Desde las 8 de la mañana y hasta las 18 horas del jueves 7 de julio, la era de Juan Manuel Zolezzi -tras cuatro periodos y 16 años como rector de la Universidad de Santiago de Chile (Usach)- empieza a llegar a su fin. Ese día, Jorge Torres, Rodrigo Vidal y Pedro Palominos competirán voto a voto para ser la nueva máxima autoridad de la tradicional casa de estudios.
Fue a mediados de 2006 cuando Zolezzi, de profesión ingeniero civil eléctrico, resultó elegido por primera vez, y en 2010, 2014 y 2018 fue reelecto. Desde 2011, además, es el vicepresidente ejecutivo del Consejo de Rectores (Cruch).
Pero ¿quiénes son los tres aspirantes a sucederlo? Distinto a otras veces, donde el actual rector contó casi siempre con gran respaldo para sus reelecciones, ahora el ‘zolezzismo’ parece estar dividido. Sin ir más lejos, dos ingenieros compiten por el cargo.
Nadie se atreve a apostar que sí habrá segunda vuelta, pero conocedores del proceso dicen que Vidal tiene asegurado por lo bajo el paso al balotaje. ¿El otro? Está en veremos, aunque no pocos se la juegan con Torres.
La campaña, que arrancó formalmente el 8 de junio, tendrá su punto final el 5 de julio para ver sus elecciones dos días después mediante voto electrónico. Esa misma jornada se sabrán los resultados, y en caso de haber segunda vuelta esta se llevará a cabo el 14 de julio.
Rodrigo Vidal (57), ¿la segunda es la vencida?
Arquitecto de la antigua U. Técnica de Concepción (hoy U. del Biobío), magíster en diseño urbano y ordenamiento del territorio, máster en ciencias sociales del desarrollo de la U. de Ginebra y doctor en letras de la U. de Lausanne, Suiza, uno de los tres hermanos del exdiputado Pablo Vidal (RD) es hoy profesor titular en la Escuela de Arquitectura y va por su segunda elección, tras perder por estrecho margen en segunda vuelta en 2018.
De padres pentecostales, Vidal se declara hincha de Unión Española, un enamorado del jazz y de centroizquierda -sin militancia política-, aunque con un breve paso por las filas del PPD entre 1988 y 1990, según dice, “para ser apoderado de mesa y derribar la dictadura”.
¿Por qué decide postularse?
Estoy convencido de que las transformaciones políticas, económicas y sociales que sufre el país requieren universidades del Estado como la Usach, capaces de responder con conocimiento, formación y vínculo con el medio al nivel de lo que esas transformaciones exigen. Eso hoy no lo estamos garantizando.
¿Quiénes lo respaldan?
El apoyo es absolutamente transversal. En la Usach hay ocho facultades y en el equipo más estrecho que prepara el programa -casi 100 personas- hay de las ocho. Una de las cosas que quiero impulsar es que una de las riquezas de una universidad es la diversidad.
El ‘zolezzismo’ parece estar dividido, ¿concuerda? ¿Tiene el respaldo de Zolezzi?
Efectivamente, Pedro y Jorge representan cierta continuidad del modelo actual, por la cercanía de siempre con el rector. Yo tengo una buena relación y opinión de él, es un hombre que ha hecho cosas importantes, pero el modelo se agota. Hay que dar una gobernanza diferente, con toma de decisiones participativa, terminar con el excesivo centralismo, que la Usach se parezca más a Chile. Me distancio claramente del modelo que se ha mantenido en la Usach por años.
¿Por qué es necesario un cambio de timón?
Hoy tenemos un Chile que cambia fuertemente en lo político, lo social, lo migratorio, con disfuncionalidades sociales. Y cuando se mantiene la misma mirada no vamos a poder enfrentar ese mundo real. Es tiempo de tomar aire y preguntarse cuál es hoy el papel de la Usach en la sociedad.
