Esta mañana se confirmó el fallecimiento de Fernando Karadima Fariña, expárroco de la Iglesia El Bosque y quien fuera investigado por abuso sexual y condenado por la justicia canónica. El deceso ocurrió el domingo 25 de julio en la comuna de Macul a las 21.20 horas.
Según conoció La Tercera, el exsacerdote murió afectado por una bronconeumonia, insuficiencia renal, diabetes melitus e hipertensión arterial.
Karadima se configuró como el emblema de los abusos sexuales cometidos por religiosos en Chile, luego de que en 2010 Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo dieran a conocer a la luz pública los delitos cometidos por el exreligioso en su contra. Tras esto, el 16 de enero de 2011 el Vaticano lo declaró culpable de abusos sexuales contra menores con violencia y abuso de su potestad eclesiástica. Es por esto que fue confinado a una vida de oración y penitencia.
Años después, Karadima Fariña fue expulsado de la Iglesia Católica en 2018 por decisión del Papa Francisco.
Respecto de la justicia chilena, si bien se estableció la existencia de delitos, el caso fue sobreseído por la prescripción de los hechos. Con todo, en 2019 la Novena Sala de la Corte de Apelaciones acogió por 3 votos (forma unánime) la demanda civil - presentada en 2017 - contra la Iglesia Católica, por lo que la institución fue obligada a pagar $100 millones a cada uno de los demandantes (Cruz, Hamilton y Murillo), aunque finalmente cada víctima recibió $147 millones.
Cabe recordar que a comienzos de junio pasado, Karadima fue ingresado de urgencia al Hospital Clínico de la Red de Salud UC CHRISTUS por problemas cardiacos. Según informó el recinto médico en ese momento, el exreligioso padeció “una agudización de su condición coronaria de base”.
Luego de que se conociera el fallecimiento, Cruz, Hamilton y Murillo publicaron una declaración conjunta en la que señalan que “todo lo que teníamos que decir de Karadima está dicho. Él era un eslabón más en esta cultura de perversión y encubrimiento en la Iglesia”.
“Nosotros estamos en paz y solo nos mueve seguir luchando para que estos crímenes no vuelvan a pasar y por tantas personas que lo han vivido y que aún no tienen justicia”, agregaran.
Desde el Arzobispado de Santiago señalaron, en tanto, que “acompañamos de cerca a las víctimas sobrevivientes y a sus familias, pidiéndole a Dios misericordioso que pueda sanar el dolor causado a todos quienes han sufrido. Al mismo tiempo, como arzobispado reafirmamos nuestro compromiso para seguir trabajando en la promoción de ambientes sanos y seguros al interior de la Iglesia”.