En marzo de 2016 Gendarmería elaboró un informe social y sicológico de Hugo Bustamante. En ese entonces era conocido como el “asesino del tambor”, pues había dado muerte a su pareja y al hijo de nueve años de ésta. Luego, metió ambos cuerpos en un tambor con agua y cal y lo enterró.
Este informe fue hecho poco antes que una comisión de jueces de Valparaíso decidiera otorgarle la libertad condicional. Llevaba cumpliendo 11 años de los 27 años a los que había sido condenado. Y hoy, cuatro años después, fue formalizado por el asesinato y violación de Ámbar Cornejo (16) en Villa Alemana. La fiscalía relató que días antes de matarla buscó en Google, a través de su celular, frases como “tortura china” y “lugares para comprar armas eléctricas”.
La Tercera accedió al documento de cuatro páginas, que fue enviado a la comisión que concedió la libertad condicional a Bustamante. Ahí se advierte que Bustamante “aún se encuentra en estadio pre contemplativo de motivación para el cambio, por lo cual existe cierta incongruencia en su relato, en relación con lo que espera para su futuro, planes o metas y en la adquisición de herramientas personales que permitieran prever un adecuado proceso de reinserción, por tanto, su única finalidad es la instrumentalización para la obtención del beneficio intrapenitenciario y no como una alternativa real de cambio de vida. Existe un consumo de drogas no problematizado”. Pese a esto, el 29 de abril en la noche Bustamante salió de la cárcel.
La Comisión de Libertad Condicional, presidida por la ministra Silvana Donoso, determinó por unanimidad que se guiarían exclusivamente por los requisitos de carácter objetivo, pese a que Gendarmería había enviado 528 informes desfavorables, entre ellos el del “asesino del tambor”. Los jueces se basaron en los requisitos del Decreto de Ley 321 que regula las libertades condicionales, más que en los informes de Gendarmería, de acuerdo a lo que había sido la jurisprudencia de la Corte Suprema en 2016.
Familia
La primera parte del informe se centra en su historia social. Dice que Bustamante viene de una “familia biparental, de unión matrimonial de sus padres. De acuerdo a su relato, la dinámica familiar se caracterizaba por escasos espacios de comunicación, inexistencia de control social, normas y límites, que le otorgaran estructura a su proceso evolutivo”.
El imputado, señala el el documento, “reporta presencia de VIF (violencia intrafamiliar) entre el subsistema parental, situación que se mantuvo a lo largo del tiempo. Todo lo anterior, influyó en la comisión de conductas disruptivas, que lo llevó a tener predisposición a la aceptación y asociación de grupos de pares negativos, a la deserción temprana escolar, el consumo de drogas y la consumación de ilícitos”.
Indica que trabajó en el comercio independiente y que tuvo “relaciones sentimentales inestables y superficiales”.
Cárcel
En relación a su vida penitenciaria, Bustamante estuvo preso desde 2005 por el homicidio de su pareja e hijo. Durante este tiempo, de acuerdo al informe, “no ha participado de Programas de Intervención Social. No obstante lo anterior, cuenta con aplicación de ERR, que lo señala con alto riesgo en ámbitos de delito actual, actitudes, relaciones, estilo de vida y pares, comportamiento interpersonal y estilo de pensamiento”.
Consideran que el condenado “debiera pasar por intervención psicosocial que abordara la totalidad de talleres del manual de intervención en riesgos dinámicos”.
Pese a esto, indica que “logró regularizar estudios en la unidad penal. En su tiempo libre dentro del módulo se desempeña como mozo de piso y realiza funciones de aseo, artesanía en cuero y participó como monitor del taller de adulto mayor el año recién pasado (2015). También, en 2014 participó de Programa de (...) taller de publicidad y venta”.
Redes de apoyo
Según el informe, “cuenta con apoyo de su madre, María Inés Pérez Matenson, y su hermana, ambas lo asisten de forma periódica. Reporta dos hijas de dos relaciones sentimentales, una de ellas de modo consensual y la otra matrimonial, que en la actualidad se encontraría anulada. De salir al medio libre cuenta con el apoyo habitacional desde su madre, quien le cedió parte de su terreno, para que el usuario instalará su casa propia, no se visualiza en su discurso entes que puedan fomentar el control social, por cuanto se apela a la autorregulación del mismo continuando de esta forma la dinámica de desvinculación con su familia de origen”.
