Este martes, la Cámara de Diputados aprobó en general el proyecto que permite que los gendarmes en retiro puedan portar y usar armas de fuego. La disposición fue visada con 97 votos a favor, 37 en contra y 11 abstenciones.

En detalle, la iniciativa permitiría que los funcionarios pertenecientes a la planta de oficiales penitenciarios y los suboficiales mayores de Gendarmería y que estén retirados, tengan la facultad para portar las armas de fuego que estén debidamente inscritas a su nombre. Para ello, se exige que hayan cumplido al menos 20 años de servicio en la institución, un requisito que fue incorporado -en junio del 2023- por el gobierno Presidente Gabriel Boric a través de una indicación.

Se incluyó también como condición que el funcionario en retiro posea las aptitudes físicas y psíquicas compatibles con el uso de armas, entre otros requerimientos.

El proyecto se encuentra en su primer trámite constitucional y ahora, al ser objeto de indicaciones, volvió a la comisión técnica para un segundo informe.

Según el sitio web de la Cámara, la iniciativa se originó en una moción presentada en abril de 2020 y tiene su base en un requerimiento nacido desde la propia institución de Gendarmería. En ese sentido, recoge la necesidad de los gendarmes en retiro de contar con mayor protección personal y de sus familias, adelantándose a eventuales persecuciones por el ejercicio de sus funciones.

PC y FA en contra

La iniciativa logró ser visada por la Cámara dado que obtuvo el respaldo de la oposición, del centro y también algunos votos del oficialismo, como los de la mayoría del comité liberal.

Sin embargo, en las filas del gobierno, el Frente Amplio (FA) y del Partido Comunista (PC) optaron por descartar la propuesta y la mayoría del Partido Socialista (PS) se abstuvo, a excepción de Emilia Nuyado, Juan Santana y Nelson Venegas, que votaron en contra; y de Marcos Ilabaca, quien votó a favor.

Desde la oposición, argumentaron su voto a favor aludiendo a que la medida iría en una línea correcta para combatir la delincuencia en el país, además de recordar las “amenazas” de las que son objeto los gendarmes durante y tras el ejercicio de sus funciones.

En la vereda opuesta, en una postura a la que adherían principalmente legisladores independientes y oficialistas, plantearon que la iniciativa podría representar un “peligro”, al entregar a civiles armas de fuego que pudiesen ser arrebatadas por criminales. Una tercera posición llamaba a aprobar el proyecto, pero con restricciones y requisitos para la obtención del permiso para portar armas.