Como varios parlamentarios, en su época de diputado Manuel Monsalve -hoy en prisión preventiva tras ser imputado por violación y abuso sexual- adquirió un departamento en Viña del Mar a modo de inversión.
Lo utilizaba en las semanas que debía estar en el Congreso y viajaba fines de semana y las distritales a su zona. Por lo mismo, cuando culminó esa labor e ingresó a la primera línea del gobierno, a la cabeza de la Subsecretaría del Interior, intentó seguir con parte de la rutina de alojar en ese lugar y viajar ocasionalmente a su vivienda familiar en el Biobío.
Así, como desde el verano de 2022 debía estar preferentemente en la capital por sus labores en La Moneda, la otrora autoridad decidió ubicar como residencia ocasional el Hotel Panamericano, a unas cuadras de Palacio, como quedó en evidencia cuando una asesora que trabajaba con él lo denunció por haberla atacado sexualmente en ese lugar.
Quienes conocen de la rutina que mantenía dan cuenta que algunas noches dormía en el mencionado recinto, pero que muchas otras viajaba en la noche para pernoctar en su departamento en la Quinta Región, donde también solía salir sin escoltas para, por ejemplo, ir a trotar.
Sin embargo, tras la grave denuncia en su contra por violación hubo un punto de inflexión. La jornada del 17 de octubre el Presidente Gabriel Boric le indicó que su permanencia en el Ejecutivo era insostenible y que debía renunciar. No podía seguir siendo la cabeza de las policías y enfrentar una indagación por hechos tan complejos como los descritos por mujer que lo acusó, quien además era una subalterna, una funcionaria de Gobierno.
De esta forma, Monsalve se instaló en Viña del Mar y ahí comenzó a organizar y preparar su defensa. Según fuentes consultadas por este medio, desde ese día estableció reuniones diarias con sus tres abogados -María Inés Horvitz, Lino Disi y Cristian Arias-, temprano en la mañana o en la noche. Al igual que con integrantes de su círculo más cercano, se conectaban vía zoom. No pocas veces, como quedó en evidencia, viajaba a Santiago para realizar esas reuniones de manera presencial.
Desde el 21 de octubre estuvo acompañado de una de sus hijas que regresó desde el extranjero y hasta antes del 14 de noviembre también fue apoyado por otros familiares.
La mañana del jueves 14 de noviembre esa rutina cambió. Mientras se encontraba reunido con uno de sus abogados, efectivos de la Policía de Investigaciones golpearon su puerta y lo detuvieron, siendo trasladado hasta un cuartel de la institución en Ñuñoa.
Monsalve durmió en los calabozos de ese recinto cinco noches, hasta el martes 19 de noviembre, cuando finalmente culminó su formalización y el juez Mario Cayul ordenó su ingreso a la Cárcel de Rancagua para cumplir prisión preventiva. Esto, luego de dar por acreditado los hechos denunciados por la funcionaria y acoger las alegaciones del Ministerio Público en línea con que su libertad constituye un riesgo para la sociedad.
Se desestimaron, de esta forma, alegaciones de la defensa respecto de que no se justificaba una medida cautelar tan gravosa. Apostaban al arresto domiciliario, entre otros cosas, porque se trataba de una ex autoridad que podía correr riesgo en un penal e incluso comprometer la seguridad del Estado, pues podría ser extorsionado. Incluso, indicaron que Monsalve sería “el hombre más vulnerable de Chile”.
La nueva “residencia”
Al término de la mencionada audiencia, el ex subsecretario fue trasladado de inmediato hasta el recinto penitenciario por parte del equipo de Traslado de Alto Riesgo (TAR) de Gendarmería.
Ahí, como pudo conocer La Tercera, fue sometido al procedimiento como cualquier otro interno. Los funcionarios penitenciarios le aplicaron instrumentos de clasificación, pasó por el área de atención médica para su evaluación -recordemos que casi se desmayó cuando oía al juez que quedaba preso-, y luego fue derivado hasta el Módulo 86, donde se encuentran imputados, igual que él, por delitos sexuales y primerizos.
En ese lugar, de acuerdo con fuentes de Gendarmería, se encuentran recluidos alrededor de 70 reos. Específicamente, el ex socialista comparte la celda número 44 con otros dos internos. Uno corresponde a un ex carabinero encausado por delitos sexuales y el otro es un recluso imputado por conducción en estado de ebriedad.
Se trata de un espacio que se encuentra en el tercer piso del recinto, y que cuenta con dos literas, WC, lavamanos y ducha, sólo de agua fría. Tiene luz natural, luz artificial y ventilación.
En cuanto a los horarios, estos son rígidos. Tras la formación del personal de la unidad, entre las 8.40 y las 9.00 horas se produce el desencierro, momento en que se cuenta a todos los internos del módulo, se les da acceso a desayuno y comienzan las hora de “patio”.
A eso de las 12.30 horas es la hora de almuerzo, a las 18 la cena y ya alrededor de las 18.30 se realiza un nuevo conteo y se da paso al encierro de los reclusos en las celdas. En ese momento, como aseguran quienes conocen del proceso, gendarmes suelen entregarles las colaciones nocturnas.
Tiene posibilidad de visitas los días martes y domingo en horas de la mañana, momentos en que podrán ingresar hasta cinco de sus conocidos que previamente se hayan enrolado en las unidades de la institución penitenciaria.