¿Cuál es su análisis de la Usach?
Es una universidad diferente a todas, que ha tenido un compromiso con grupos más vulnerables. Somos una universidad muy potente en lo docente, pero hoy está un poquitito venida a menos. Necesitamos un cambio en nuestra dirección para retomar fuerzas y tener el impacto que nunca debimos dejar de tener.
¿Valida las movilizaciones estudiantiles?
Recibimos estudiantes que son capaces de manifestarse, lo hacen desde paros y movilizaciones y ahí estoy de acuerdo con la reivindicación social cuando se exigen derechos no entregados, pero estoy en desacuerdo con que eso se transforme en tomas o en paralizaciones prolongadas, porque no ayuda a nadie.
Pedro Palominos (64), el exatleta
Ingeniero civil industrial de la Usach, con una maestría en ciencias en ingeniería de producción de la U. Federal de Río de Janeiro, Brasil, y doctor en ingeniería industrial de la U. Politécnica de Cataluña, España, Palominos hoy es subdirector de investigación del Departamento de Ingeniería Civil Industrial y director del Smart City Lab-Usach.
En sus tiempos libres, asegura, le gusta subir cerros. La pasión por el deporte la trae desde su época más joven: fue campeón nacional de la 4x400 en atletismo y se dedicó al salto triple, ambos de forma federada, representando justamente a la Usach. Asegura ser independiente políticamente y no militar en ningún partido.
¿Por qué decide postularse?
Tiene que ver con que he sido un producto de esta universidad, particularmente en la movilidad social. Creo en el rol de esta casa de estudios, me siento bastante comprometido y quiero retribuir todo lo que me ha entregado. He participado como directivo superior y eso devela mi intención. Siento que estoy en condiciones de conducir este proyecto colectivo.
¿Quiénes lo respaldan?
Trabajamos por áreas. Nos han colaborado referentes en docencia, varios ex vicerrectores y vicedecanos, también gente de vinculación de posgrado más otros colegas. Esto ha sido una construcción colectiva. Ha sido bastante enriquecedor porque se ponen distintas miradas y en la conversación se logran acuerdos, algo que hemos perdido en esta universidad.
El ‘zolezzismo’ parece estar dividido, ¿concuerda? ¿Tiene el respaldo de Zolezzi?
El ‘zolezzismo’ sigue existiendo, no es que esté dividido. Yo trabajé con él, así como también lo hicieron Rodrigo y Jorge, hasta hace poco prorrector. Creo que la universidad ha avanzado y se han hecho cosas, pero también hay cosas malas. Por eso me pongo en un punto medio: hay un candidato que es del oficialismo, que hasta hace poco era el prorrector, y otro colega, en el otro extremo, que piensa que nada se ha hecho bien. Yo llamo a la unidad. No podemos estar polarizados, no es sano.
¿Por qué es necesario un cambio de timón?
Se cerró un ciclo y creo en la alternancia en el poder; es sano cada cierto tiempo cambiar formas de liderazgos. Estamos en el siglo XXI, con muchos desafíos como país y hay que tener miradas más frescas, no podemos quedar anclados en una estructura antigua. La renovación es sana. Y cuando alguien tiene mucho tiempo en un cargo tiende a estabilizarse. Estos saltos generan movimiento y las organizaciones son dinámicas.
¿Cuál es su análisis de la Usach?
Hemos perdido competitividad en algunas áreas. Hay que reposicionar a la universidad y tener más impacto en el país, regional y territorialmente. Las demandas sociales también piden mayor participación de instituciones como la nuestra. Y en eso la Usach tiene historia, puede contribuir a mejorar la calidad de vida de todos y todas. No debemos estar ajenos a lo que ocurre afuera.
¿Valida las movilizaciones estudiantiles?
