En distinta medida, prácticamente todas las personas que estaban este miércoles en la Corte Suprema transmitían que lo que ocurrió en el Senado con el ahora exministro Sergio Muñoz era “un golpe muy duro” y “triste” para el Poder Judicial.

Y es que, en definitiva, la remoción del “poderoso” e “influyente” Sergio Muñoz, les viene a recordar a todos que no son “inmunes”, ni “eternos” y que pueden ser removidos cuando un grupo de congresistas así lo digan. “Es un atentado a la independencia judicial”, replicó un cercano al -ahora- exjuez.

A esa misma hora, en un rincón del Palacio de Tribunales, un grupo de gendarmes que custodian el Palacio de Tribunales, de hecho, siguieron al igual que los ministros y funcionarios la sesión en que la Cámara Alta aprobó los dos capítulos que contenía la acusación constitucional en contra del otrora “poderoso” magistrado, y comentaban cómo los parlamentarios iban fundamentando sus votos y, con ello dinamitando el futuro del magistrado en el máximo tribunal.

Pero la esperanza de que se “salvara” se perdió temprano. Aún cuando la votación final se dio pasadas las 18.00 horas, a las 12.30 horas ya la mayoría de los que transitaban por los pasillos del edificio ubicado en Compañía de Jesús 1140 daba por hecho que el magistrado sería removido del cargo.

Horas antes, eso sí, el pleno del máximo tribunal había tomado una decisión bajo total reserva que justamente decía relación con Muñoz. Dado que la Comisión de Ética del organismo había comunicado que ya se había emitido el informe por la indagación llevada a su respecto, el juez pidió tener acceso al mismo, pero sus pares le negaron el acceso.

Quienes conocieron de esa decisión de inmediato la catalogaron como una “señal” de que la Suprema le estaba “soltando” la mano al magistrado, pues como pudo conocer este medio, el informe propondría su absolución, lo que, quizás, podría haber incidido en la decisión del Congreso.

Sin embargo, en votación dividida, se decidió no a lugar a la petición, en atención a que la norma establece que, en primer punto, es el pleno quien debe conocer de los antecedentes y no el investigado.

Así, se ratificó que el informe será analizado en un nuevo pleno extraordinario fijado para este jueves a las 8.30 horas, y dado que ya se ha acordado que se transmitirán esas determinaciones, lo más probable es que durante la mañana la ministra María Soledad Melo haga una vocería sobre la materia.

Es decir, si todo se mantiene igual a como ha trascendido…, la Comisión de Ética absolverá al magistrado de los mismos cargos que en el Congreso le costaron su salida.

Será resorte del pleno evaluar si se refieren al resultado de las acusaciones constitucionales o si sólo comunicarán lo referente al trabajo de la Comisión de Ética.

Pero ese resultado, que pudo haber sido importante, no llegó... al menos al Congreso.

Golpe a la “institucionalidad”

Mientras se desarrollaba la votación de los senadores, los supremos no quisieron hacer declaraciones públicas. Aunque sus rostros intentaban reflejar que todo seguía igual, normal.

En privado, eso sí, altas fuentes del máximo tribunal aseguraban que se trataba de un hecho que los golpeaba fuertemente. Reconocían que venían “dañados” de la remoción que ellos mismos zanjaron respecto de la exministra Ángela Vivanco -quien fue destituida el pasado jueves 10 de octubre tras aprobarse por unanimidad un cuaderno de remoción en su contra-, aunque también aseveraban que lo de Muñoz era aún más fuerte.

Lo anterior, no por los cargos en su contra, sino que por la meteórica trayectoria del profesional y porque “es muy complejo imaginarse” el trabajo de la Corte sin él, según mencionaban las fuentes consultadas en alusión a los años que Muñoz llevaba en el puesto.

“Efectivamente, esto afecta nuestra institucionalidad. Claramente es algo que nos afecta a todos”, deslizó en privado un supremo consultado por este medio.

Pese a ello, otros también transmitían que era una decisión de un poder independiente que tienen que respetar y que no les queda más que seguir. El Congreso, recalcaban, es soberano y cumple con su deber.

Entre quienes manifestaron esa postura, también expresaban que las irregularidades o supuestas irregularidades por las que se está juzgando a sus ahora excolegas, los han dejado a todos en una posición incómoda, e incluso, injusta, en tanto se ha instalado un manto de dudas sobre todos.

De todas formas, desde el Palacio de Tribunales también transmitían que, al menos, tuvieron una suerte de “alivio” cuando se desestimó la acusación en contra del ministro Jean Pierre Matus. Con dos ministros menos, decían, “ya es más que suficiente”.