“No puedo más del dolor, esto no es vida”. Esta fueron una de las últimas frases que los hijos de Bertina Amanda Gómez Jaramillo (77) escucharon de su madre antes que falleciera el 27 de junio de 2016, tras una falla multisistémica derivada de una infección intestinal.
Unas horas antes, los médicos del Hospital del Profesor se habían dado cuenta, tras realizar un scanner, que al interior del intestino de la paciente había una tijera quirúrgica olvidada en una operación realizada en ese mismo recinto, siete meses antes. Pese a que la mujer en reiteradas ocasiones llegó a urgencias pidiendo auxilio por los malestares estomacales que sentía, nunca antes se le había practicado un examen que mostrara la “pinza kelly” alojada en sus intestinos, pero a esa altura ya era demasiado tarde.
Este viernes 14 de agosto, la fiscal de la zona Centro Norte, Giovana Herrera, tras varios meses de investigación formalizará a quien para la Fiscalía Centro Norte es el principal sospechoso de haber dejado el implemento quirúrgico al interior del cuerpo de Bertina. Se trata del médico José Pablo Undurraga Herrera, quien el día de la operación ofició como segundo cirujano y fue quien manipuló las tijeras. Ya antes, el Ministerio Público había imputado como responsable de cuasidelito de homicidio al médico tratante de la mujer, Luis Miranda López, y la arsenalera Carmen Briceño Ramírez. Sin embargo, pericias recientes dan cuenta de que quien olvidó las pinzas habría sido Undurraga.
Nunca se recuperó
Gómez Jaramillo ingresó a pabellón en el Hospital del Profesor el 10 de noviembre de 2015. La idea era realizarse una gastrectomía, pues padecía de reflujo severo y era la única forma de aminorar las consecuencias de esa enfermedad. Cuatro horas duró la cirugía y durante seis días estuvo hospitalizada, pero Bertina nunca se recuperó. A poco andar, tras el alta médica, continuó con reflujo y molestias estomacales las que -según la querella- fueron desatendidas por su médico de cabecera, quien le aseguró que era parte de las consecuencias de su operación.
Siete meses después y tras un nuevo ingreso a urgencias, los hijos de Bertina exigieron exámenes. Uno de los médicos de turno, entonces, decidió hacer un scanner y no una ecotomografía, lo que complicó aún más la situación de la mujer. Esto ya que, según la querella de la familia, el examen provocó que la tijera -por ser un elemento metálico- se fundiera en sus intestinos provocando una obstrucción y luego una septicemia de la cual nunca se pudo recuperar. Hasta que falleció.
El abogado querellante Miguel Schurmann, quien representa a la familia de Bertina Gómez, aseguró que “este caso -trágicamente- se corresponde con el ejemplo más sencillo de negligencia médica que se puede encontrar: dejar alojada durante siete meses en el estómago de una paciente una tijera quirúrgica de 16 centímetros luego de una intervención, lo que terminó causándole la muerte. La responsabilidad del segundo cirujano es evidente, era quien debía manipular dicho implemento útil para inhibir el desangramiento de la paciente durante la operación. Es decir, es a quien se le olvidó la tijera dentro del cuerpo de doña Bertina”.
Contactada la defensa de Undurraga, sostuvo que no se referirían al caso.