Arnaldo Zúñiga, meteorólogo y encargado de Difusión de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC), apenas comenzada la actual crisis sanitaria sabía que su condición de salud requería precauciones por su hipertensión y sus 61 años.

“Debido a una decisión de la Dirección de Aeronáutica (de la que depende la DMC) comenzamos con teletrabajo a fines de marzo. Incluso, monté un estudio, ya que trabajo mucho con medios de comunicación. Yo estaba sano, sin ningún problema en ese entonces”, recuerda hoy Zúñiga.

Vive con su hijo que está con clases online, y su señora también permanentemente en casa. “Teníamos mucho cuidado y salíamos muy poco”.

A pesar de los cuidados, Zúñiga terminó contagiado. Cree que el virus provino de su sobrino, que también vive con ellos. “Lamentablemente, mi sobrino tenía que salir a trabajar en una empresa de alimentación, por lo que existe una alta probabilidad de que él nos haya contagiado”, recuerda.

La primera persona en la casa que tuvo síntomas, el 26 de mayo, fue su esposa. “Empezó con mucho dolor de cabeza, un gran baja de presión y, además, perdió el gusto y el olfato. Como mi hija es médico, se preocupó mucho y la llevamos a urgencia, al Hospital Clínico de la Fuerza Aérea. Mi señora le comentó al médico que yo era hipertenso, y como era muy probable que estuviera contagiado, por seguridad me hice el test. Dos días después nos avisaron que éramos positivos”, explica.

“Ahí empezó todo este calvario”, relata ahora. “Mi señora siguió con síntomas muy fuertes, después yo comencé con dolor de cabeza y de espalda, en la parte lumbar, muy fuerte. Además, cansancio y fiebre. Me sentí tan mal que me trasladaron a urgencia y quedé hospitalizado. Ya estábamos en la primera semana de junio”, señala Zúñiga.

Estuvo internado en la UTI durante cinco días. “Si bien estuve en el hospital, y tuve fiebre, gracias a Dios no pasó a mayores. No alcancé a estar intubado”.

Recuerda que se sintió muy mal, sobre todo cuando tuvo episodios de fiebre alta. “Lo menos que quería era contagiarme y terminar en un servicio de urgencia, y la verdad es que sí, sentí miedo, no voy a mentir. Por un lado, porque reunía factores de riesgo como ser hipertenso, además tengo 61 años y estoy en el grupo de riesgo”.

Durante su enfermedad, el dilema de la última cama lo atormentó. “Como veía que esto era muy explosivo, uno se empieza a pasar películas y decía: ‘Si llego a urgencia, y está la última cama y hay personas más jóvenes que yo, voy a quedar de lado’. Uno ve las noticias y piensa que puede pasar”, reflexiona.

Lo dieron de alta, sin estar recuperado en un 100% aún. “Seguí con algunos episodios de fiebre. En la casa me seguí recuperando y paulatinamente me fui mejorando. Un día amanecí mucho mejor”, relata el meteorólogo, que este lunes volvió a trabajar.