Como un duro golpe para el partido que comanda Franco Parisi resultó la divulgación de la condena que enfrentó una de las candidatas que postulan a consejera constitucional por la Región de Arica y Parinacota, Karla Añes Gajardo. Y es que a días de la elección, el Partido de la Gente no sólo ha tenido que enfrentar la baja de la mujer de 42 años -que tras la sentencia quedó inhabilitada para ejercer cargos públicos y hacer uso de sus derechos políticos-, sino que también una avalancha de cuestionamientos por la desprolijidad en la revisión de los antecedentes de sus candidatos.

Pero la noticia no quedó sólo en eso, sino que ha venido aparejada del surgimiento de una serie de nuevos antecedentes respecto del “prontuario” de Añes Gajardo.

Y es que como pudo constatar La Tercera, durante el cumplimiento de su condena la autodenominada “experta en seguridad” -como se lee en su propaganda- fue sancionada en cinco ocasiones por personal de Gendarmería por, mayoritariamente, mantener “elementos prohibidos” al interior del recinto.

El 10 de noviembre de 2010, se le incautó un teléfono celular, una batería y un chip, por lo que fue enviada a aislamiento en celda solitaria.

Misma sanción recibió el 19 de enero de 2011 y el 23 de agosto de 2012, cuando fue sorprendida “trenzándose a golpes de puño” con otra interna, y portando una botella de chicha artesanal, un celular y un cargador, respectivamente.

Luego, el 27 de diciembre de 2013, se le sorprendió con 44 celulares, 12 chip de la compañía Claro, 8 chip Entel, 26 cargadores y 14 manos libres. Por este hecho, fue sancionada con privación de visitas.

Y por último, el 5 de abril de 2014, también fue sancionada con suspensión de visitas, luego de que los funcionarios notaran que mantenía nuevamente un teléfono celular en su poder.

Dadas las sanciones y los elementos que le fueron requisados, gendarmes consultados por este medio comentan que claramente se estaría ante una persona, desde el punto de vista criminológico, que “mantuvo una conducta refractaria a las normas del régimen penitenciario”.

Mencionan, en el mismo sentido, que se trata de una interna que no se adaptó al régimen, y que a simple vista fue de “difícil manejo”.