La Prueba de Transición para la Admisión Universitaria (PDT) no es la única vía de ingreso para los estudiantes que quieran acceder a alguna de las 45 universidades que integran el sistema centralizado que administra el Mineduc. Hay también otros caminos y que apuntan a diversas condiciones, muchas veces dependientes del entorno de la casa de estudio en cuestión.
Lo anterior, en el marco de las modificaciones al sistema de acceso que comenzaron a regir en el proceso de admisión 2021 y que, dentro de otras cosas, también permitían modificar los porcentajes de ponderaciones del NEM, ranking de notas y puntajes de la PDT.
Así se refleja en un barrido por las instituciones que forman parte del Sistema de Acceso a la Admisión Universitaria, donde es posible encontrar una serie de alternativas para admisión directa.
Casi todo el universo de casas de estudios, por ejemplo, tiene cupos reservados para deportistas destacados, así como una gran mayoría también tiene para estudiantes de pueblos originarios, para extranjeros con estudios, para apuntar a la igualdad de género -sobre todo en carreras tecnológicas y científicas- o méritos artísticos.
En una mirada particular, la U. de Chile abrió 1.887 cupos en 13 de sus 16 vías de admisión especial, aumentando este año los dirigidos a pueblos indígenas, en situación de discapacidad y de equidad de género, además de haber sumado una vía para estudiantes de colegios técnico-profesionales que quieran estudiar carreras agrícolas y forestales.
“Hemos abierto vías orientadas a facilitar el ingreso de estudiantes provenientes de establecimientos públicos, jóvenes pertenecientes a pueblos indígenas y personas en situación de discapacidad”, señala en primera instancia Rosa Devés, vicerrectora de Asuntos Académicos. Y añade que han “implementado mecanismos orientados por el principio de igualdad de género, a fin de aumentar la participación de mujeres en carreras tradicionalmente masculinizadas y hombres en carreras tradicionalmente feminizadas. Para nosotros, la diversidad de nuestras aulas constituye no sólo un compromiso con el país, sino que también una apuesta por una educación más integral y pertinente”.
Asimismo, la U. Católica tiene 780 cupos de admisión especial y complementaria para 2022 y, dentro de ellos, según cuenta Fernando Purcell, su vicerrector académico, están los de equidad.
“Con la admisión especial buscamos diversidad, enriquecernos, brindando espacios para quienes de otra forma no tendrían espacio en la universidad”, dice el directivo, quien agrega que, además, les importa “abordar las brechas existentes como las de género para teología y las ciencias, o como ocurre en nuestra vía para estudiantes con necesidades educativas especiales, que abre sus puertas a personas con ciertas discapacidades”.
Además, suman canales para ingresar por excelencia académica, interculturalidad, científicos o artistas destacados, deportistas de alto rendimiento, así como también aquellos provenientes del Club Deportivo UC. “Nuestros vínculos institucionales explican vías particulares, como la que acabamos de abrir para atraer a deportistas con vínculos con el club o Cruzados”, cierra Purcell.
Por otra parte, la U. de Santiago cuenta con 987 cupos para sus 20 vías de ingreso distintas a la PDT. Apuntan, entre otros, a estudiantes de pueblos indígenas, ranking 850 (aquellos alumnos con el tope de puntos por ranking de notas, pero sin puntaje suficiente en la PDT), para hijos de funcionarios y también para mujeres a carreras de ciencia y tecnología.
¿Por qué lo hacen? “En el ámbito científico-tecnológico hay programas que aún tienen brechas importantes entre el número de hombres y mujeres que postulan; lo que queremos es facilitar el acceso y que permita abrir las oportunidades”, señala el vicerrector académico, Julio Romero, quien, además, cuenta que los cupos para hijos de trabajadores de la institución se consideraron para “respetar la tradición y el aporte que han hecho los funcionarios a la universidad”.
En las instituciones privadas la situación es similar. Ahí, desde la U. de las Américas, Javier Navarro, vicerrector de Admisión y Desarrollo Estudiantil, ejemplifica: “La universidad cuenta con 500 vacantes para admisión especial”. Explica que entre los requisitos de entrada está contar con nota NEM igual o superior a 5,0, para luego optar a algunas de las ocho vías, como ser deportistas destacados, hijos de funcionarios de la institución o egresado de colegios con un índice de vulnerabilidad escolar mayor o igual al 60% y que se encuentren sobre el 40% del ranking de su institución.