Creo en los procesos democráticos y, por ende, al derecho de expresarse libremente y de luchar por nuestros ideales, con respeto y empatía, con fundamentos y creyendo siempre en el diálogo como primera opción. Estamos en una comunidad académica donde se puede debatir con fundamentos y converger a acuerdos a través de la interacción con nuestros semejantes antes que nuestros alumnos deban exponerse en las calles para lograr sus demandas.
Jorge Torres (45), con el apoyo de Zolezzi
Jorge Torres es ingeniero civil industrial y magíster en ingeniería industrial de la Usach, con un doctorado en economía social de la Universidad de Valencia, España.
Hoy académico de la Facultad de Ingeniería e hincha “furibundo” de Colo Colo, asegura no identificarse con ninguno de los partidos del actual arco político. Nunca ha militad y, de hecho, se declara independiente. “Tengo, eso sí, convicciones sobre la necesidad de fortalecer la calidad de la democracia en nuestro país, creo en la justicia social y equidad como principios rectores de la labor del Estado”.
¿Por qué decide postularse?
Mi motivación es promover ideas e iniciativas constructivas que consoliden un ambiente académico y estudiantil de una de las más antiguas universidades estatales de este país, en la que se respeten la libertad y el pluralismo como valores sustantivos, reconociendo que tenemos debilidades por superar y para ello necesitamos estabilidad, bienestar y colaboración de todos y todas.
¿Quiénes lo respaldan?
Represento a un grupo de académicas y académicos, con quienes compartimos el reconocimiento de los avances en materia de excelencia, de aseguramiento de la calidad, de mejoras en infraestructura, solvencia financiera y en las condiciones de investigación.
El ‘zolezzismo’ parece estar dividido, ¿concuerda? ¿Tiene el respaldo de Zolezzi?
Creo que sí, le pedí el apoyo, y espero contar con él, al igual que con el de otros académicos y académicas que no votaron por el actual rector en la última elección. El apoyo de todas y todos es importante en esta elección, porque están votando por un conjunto de ideas programáticas que nacieron de diálogos y debates, no solo se vota por la persona, sino por lo que se propone y pasar de la promesa a la realidad.
¿Por qué es necesario un cambio de timón?
Todos los mandatos democráticos de autoridades tienen períodos fijados por ley, por ende, es necesario volver a ejercer la voluntad soberana para elegir a la persona que liderará el gobierno universitario. Por ello, no me gusta hablar de cambio de timón, suena como sacar al comandante del barco. Estamos viviendo un proceso político-electoral dentro de una universidad estatal y es en ese contexto que planteamos la necesidad de consolidar un proyecto de excelencia con visión de futuro, que sobre sólidos cimientos resitúe a la Usach en el debate público.
¿Cuál es su análisis de la Usach?
En medio de una crisis social, política y sanitaria, la Usach logró acreditarse por siete años. Está avanzando en la modernización de la gestión institucional, tiene estabilidad financiera, un desarrollo sostenible y está respondiendo con rigor a sus compromisos financieros. Hemos garantizado eficazmente las condiciones de estudio para jóvenes. Y son precisamente estos logros los que nos permiten pensar la universidad del futuro, soñar con una universidad pública donde todo esto perdure en el tiempo.
¿Valida las movilizaciones estudiantiles?
Todas las comunidades enfrentan conflictos y a eso no hay que tenerle miedo. Lo importante es disponer de adecuados mecanismos de resolución de los mismos, sin que tengamos que llegar siempre a una paralización que, a la postre, afecta los procesos formativos de los y las estudiantes. Soy un convencido de que el diálogo, una nueva gobernanza, nuevas formas de participación, serán claves para resolver los dilemas que enfrentaremos en el futuro. No me opongo a las y los estudiantes movilizados. Lo que me parece negativo es que aquello no pueda lograrse mediante diálogos y acuerdos, sino que primen las desconfianzas y los enfrentamientos. Tengo esperanzas en que podemos seguir siendo una universidad que enfrenta las problemáticas sin que afecten los procesos formativos.