La grabación de la cámara GoPro del capitán de Carabineros Jaime Fernández Sepúlveda es una de las piezas claves de la Fiscalía Occidente para imputar participación al exoficial Patricio Maturana Ojeda, en el lanzamiento de una bomba lacrimógena que habría impactado en el rostro de Fabiola Campillai, el 26 de noviembre en San Bernardo. En ese momento la mujer estaba esperando locomoción para dirigirse a su trabajo. La gravedad de la lesión la dejó ciega y desde entonces se abrió una investigación en el Ministerio Público para detectar a el o los responsables.
A nueve meses del hecho, este jueves a las 23.00 horas, Maturana fue detenido por funcionarios de la Brigada de Derechos Humanos de la PDI por presuntos apremios ilegítimos y lesiones graves gravísimas a Campillai, y esta noche, se decretó prisión preventiva en su contra mientras dure la investigación, cuyo plazo establecido fue de 90 días.
Maturana deberá cumplir la medida cautelar al interior de la Subcomisaría Pudahuel Norte, mismo recinto donde está recluido el ex teniente coronel Claudio Crespo, formalizado en el caso de Gustavo Gatica.
La orden para detener a Maturana fue requerida por la fiscal de Alta Complejidad Occidente, Paola Zárate, al Juzgado de Garantía de San Bernardo. La tarde de este viernes la persecutora formalizó la investigación contra el exuniformado, en que relató qué habría ocurrido la jornada en que Campillai perdió la vista.
De acuerdo a lo detallado por Zárate, Maturana se encontraba junto a un piquete de Carabineros en la intersección de Avenida Portales con Fermín Vivaceta cerca de las 20.00 horas de ese día, mientras se desarrollaban manifestaciones a algunos metros del lugar.
Según lo sostenido por la persecutora, “contraviniendo las disposiciones del manual para el control del orden público, en lo que respecta del uso debido del armamento no letal”, el capitán Jaime Fernández, quien estaba a cargo del procedimiento, utilizó su carabina lanzagases contra un grupo de manifestantes ubicado a 100 metros.
Posteriormente, Fernández dio la orden de disparar una segunda vez, la que fue ejecutada por el teniente Jorge Garrido, quien también portaba el mismo tipo de armamento. Finalmente, a las 21.30 horas, fue Patricio Maturana quien efectuó un disparo, impactando en el rostro a Campillai, quien se encontraba a 51 metros de distancia, en la intersección de calles Fermín Vivaceta y Ángel Guido.
Zárate señaló que dicha acción se realizó con la presencia de manifestantes y “sin que por ello se estuviera afectando la libre circulación de transeúntes y vehículos ni se pusiera en peligro la vida o la seguridad de las personas que circulaban en ese momento en el sector, ni tampoco la de los funcionarios policiales”.
Afirmó que Maturana, “abusando de su cargo y con el propósito de proferir dolor, ejecuta un disparo con la carabina lanzagases que portaba, la cual es percutada de frente, en forma recta, dirigiéndola directamente a las personas ubicadas en el lugar, en un ángulo inferior a 10 grados, sin realizar parábola alguna”.
Del mismo modo, la fiscalía indicó que, luego de percatarse del hecho, el grupo de funcionarios abandonó el lugar por instrucción de Fernández, quien además instruyó que se arrojara una granada de mano, la que cayó a los pies de la hermana de la víctima, Ana María Campillai, quien se encontraba solicitando socorro.
En cuanto a las lesiones, Zárate informó que “la víctima perdió la visión de ambos ojos debido al estallido de ambos globos oculares, presentando diversas fracturas de huesos de cara y cráneo, que provocaron ceguera total y pérdida del sentido del olfato, así como diversas secuelas físicas y estéticas notorias que provocaron los impactos referidos”.
Del mismo modo, indicó que “de no haber mediado socorros eficaces y oportunos, las lesiones sufridas por la víctima pudieron ocasionarle la muerte”.
Como medios de prueba, el Ministerio Público exhibió un informe de la Universidad de Chile, “sobre la dinámica de proyectiles lacrimógenos en el marco de la causa por lesiones gravísimas”, el que reveló el ángulo con que habría sido disparada la lacrimógena.
Asimismo, Zárate relató que existe un video grabado por funcionarios de Carabineros en ese día, en que se puede escuchar ‘El Matu parece que le pegó, le pegó con una...’”.
El 14 de agosto, a través de un comunicado, Carabineros señaló que a raíz del sumario dos oficiales subalternos fueron desvinculados. Pese a que no se informan sus nombres, según conocedores de la decisión fue a Maturana a quien se le imputó “que pese a que tomó conocimiento de que existía una lesionada, no desplegó iniciativa alguna, además de declarar hechos contradictorios sobre lo ocurrido”.
Catherine Lathrop, abogada de Maturana, señaló que su representado no portaba un fusil de precisión, por lo que no hay cómo probar la intención de lesionar a la víctima.
Campillai, en tanto, señaló que “hay más responsables. Ellos no se mandan solos. Se siguen protocolos que no siguieron. Hay muchos que sabían lo que me había pasado y con las cámaras de ellos mismos no hicieron nada”.