La ministra en visita de la Corte de Apelaciones de Santiago, Paola Plaza González, había fijado para este miércoles 15 de febrero la entrega del informe provisorio del Tercer Panel Internacional de Expertos en la causa por la muerte de Pablo Neruda.
Hoy pasadas las 14.00 horas, ante una alta expectación de los medios de prensa, la doctora Gloria Ramírez, coordinadora de la instancia, llegó al Palacio de Tribunales para entregar finalmente el reporte. Se trataba de una diligencia que se había aplazado en dos oportunidades, primero por la imposibilidad de uno de los expertos de acudir debido a los incendios forestales en la zona centro sur y luego por la falta de consenso entre los integrantes del panel.
Esta semana, previo a conocerse el resultado preliminar del trabajo de los especialistas, en declaraciones a agencia EFE, Rodolfo Reyes, abogado y sobrino del escritor, afirmó que al poeta “lo eliminaron” agentes del Estado de Chile, lo que generó alto interés por el contenido del reporte.
El informe del panel consta de un reporte escrito de los laboratorios de las universidades MacMaster de Canadá y Copenhague de Dinamarca. Uno de los informes no está en español y deberá ser traducido.
“Ingresó también, respecto de uno de estos laboratorios un resumen ejecutivo de las operaciones que ellos desarrollaron y un informe de cada uno delos peritos que participaron como expertos revisores de la labor y operaciones de cada uno de estos laboratorios”, precisó la ministra Plaza, recordando que la investigación se encuentra en etapa de sumario.
“Ahora viene una fase de estudios, de revisión, no solo de estos informes, sino de lo que fue la labor desarrollada por los peritos y en las sesiones del panel y el análisis conjunto de este tercer panel con lo que fue el trabajo del Panel 1, Panel 2, los demás informes periciales de la causa, el cúmulo de antecedentes investigativos y las múltiples versiones de testigos que están acumuladas en estos años de investigación”, explicó la ministra en visita.
Plaza, que reemplazó en la investigación a Mario Carroza, dijo que “ahora viene eso, una fase de revisión, estudio, ponderación, valoración, para que el tribunal dicte las resoluciones que en derecho corresponden, según aconseje el curso de la investigación”.
La entrega de las conclusiones definitivas del panel estaba prevista para el 7 de marzo, sin embargo, se informó que los documentos presentados esta jornada corresponden a los informes definitivos de la instancia.
No hay un plazo para que el tribunal dicte su resolución.
Tras la entrega de este informe pericial corresponde analizar esa diligencia probatoria en conjunto con todos los elementos acumulados en más de una década de indagatoria. “Una resolución del tribunal no puede basarse única y exclusivamente en un elemento de prueba cuando hay un cúmulo de antecedentes que ponderar individualmente y en conjunto”, acotó la ministra en visita del caso.
Certificado de muerte cuestionado y descubrimiento de una toxina
Hace seis años se descartó que el cáncer de próstata que padecía el literato fuese su causa de muerte. Eso daba pie a la hipótesis de una eventual responsabilidad de terceros. El experto español Aurelio Luna apuntó entonces contra el documento de defunción y declaró que era “rotundamente cierto, al 100%, que el certificado no refleja la realidad del fallecimiento”.
En el análisis de los restos de Ricardo Eliecer Neftalí Reyes Basoalto, el anterior panel de especialistas descubrió la presencia de Clostridium botulinum, una neuro toxina bacteriana detonante del botulismo, enfermedad que ataca el sistema nervioso causando dificultad para respirar, parálisis muscular y hasta la muerte.
Anteriormente, una primera evidencia científica que pudo vincular el deceso de Neruda con una posible intervención de terceros fue el hallazgo de fragmentos de la bacteria Staphylococcus aureus, en las primeras investigaciones toxicológicas. Las pericias buscaban confirmar o descartar una inoculación de sustancias tóxicas al poeta que habría precipitado su muerte.
El 24 de enero pasado un grupo de expertos nacionales e internacionales inició el análisis de las pericias derivadas de la investigación que se inició en 2011. De manera presencial y remota, especialistas de Canadá, Dinamarca y Chile que habían participado en las diligencias de los dos paneles anteriores de la causa, trabajó para establecer la causa de muerte exacta del Nobel.
El primer informe en la indagatoria, elaborado por el Servicio Médico Legal, indicaba que Neruda efectivamente padecía un cáncer de próstata avanzado con metástasis -situación de salud que lo obligó a renunciar a su cargo en la Embajada de Chile en París en febrero de 1973- pero esas pruebas no permitían establecer las causas exactas de su muerte ocurrida a menos de dos semanas del golpe del 11 de septiembre.
Testimonio de conductor originó la indagatoria
La investigación se inició a partir de declaraciones de Manuel Araya, conductor que trabajó trasladando al poeta en sus últimos meses: “Neruda no murió de cáncer, fue asesinado por la Junta Militar. Lo mataron con una inyección”, afirmó en una entrevista a la revista mexicana Proceso, en 2011.
Al conocerse la versión de Araya, el abogado Eduardo Contreras presentó en representación del Partido Comunista una querella para que se indagara un eventual homicidio. El 8 de abril de 2013 se concretó la exhumación de los restos del vate desde Isla Negra y se realizaron análisis en Carolina del Norte en Estados Unidos y la Universidad de Murcia en España.
El escritor, miembro del Comité Central y la mayor figura del Partido Comunista chileno, estaba en su residencia en Isla Negra el 11 de septiembre de 1973. Aquejado por el cáncer había dejado su puesto en la Embajada de Chile en Francia meses antes. A la semana del golpe viajó hasta la Clínica Santa María en una ambulancia, junto a Matilde Urrutia y su conductor Manuel Araya. Quienes lo vieron entonces lo describieron como un hombre débil, pero no moribundo. Los militares allanaron sus propiedades y su pareja hacía gestiones para partir a México al exilio. El sábado 22 de septiembre ella estaba armando maletas en Isla Negra cuando Neruda llamó por teléfono a la Hostería Santa Elena, muy cerca de la casa y le hizo saber que su salud había empeorado. En declaraciones a The Associated Press, Araya recordó ese episodio explicando que mientras él y Urrutia realizaban encargos del poeta en la residencia del balneario, Neruda los mandó a buscar. “Vénganse rápido porque yo estaba durmiendo y un doctor me puso una inyección en la guata, tengo mucho dolor y tengo calor”, habría dicho, según el relato del chofer.
Cuando Urrutia por fin llegó a Santiago, su esposo estaba en un estado febril. Entrada la noche, según las memorias de la viuda, le pusieron una inyección y entró en un coma del cual no salió.
En el 2013 el testimonio del médico cirujano Sergio Draper Juliet, facultativo a cargo del tratamiento que siguió el vate en la Clínica Santa María, permitió la elaboración del retrato hablado del enigmático doctor “Price”, descrito en la carpeta investigativa como un profesional rubio y de ojos azules, que habría tenido 27 o 28 años y medía 1,8 metros. Él habría acompañado al poeta durante las horas previas a su muerte y hasta el día de hoy no se ha podido determinar su identidad.