Una investigación policial por la muerte de una joven de 24 años en la comuna de Lo Barnechea, en 1985, acaparó la atención nacional de la época. Se trató de una joven identificada como Alice Meyer, hija de los dueños de un restaurante alemán del sector alto de la capital, quien fue encontrada el 17 de diciembre de ese año sin vida en un canal de regadío en la comuna antes mencionada.
El caso se fue tornando un puzzle policial, luego de que se barajaran varias hipótesis. En una primera instancia se investigó un robo con intento violación, que involucraba a jóvenes que merodeaban el sector. La Policía de Investigaciones aseguró que el responsable de la muerte de la joven fue Delfín Díaz, un joven que frecuentaba los cerros del sector. Luego, Díaz fue encontrado sin vida. El Servicio Médico Legal de la época y los médicos de la Brigada de Homicidios catalogaron el caso como un “suicidio por ahorcamiento”.
Sin embargo, la indagatoria a cargo de Carabineros del OS-7 dio con otro presunto responsable: Mario Santander, un empresario amigo de la familia. Santander fue detenido y llevado hasta la ex Penitenciaria, donde pasó 19 meses en prisión preventiva por su presunta responsabilidad en el hecho.
La defensa de Santander acusó al magistrado Fernando Soto, quien dirigía la investigación, de prevaricación, lo que significó que el caso pasara a manos de la ministra en visita Raquel Camposano. Ella fue quien concedió la libertad a Santander tras el pago de una fianza de 100 mil pesos.
En 2014, el caso fue reabierto por el ministro en visita Mario Carroza sin dar con nuevos responsables, pero hoy se encontraba “temporalmente cerrado”.
Y hoy este puzzle policial parece escribir otro capítulo. Esto luego de que Santander fuera encontrado sin vida. Se investiga un posible suicidio.
Fuentes judiciales señalaron a La Tercera que no existía diligencia alguna pendiente con él.
Caso Delfín Díaz
La familia de Delfín Díaz ha rechazado la hipótesis del suicidio del joven. De hecho, el abogado de la familia, Álvaro González, presentó una querella contra los autores intelectuales, materiales, cómplices y encubridores de la muerte de Delfín.
Se acusa que cuatro detectives le habrían dado muerte. Al haber una presunta participación de agentes del Estado, y de acuerdo a las convenciones de Derechos Humanos, se trata de una caso imprescriptible. Esto permitió que el caso fuera tomado por el jueza Mario Carroza.