Proyecto de vida
De acuerdo al documento, Bustamante buscaba “revincularse con su familia de origen”. Y en lo laboral, “retomar actividad de comercio establecido, para ello visualiza su reinserción en una primera instancia con la instalación de puesto de feria surtido con verduras y de forma paulatina lograr estabilidad en este mismo rubro”.
Para la elaborar este informe, entrevistaron a Bustamante, revisaron la carpeta y el sistema interno.
Antecedentes sicológicos
En cuanto a sus funciones intelectuales, el texto señala que su “nivel y funcionamiento intelectual recae en la categoría normal promedio, con un desarrollo normal de la mayoría de las funciones cognitivas, sin embargo, demora más de lo habitual en la comprensión de estímulos que necesitan de mayor elaboración cognitiva, por lo que su actuar es más impulsivo y poco sensato frente a situaciones triviales”. Además, que “no logra identificar ni tampoco anticipar posibles consecuencias de sus actos, muchas veces busca sólo justificaciones externas que logren minimizar el efecto de su conducta delictual. Se aprecia algo reticente a seguir con las normas sociales convencionales, por lo que sobrevalora su vida y lo que ha logrado con ella”.
El documento añade que tiene una “personalidad extrovertida y muchas veces avasallador en su discurso. Logra adaptarse adecuadamente a su medio, estableciendo relaciones personales adecuadas, pero que se alejan de un compromiso efectivo más profundo. Difícilmente se compadece, más bien le acomoda una actitud omnipotente frente a los demás, careciendo de empatía. Asimismo, con escasa resonancia afectiva se visualiza hacia sus hijos u otros familiares”.
Asimismo, indica que logra manejar la impulsividad “respondiendo efectivamente a lo solicitado por el régimen interno”.
Y asegura que “emocionalmente se aprecia frío y poco empático con los demás, difícilmente expresa sus sentimientos o se compadece por el otro”.
En cuanto a la conciencia del crimen, según el informe, “reconoce su delitos pero de manera muy despectiva, señalando que el contexto lo llevó a cometer su delito que ya lo hizo y que le desagrada mucho que le pregunten antecedentes de los hechos”.
Respecto a la conciencia del daño y del mal causado, de acuerdo al escrito “solo reconoce el daño a sí mismo, no incluye en nada a sus víctimas o lo que socialmente pudo haber provocado”.
En relación a la disposición al cambio, se indica que Bustamante “se encuentra en etapa de pre contemplación de motivación para el cambio, lo cual se deja en manifiesto con la actitud tenida en la entrevista, en que muestra poca disposición y empatía. No cuenta con proyectos de vida que sean reales o que permitan augurar un adecuado proceso de reinserción”.
También, relata que tienen rasgos de trastorno de personalidad antisocial.
Síntesis crimonológica
Al final del escrito, se elabora un resumen del interno. Indican que es oriundo de Quilpué. “Dentro de los factores de riesgo estáticos identificados en la vida del sindicado, encontramos primeramente la disfuncionalidad en su familia de origen, en que los canales de comunicación eran escasos, la relación con sus progenitores era muy superficial. Además, siempre estuvo expuesto a violencia intrafamiliar que existía entre sus padres, es por esta razón que destaca y reconoce haber crecido al lado de su abuela materna después que sus padres se separan”, dice el informe.
El documento señala que tiene una relación con su padre, “que aunque no es del todo afectiva, es mucho más estable”.
En lo delictual, se indica que Bustamante “contaba con la experiencia de haber estado en reclusión, por lo que expresa habitualidad y conocimiento acerca de los códigos carcelarios. Frente al delito toma una actitud muy efímera. Si bien reconoce el delito, intenta victimizarse reseñando sobre las motivaciones que lo llevaron a cometerlo, lo cual responde más a una necesidad extrínseca. En la actualidad se refugia en el consumo de drogas como la única causante de su delito”.