En la sede del Congreso Nacional en Santiago tuvo lugar el seminario del Instituto Libertad “Sistema Carcelario y Crimen Organizado”. La actividad realizada este lunes consideró una exposición del general director de Carabineros, Ricardo Yáñez.

La máxima autoridad de la policía uniformada expuso sobre la seguridad pública desde una perspectiva del sistema penitenciario y el delito en sus diferentes manifestaciones, con foco en la prevención.

“La seguridad es una inversión y no un costo, sin seguridad no hay orden, sin orden no hay paz social, no hay desarrollo, hay que invertir también en prevención social, situacional y de reinserción social”, planteó el jefe policial.

“La paz social es un derecho de los ciudadanos y se logra con prevención, con políticas públicas que aborden el problema desde la educación en los colegios. Los recursos destinados a fortalecer la seguridad no son un gasto, son una inversión”, explicó.

Yáñez apuntó además a mantener una visión sistémica e integral de la seguridad pública. “Desde nuestra perspectiva, las policías actúan sobre los efectos de la desviación social en la que incurren los infractores de ley y no sobre sus causas”, dijo el general director de Carabineros.

La autoridad policial agregó que resulta fundamental la integración de todos los actores del sistema de justicia penal y todos aquellos que no forman parte del sistema del control formal. Sobre ese punto, destacó el rol que cumple la familia, el colegio o el barrio.

“A mayor capacidad para la prevención, (control, fiscalización, investigación y detención), oportunidad frente a la denuncia y mejor calidad de la prueba, conforme a los altos estándares exigidos, habrá claramente más demanda del sistema penitenciario”, sostuvo.

El general Yáñez indicó que hoy se debe tener presente el perfil delictual y no solo el perfil penal, sobre todo considerando la demanda de la ciudadanía por seguridad y su percepción al tomar conocimiento de los niveles de reiteraciones y reincidencia de los delincuentes.

“Resulta fundamental aunar esfuerzos y generar instancias de trabajo colaborativo nacional y sin dudas la experiencia internacional permite implementar buenas prácticas de modelos exitosos, pero los problemas locales deben tener soluciones locales conforme a las propias realidades”, acotó.

Asimismo, indicó que en la actualidad los países enfrentan fenómenos similares que obligan a trabajar y compartir información, por lo que a su juicio es fundamental que se incorpore a Gendarmería o al sistema penitenciario al estudio y análisis de los fenómenos de la delincuencia en todas sus formas. También comentó que existen muchas instancias que trabajan aisladamente con fines similares pero objetivos comunes tales como Europol, Ameripol o Interpol.

“Creo que en estas instancias necesariamente debe estar presente la visión en materia penitenciaria”, señaló, recalcando la importancia del trabajo colaborativo para hacer frente a la criminalidad.

Seminario con participación internacional

El seminario contó con la participación del subsecretario de Justicia, Jaime Gajardo. el presidente del Instituto Libertad Sebastián Guerrero y su director ejecutivo, Luis Pardo, además del general director de Carabineros, Ricardo Yáñez, y desde Italia, los magistrados Lorenzo Tordelli, director responsable de Cooperación Europea de la Organización Internacional Italo-Latinoamericana IILA, y Paolo Di Sciuva, director del Programa de la Unión Europea para el Fortalecimiento del Sistema Penitenciario de Ecuador, EURESP.

Sebastián Guerrero hizo un diagnóstico de la situación de las cárceles y del ambiente de inseguridad que se vive en el país. “La delincuencia y la seguridad son las principales preocupaciones de los chilenos en este momento. El aumento de los delitos violentos hace necesaria una acción fuerte y coordinada del Estado”, sostuvo.

En tanto, en el marco de su intervención, el subsecretario Gajardo, hizo hincapié en la estrecha relación entre las precarias condiciones de las cárceles con el avance del crimen organizado en los recintos penitenciarios. “Nuestras cárceles tienen capacidad para 42 mil reclusos, hoy hay 49 mil personas encarceladas y según proyecciones de Gendarmería, a fines de años esa población sería de 52 mil. Ese hacinamiento hace muy difícil la segregación al interior de los penales”, expresó la autoridad de gobierno.

A su vez, el magistrado italiano Paolo Di Sciuva, acotó que precisamente la segregación es una de las principales herramientas para evitar que el crimen organizado se tome las cárceles y sus líderes sigan dirigiendo las bandas delictuales.

“La experiencia italiana en el combate a las mafias que durante décadas florecieron en las distintas regiones del país, nos indica que un buen manejo dentro de las prisiones es fundamental para terminar con el crimen organizado”, manifestó.