Las isapres ya han advertido que están en una difícil situación financiera y que, con el fallo de la Corte Suprema sobre la tabla de factores que tendrá que aplicar la Superintendencia de Salud, la situación se podría agravar.
Uno de los dilemas que enfrentaba la industria a la espera de conocer las instrucciones de la Superintendencia de Salud, era respecto del modo en que tendrían que reflejar en sus balances el fallo adverso del máximo tribunal.
El primer balance que llegó de la industria fue el de Empresas Banmédica, controlador de las isapres Banmédica y Vida Tres, donde la auditora PwC advirtió respecto del principio contable de “empresa en marcha”, el cual asume que una compañía operará durante un largo período de tiempo, o al menos por doce meses. Y este martes llegó un nuevo balance. Esta vez se trata del reporte de Inversiones La Construcción (ILC), controlador de isapre Consalud, donde nuevamente se alerta sobre dicho asunto.
En los estados financieros, ILC reportó una utilidad por $146.534 millones, “principalmente explicado por el resultado obtenido por el sector financiero de ILC, específicamente la Compañía de Seguros Confuturo por $133.141 millones, y el Banco Internacional con $46.527 millones”, según dice su análisis razonado. Ello, pese a las pérdidas por $21.381 millones que anotó Consalud en el periodo, las cuales se redujeron en comparación a la pérdida de $82.454 millones obtenida por la isapre durante 2021.
En los estados financieros ILC también mencionó que el balance fue preparado “sobre la hipótesis de la continuidad de la isapre como empresa en marcha, sin embargo, lo señalado en los párrafos anteriores (aplicación e interpretación del fallo de la Suprema) genera una incertidumbre que podría afectar a la isapre como empresa en marcha”.
Por su parte, la auditora Deloitte comienza, como siempre, dando su opinión sobre los estados financieros, donde no hay ningún comentario fuera de lo habitual. Pero luego incluye un subtítulo: “Énfasis en un asunto – situación de las isapres”, donde dice que “los estados financieros de la subsidiaria isapre Consalud (...) han sido preparados suponiendo que dicha subsidiaria continuará como una empresa en marcha”.
A continuación recuerda el fallo de la Suprema sobre tabla de factores, pero dice que la Superintendencia de Salud no ha informado cuál será el mecanismo mediante el cual se determinará el precio final de los contratos de salud y la restitución de las diferencias resultantes, por lo que menciona que Consalud “no puede determinar de manera fiable el eventual monto de las diferencias de precio a restituir a sus afiliados. De acuerdo a lo instruido por la Superintendencia de Salud, lo anterior resulta en la existencia de un pasivo contingente no cuantificable para dicha subsidiaria”.
Producto de lo anterior, Deloitte comenta en los estados financieros que se incluyó una declaración “indicando que para la subsidiaria Isapre Consalud S.A. existe una incertidumbre material que puede generar duda sustancial acerca de su capacidad para continuar como una empresa en marcha. Los estados financieros consolidados no incluyen ningún ajuste que pudiera resultar de la resolución de esta incertidumbre, ya sea en la valorización de pasivos producto del fallo de la Corte Suprema, como en la valorización de ciertos activos asociados a los flujos futuros de la isapre”.
Además, agrega que ”debido a la situación de las isapres (...) no es posible determinar a esta fecha si la resolución de esta incertidumbre tendrá efecto en la recuperabilidad de las cuentas por cobrar a las isapres (...) de los estados financieros consolidados de ILC al 31 de diciembre de 2022, o en el desarrollo de las operaciones de la subsidiaria Empresas Red Salud S.A. y sus subsidiarias. Estos estados financieros consolidados no incluyen ningún ajuste que pueda resultar de la resolución de esta incertidumbre por la situación de las isapres. Nuestra opinión no se modifica por este asunto”.