Regiones y el territorio
Hacia el sur de Chile, la U. de Aysén pone la mirada en su característica de institución austral. Por eso apunta a cupos para etnias indígenas, cupos con sello regional, cupos para estudiantes provenientes de establecimientos extremos y un programa especial para conscriptos.
David Vásquez, encargado de Admisión de dicha institución, detalla: “El compromiso regional permite focalizar estos criterios en estudiantes de Aysén como una forma de entregar mayor equidad en el acceso a la educación superior”. Y agrega: “Junto con esto, el sello regional apunta a la retención del talento y liderazgo de jóvenes comprometidos con el territorio y, finalmente, la admisión para colegios extremos permite brindar más oportunidades a quienes han cursado su enseñanza media en zonas de baja conectividad y aislamiento”.
La U. Católica de Valparaíso (PUCV) es otro ejemplo. Dicha casa de estudios tiene tres procesos distintos a la admisión regular: Sistema de Ingresos Complementarios, Proceso de Admisión Especial e Ingreso Directo. Ahí, entre otros, hay caminos respectivos para alumnos líderes o emprendedores, para estudiantes pertenecientes a la comunidad Rapa Nui y para ingresos sin PDT.
“El Ingreso Complementario apunta a aquellos alumnos que durante la enseñanza media se hayan destacado por su capacidad de liderazgo o emprendimiento a través de su participación (...), que además tengan una destacada trayectoria académica escolar”, explica Nelson Vásquez, vicerrector académico. Este añade que los cupos para Rapa Nui apuntan “a dar oportunidades a los habitantes de la isla que quieren continuar una carrera universitaria en la PUCV”.
En tanto, desde la U. de la Frontera explican que sus vías alternativas se han generado con el objetivo de ser más inclusivos y que estudiantes o profesionales tengan distintas formas de acceso, con cupos limitados, aunque hay carreras que no cuentan con esa opción.
La vía de admisión indígena es un acceso que esa institución tiene hace más de 20 años. “Desde 2004 todas las carreras tienen al menos un cupo, lo que está altamente vinculado al territorio en el que está ubicada nuestra universidad”, explica Ruth Candia, directora de Registro Académico Estudiantil. Pero no es lo único, puesto que también tiene una vía que no se encuentra en otras casas de estudio: Mi Carrera Mi Futuro. “Es para personas bajo la protección del Estado y se genera con el objetivo de dar oportunidades a estudiantes que por distintas razones no ven el acceso a educación superior o universitaria como una realidad”, agrega. Esta vía no exige un puntaje en la PDT, solo pide que sea rendida y que el alumno esté preseleccionado con los beneficios del Estado.
En la Región de O’Higgins está la universidad del mismo nombre, que supera los 700 cupos anuales en vías especiales, donde, entre otras, destacan los cupos de equidad regional (144) y el cupo agropecuario (casi 60). El primero, explica Marcello Visconti, vicerrector académico, “fue creado con el objetivo de asegurar que los mejores estudiantes de la región, egresados de establecimientos públicos, puedan estar representados en cada una de las carreras”, mientras que el segundo “busca favorecer el ingreso a estudiantes de la región que egresan de la formación técnica agropecuaria para que accedan a la institución a cursar preferentemente carreras de la Escuela de Ciencias Agroalimentarias, Animales y Ambientales”.
En el norte, la U. de Antofagasta apunta, entre otras, a vías para deportistas, talentos en ciencias y artes, además de minorías étnicas. “La universidad busca brindar una oportunidad a quienes se destacan a nivel regional y nacional por sus méritos deportivos o artísticos”, asegura Óscar Morales, jefe de Admisión y Matrícula. Además, señala que su institución brinda opciones “para alumnos pertenecientes a pueblos originarios y a extranjeros con estudios medios en su país de origen”. Estas vías, justifica, “contribuyen y crean un espacio que promueve la integración social, inclusión y diversidad de talentos”.
Con todo, el subsecretario de Educación Superior, Juan Eduardo Vargas, señala que uno de los objetivos buscados con los cambios que se han implementado en el último tiempo “ha sido el de reconocer de mejor manera la diversidad de talentos presentes en los estudiantes, para lo cual aumentamos la admisión especial desde un 15% a un 20% (en zonas extremas hasta un 25%) de la admisión total de primer año”.
De esta forma, añade la autoridad educativa, “estamos dando la posibilidad de que alumnos que no necesariamente cumplen con los requisitos de puntaje establecidos por cada institución puedan ingresar a alguna de las universidades adscritas a través del reconocimiento de otros talentos que estos jóvenes tienen”.