Quizás si uno de los anuncios más importantes de la reciente Cuenta Pública del Presidente Gabriel Boric es la creación del Sistema Nacional de Apoyos y Cuidados -Chile Cuida-, enfocado en las 103 mil personas cuidadoras de los aproximadamente 1,5 millones de personas adultas mayores, 2,7 millones de 18 años o más con discapacidad y 420 mil adultos con algún grado de dependencia en el país.
“Con esta iniciativa, les decimos a las personas cuidadoras y a quienes requieren de cuidados, que no están solas”, dijo el Presidente, agregando que como gobierno quieren “erigir a los cuidados como un cuarto pilar social, con la salud, la educación y las pensiones”.
A modo de contexto y acorde a cifras de la Encuesta de Bienestar Social de 2021, 1,2 millones de mujeres dedican 8 horas o más al día en cuidados, así como 217 mil hombres tienen una realidad similar, y de acuerdo a esa misma encuesta la satisfacción con la vida en el caso de esas personas disminuye mientras aumentan las horas al cuidado de alguien.
Con eso a la vista, entre abril y junio de 2023 los ministerios de de Desarrollo Social y de la Mujer, en colaboración con ONU Mujeres, realizó un proceso participativo llamado “Diálogos Hablemos de Cuidados”, con el cual se buscaba conocer las necesidades de las personas que cuidan, así como de quienes requieren de cuidados. Y así, la primera acción del Ejecutivo fue implementar un proceso de reconocimiento de las personas cuidadoras, a través de un módulo de Cuidados en el Registro Social de Hogares, en el cual hasta el primer semestre de 2024 ya tenía 100 mil registros, aun cuando se estima que en Chile hay 700 mil personas que cumplen esta labor.
Pero, en concreto, ¿qué es Chile Cuida?
Se ha definido como una red intersectorial e integrada de iniciativas públicas, comunitarias y privadas para la provisión de servicios y prestaciones de cuidados, articulados y/o regulados por el Estado. Lo anterior está dirigido a personas con dependencia, con discapacidad, mayores, niños, niñas y adolescentes y personas cuidadoras remuneradas y no remuneradas.
En tal sentido, el objetivo de Chile Cuida es garantizar de manera progresiva el derecho al cuidado de las personas con dependencia, de aquellas que no han alcanzado su plena autonomía y de las personas cuidadoras, tanto remuneradas como no remuneradas, además de promover la autonomía.
En concreto, Chile Cuida buscará entregar a la población servicios públicos de cuidado; tiempo; apoyo económico; y redes de solidaridad familiar y comunitarias para la realización del derecho al cuidado y de otros derechos sociales. Algunos de ellos serán en sus propias casas, y otros en lugares especializados.
¿Y cuál será su oferta? Red Local de Apoyos y Cuidados; Centros Diurnos de Adultos Mayores; y Centros Comunicarios de Cuidado (CCC), entre otros.
Esto último, de hecho, es una de las novedades del sistema, toda vez que se creará un nuevo programa social que se traducirá en los Centros Comunitarios de Cuidado (CCC), de los cuales ya hay seis primeros pilotos implementándose. Serán dirigidos a personas cuidadoras no remuneradas -principamente mujeres- de personas con dependencia que residan en las comunas donde estén emplazados los centros y entregará en el mismo lugar atenciones a las personas que requieran cuidados. Por ahora se consideran 120 cupos en centros ubicados en zonas urbanas y 60 cupos en zonas rurales y se espera que en 2024 sean 40 los CCC que formen parte de Chile Cuida, en 37 comunas del país, los que serán licitados por el Minvu. Se comenzará por Arica y Puerto Saavedra y la meta es llegar a los 100 cuando termine el periodo.
En ellos, según se proyecta, se brindará una oferta de actividades, incorporando servicios de atención social y psicoemocional, con el propósito de contribuir al manejo y reducción de la sobrecarga que experimentan las personas cuidadoras.
Pero, además, se espera ingresar la próxima semana un proyecto de ley que tendrá por objeto reconocer y garantizar el derecho al cuidado para “cuidar, ser cuidado y el autocuidado”, pero también para reconocer los cuidados como un trabajo no remunerado, para lo cual el Estado dispondrá instrumentos para medir el uso del tiempo.
Acorde a ese proyecto, el Sistema Nacional de Apoyos y Cuidados, a su vez, planificará, coordinará, proveerá y evaluará la intervención del Estado, los privados, la sociedad civil y la comunidad, para lo cual las ministras Javiera Toro y Antonia Orellana ya han realizado el trabajo prelegislativo.
Finalmente, el proyecto d eley incorporará la regulación de los dos principales instrumentos de planificación del sistema: la política nacional y su plan de acción. La primera considera un instrumento que entrega lineamientos y plantea un horizonte de seis años, con planes bianuales de apoyos y cuidados.