El efectivo policial, oriundo de Peumo y donde también fue bombero por tres años antes de entrar a la institución, relató lo sucedido cuando Carabineros intervenía en una manifestación estudiantil. "Fue en esos momentos cuando me patean y caigo al piso. Traté de reincorporarme, pero la furia de los que me atacaban me lo impidió. Me arrebatan el casco y comienzan a darme patadas en el cráneo, en mi cara y pierdo la conciencia".

El recuerdo de lo vivido ese día, lo emociona: "Yo tengo una guagüita de cuatro meses, quiero verla crecer, ir a dejarla a la escuela, que ella me invite a los actos del Día del Carabinero. Por eso, estas instancias hacen que uno piense más en la familia y se aferre a la vida en sus creencias, sus principios, a los valores que uno tiene".

"Pero voy a salir adelante, me recuperaré y seguiré siendo lo que elegí, un carabinero de Fuerzas Especiales para poder cumplir a cabalidad con mi juramento y servir a mi Patria", expresa el cabo segundo Quintanilla, quien desde el 2012 sirve en la policía uniformada.