeza, hombros y otras partes. El abogado de la familia de Ordóñez aseguró que todo indica que fue “atacado de forma brutal cuando lo trasladaron al CAI (Comando de Atención Inmediata)”, aludiendo a que fue “víctima de tortura”.
Sobre una reforma, el director ejecutivo de Corporación Reconciliación Colombia, Sergio Guarín, dijo a La Tercera que “tras la reforma de inicios de los 90, hubo un nuevo proceso reformista, aunque más interno de la Policía y sin tanta participación de la ciudadanía en 2003, en épocas de Uribe. Aparte de esos dos casos, ha habido comisiones presidenciales para la reforma policial cuyos resultados no han sido claros, ni tampoco han generado procesos de cambio importantes”.