El helicóptero militar en el que se desplazaba el Presidente de Colombia, Iván Duque, junto al ministro de Defensa, Diego Molano, y de Interior, Daniel Palacio, fue atacado con disparos cuando viajaba entre Sardinata y Cúcuta en el departamento del Norte de Santander.
Según detalló el gobierno colombiano el diario El Tiempo, “el Presidente está bien” y la aeronave aterrizó sin inconvenientes.
La prensa de ese país además detalla que la aeronave tipo Black Hawk, recibió al menos seis disparos que no afectaron su funcionamiento.
Tras el incidente, el Mandatario realizó una declaración donde señaló que, “quiero dejar muy claro, a nosotros no nos amedentran con actos de violencia, ni con actos de terrorismo”.
En ese línea explicó que “Le he dado instrucciones a todo el equipo de seguridad de ir detrás de quienes dispararon”, agregó.
El director ejecutivo para las Américas de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, repudió “el atentado contra el helicóptero” en que se movilizaba Duque en redes sociales.
El pasado 15 de junio se reportó una fuerte explosión al interior del cantón militar San Jorge ubicado en la ciudad colombiana de Cúcuta, que dejó 36 heridos, quienes fueron trasladados hasta centros asistenciales cercanos.
De acuerdo a las autoridades se trataría de un carro bomba que ingresó hasta el batallón de la Brigada 30 del Ejército ubicado en el barrio San Rafael, minutos antes del estruendo.
Cúcuta es la capital del departamento de Norte de Santander, donde se enfrentan el Ejército de Liberación Nacional (ELN) -última guerrilla reconocida en Colombia-, los “Pelusos”, remanentes de una insurgencia maoista desmovilizada, disidentes de las FARC auto marginados del acuerdo de paz firmado en 2016, y numerosas bandas de narcotraficantes.
Los grupos armados se disputan el control de 41.000 hectáreas donde se concentran plantaciones de coca, además de ser una importante ruta de contrabando hacia Venezuela y el Caribe.