El pasado 27 de abril, los festejos por el aniversario de Carabineros debieron suspenderse ante el ataque contra tres miembros de sus filas que fueron baleados en una emboscada en Cañete, Región del Biobío, en las primeras horas de esa jornada. Luego de darle muerte a los tres carabineros, los responsables del ataque trasladaron sus cuerpos en el vehículo policial en que los uniformados se movilizaban y le prendieron fuego a los restos. Carlos José Cisterna Navarro, Misael Magdiel Vidal Cid y Sergio Antonio Arévalo Lobo, de dotación de Control de Orden Público (COP) de la 4° Comisaría de Los Álamos, se sumaron a la lista de mártires de la institución.
A dos meses del crimen, la investigación que lidera el fiscal regional de La Araucanía, Roberto Garrido, se mantiene con un carácter de secreta.
“Como lo hemos sostenido anteriormente, esta es una investigación muy compleja y que por lo mismo requiere un trabajo en reserva y con mucho sigilo. Es por esto que oportunamente decretamos el secreto de esta indagatoria”, señaló el persecutor designado especialmente por el fiscal nacional, Ángel Valencia, para este caso.
Garrido aseguró que hasta ahora han realizado un trabajo “comprometido y minucioso”, logrando “recabar información de más de un centenar de personas, como asimismo encargado de diligencias periciales, tanto del sitio del suceso como de la evidencia que se ha logrado levantar desde esos lugares”.
“Estamos a la espera de los resultados e informes finales de varias diligencias que nos permitirían seguir avanzando en esta indagatoria. En el tiempo transcurrido hemos logrado también afianzar ciertas líneas de investigación y descartar otras”, sostuvo.
El fiscal regional afirmó que esperan “seguir trabajando de la misma manera, con la misma rigurosidad”.
“Esa es la idea que hemos realizado hasta ahora para poder dar prontamente una respuesta tanto a la sociedad por el interés y la conmoción que un caso de esta naturaleza genera, pero principalmente también una respuesta a la familia de las víctimas”, señaló.