Se registran al menos 14 muertos en protestas contra el golpe de Estado en Sudán
Desde el golpe de Estado del 25 de octubre, 38 personas -entre ellas tres adolescentes- han fallecido y cientos han resultado heridas. Además, a mediodía de este miércoles el gobierno militar cortó todas las comunicaciones telefónicas.
Al menos catorce personas murieron este miércoles en Jartum, la capital de Sudán, en uno de los días más sangrientos desde el inicio de las protestas contra el golpe de Estado de octubre.
Solo en los suburbios del norte de la capital, once personas, entre ellas una mujer, fueron acribilladas por balas, según un sindicato de médicos partidarios de la democracia. Las fuerzas de seguridad apuntaban “la cabeza, el cuello o el torso”.
En total, desde el golpe de Estado militar del 25 de octubre, 38 personas, entre ellas tres adolescentes, murieron y cientos resultaron heridas. La represión comenzó el primer día, pero se endureció este miércoles.
A mediodía, el nuevo gobierno militar cortó todas las comunicaciones telefónicas, mientras que internet es inaccesible en el país desde el 25 de octubre.
El miércoles, en el tercer día de protestas masivas, los activistas no pudieron movilizarse como de costumbre por SMS y solo hubo unos pocos miles de manifestantes frente a las decenas de miles de ocasiones anteriores.
En cambio, el despliegue de seguridad y la represión fueron más importantes. Los puentes que comunican la capital Jartum con los suburbios fueron bloqueados.
”Crímenes contra la humanidad”
“Fue un día muy malo para los manifestantes”, dijo Soha, una manifestante de 42 años, a la AFP. “Vi a un herido de bala detrás de mí y hubo muchas detenciones” en Jartum, añadió.
La Asociación de Profesionales de Sudán, una de las más activas de la revuelta de 2019 que derrocó al dictador Omar al Bashir, denunció este miércoles “inmensos crímenes contra la humanidad”, acusando a las fuerzas de seguridad de “asesinatos premeditados”.
La policía niega las acusaciones y la televisión estatal anunció la apertura de una investigación sobre los manifestantes muertos.
Sin embargo, el miércoles por la noche, el sindicato de médicos acusó a las fuerzas de seguridad de perseguirlos en los hospitales y de disparar gases lacrimógenos contra los heridos y las ambulancias.
A pesar del peligro, cientos de manifestantes seguían manteniendo sus barricadas por la noche, especialmente en los suburbios del norte de la capital, mientras que las marchas en otras ciudades sudanesas se habían dispersado.
El pasado 25 de octubre, el general Abdel Fattah al Burhan, que dirigía el proceso de transición, declaró el estado de emergencia, disolvió el gobierno y detuvo a los dirigentes civiles. Como consecuencia, Estados Unidos suspendió su ayuda de 700 millones de dólares.
“Es vital que la transición recupere la legitimidad que tenía”, dijo este miércoles el secretario de Estado estadounidense Antony Blinken en una conferencia de prensa en Nairobi, en Kenia.
“Si el ejército vuelve a poner el tren en marcha y hace lo necesario, creo que el apoyo de la comunidad internacional, que ha sido muy fuerte, puede reanudarse”, agregó.
Ante la situación, Estados Unidos envió a Sudán a la subsecretaria de Estado para Asuntos Africanos, Molly Phee.
Para tratar de volver al proceso de transición, la política ha estado en contacto tanto con civiles -entre ellos el primer ministro bajo arresto domiciliario Abdalá Hamdok- como con militares.
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