En lo que será su discurso ante la mayor audiencia televisiva de su gobierno hasta ahora, el Presidente Donald Trump se dirigirá al público estadounidense, al Congreso y a la Corte Suprema durante un discurso en la Cámara de Representantes.

Cuatro temas se anticipaban como posibles ejes a tratar, anticipó la prensa local, entre los cuales destacaban su programa de recortes fiscales -bajo el alero de Elon Musk y DOGE-; el radical giro frente a la postura de Estados Unidos ante Ucrania, que terminó con el fin de las ayudas militares al país invadido por Rusia; las nuevas tarifas a Canadá, México y la ampliación del arancel contra China; y su trabajo en la frontera sur de EE.UU.

Según la agencia de noticias Reuters, la administración republicana planeaba anunciar que se llegó a un acuerdo con Ucrania para la entrega de tierras raras, pero tres personas con conocimiento del tema aclararon que el documento todavía no cuenta con las firmas, por lo que podría fracasar.

La importancia del discurso de Trump reside en que es la única vez en el año en que el mandatario del país se dirige tanto al Congreso entero, incluida la Cámara de Representantes y el Senado, como a la Corte Suprema. También es donde el líder del Ejecutivo presenta los lineamientos de su administración al resto de los poderes del Estado.

Para la preparación y elección de las palabras, un asesor con conocimiento de la agenda de Trump dijo a Reuters que el mandatario pasó una parte importante del fin de semana reunido con sus asesores, pero también con su aliado Elon Musk, líder del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés).

El discurso se dio en medio de un vendaval de acciones tanto en el plano nacional como el internacional, donde, en este último ámbito, destaca la fractura con Ucrania, México y Canadá.

La historia con Kiev se remonta al viernes pasado, cuando las relaciones estallaron por los aires -todo transmitido en vivo por la televisión abierta- durante la visita de Volodimir Zelensky a la Casa Blanca. Tras la acusación por parte de Trump y su vicepresidente, JD Vance, de que el ucraniano no se estaba mostrando lo suficientemente “agradecido” por el apoyo monetario y militar, Zelensky terminó saliendo de Washington sin hablar con la prensa y quedó en el aire la sensación de un quiebre. Incluso se registraron gritos e intercambios acalorados durante la reunión.

Pero la noche del lunes, esa impresión se cristalizó luego de que Estados Unidos anunciara la suspensión de ayuda militar a Ucrania. Si bien analistas coinciden en que esto no conducirá a un colapso repentino de las líneas defensivas del país invadido en febrero de 2022 por Rusia, sí podría tener un impacto real en la guerra en cuestión de meses, consignó Reuters.

Es más, una persona con conocimiento del asunto dijo a la misma agencia que las entregas de la ayuda militar a través de la frontera occidental de Ucrania se detuvieron a las 3:30 a.m. hora local.

“Es bastante significativo, pero no tan impactante como lo habría sido anteriormente en la guerra porque Ucrania es mucho menos dependiente de la asistencia militar directa de los Estados Unidos ahora que anteriormente”, dijo Michael Kofman, miembro principal de Carnegie Endowment. “Pero definitivamente afectará a Ucrania, y el efecto se volverá más pronunciado después de un par de meses a medida que los inventarios se agoten”, añadió.

Durante la mañana del lunes, antes de que se supiera de la suspensión en las ayudas, la prensa local le preguntó al mandatario sobre si el acuerdo de entrega de minerales ucranianos estaba muerto, a lo que Trump respondió insinuando una posible ampliación de su disputa con Zelensky. “Bueno, se lo haré saber mañana por la noche”, dijo, refiriéndose a su discurso de la noche del martes. “Pero no, no lo creo. Es un gran acuerdo para nosotros”, siguió. “Solo creo que debería ser más agradecido”.

Previo al discurso, Reuters aseguró en exclusiva que la administración Trump tenía planeado anunciar la firma del acuerdo de minerales extraños durante el discurso ante el Congreso, pero tres fuentes dijeron que todavía no cuenta con la firma misma del mandatario, por lo que la situación podría cambiar.

Por otro lado, están los aranceles. Lo que fue una promesa de campaña, terminó materializándose esta semana con la implementación de estos, ya no solo contra China, sino que también sobre los productos canadienses y mexicanos. Sumado a ello, se añadió un nuevo gravamen del 10% a productos de origen chino.

El tema también fue destacado por medios como el New York Times o el Washington Post como uno al que se debía prestar atención. Especialmente porque durante la tarde, los tres países aludidos anunciaron que responderían de manera similar.

Primero fue China, que tomó represalias con aumentos de los gravámenes a la importación por un total de 21.000 millones de dólares de productos agrícolas y alimentarios estadounidenses.

“Intentar ejercer una presión extrema sobre China es un error de cálculo”, dijo un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores en una rueda de prensa en Pekín, consignó Reuters.

Le siguió México, cuya Presidenta, Claudia Sheinbaum, condenó este martes los aranceles del 25% anunciados por Trump y dijo que su gobierno responderá con sus propias medidas similares, sin detallar el plan.

Por último, Canadá señaló mediante su Primer Ministro, Justin Trudeau, que “no hay absolutamente ninguna justificación o necesidad de estos aranceles hoy”. “Estados Unidos lanzó una guerra comercial contra Canadá, su socio y aliado más cercano, su amigo más cercano. Al mismo tiempo, hablan de cooperar con Rusia, apaciguando a Vladimir Putin, un dictador mentiroso y asesino”, disparó el premier.

“No es mi costumbre estar de acuerdo con el Wall Street Journal, pero Donald, señalan que a pesar de que eres un tipo muy inteligente, esto es una decisión muy desacertada”, añadió. “Esto es una guerra comercial”.

En concreto, Canadá impondrá aranceles del 25% a 30.000 millones de dólares canadienses en bienes importados de EE.UU. con efecto inmediato y se mantendrán hasta que su país vecino elimine las medidas de gravamen.

La respuesta de Trump no se hizo esperar. “¡Por favor explíquenle al gobernador Trudeau, de Canadá (haciendo referencia a que el país sería un Estado perteneciente a EE.UU.), que cuando él impone un arancel de represalia, nuestro arancel recíproco aumentará inmediatamente en una cantidad similar!”.

Por último están los temas nacionales, donde el recorte y las medidas contra la migración podrían aparecer. Así lo cree el representante republicano Jim Jordan, quien dijo a la prensa local que Trump “hablará de las grandes cosas que ha hecho: La frontera es segura, el despilfarro que está encontrando con el DOGE. (...) Va a seguir exponiendo su visión, hacia dónde quiere que vaya el país”.

Según el New York Times, también se espera que el mandatario haga hincapié en que el Congreso -de mayoría oficialista- apruebe su agenda legislativa, incluido un recorte fiscal de cerca de 4 billones de dólares.

Pero la situación podría ser más compleja de lo esperado por Trump. Según el Washington Post, hablará ante el Congreso habiendo “generado un nivel de furia entre los legisladores de la oposición poco frecuente en la historia reciente y que podría allanar el camino para un acto cargado y airado”.

Algunos legisladores demócratas incluso planean realizar boicots o no asistir al evento, pero otros cuestionan si una sala repleta de vítores al mandatario ayudará a la oposición.

Según la revista Time, un grupo de congresistas llegarán vestidas de rosa a modo de protesta. Otros senadores demócratas realizarán una transmisión en vivo donde intentarán refutar al mandatario.