La ministra del Interior, Carolina Tohá, informó tras entregar el balance del estado actual de los incendios que existen problemas para la adquisición de líquido retardante, elemento clave que se usa en el combate de las llamas tanto en tierra como por aire.
“Se ha hecho un esfuerzo bien importante de gestiones para conseguir a través de la ayuda internacional más disposición de retardante, no ha sido posible obtenerlo porque no tienen los otros países disponibilidad, entonces se ha buscado a través de compras, que también ha sido muy difícil porque las empresas no tienen disposición o tienen stock solamente a partir de marzo”, relató Tohá.
De acuerdo a los datos entregados por la jefa de gabinete, durante lo que va de este año se han utilizado 317 mil litros de material retardante y el promedio en años anteriores era de 170 mil litros. Hasta ahora -dijo Tohá- están disponibles 115 mil.
“Se ha identificado un proveedor que puede entregar una partida significativa de una empresa de California y se está gestionando un método para traerlo lo más rápido posible y poder tener un stock de reserva para caso de que se necesite”, explicó la secretaria de Estado, quien aseguró que insistirán en las gestiones para adquirir el material.
El retardante de fuego se compone principalmente de polifosfato de amonio, agua, sales de tipo fertilizante, un agente colorante, inhibidores de corrosión y acondicionadores de flujo. Se puede rociar en un área y, a menos que sea arrastrada por una tormenta, se mantendrá durante un tiempo prolongado.
Según han explicado los expertos, el retardante no se deja caer directamente sobre el fuego, sino que se rocía alrededor de él para crear un perímetro de contención. Su función principal es eliminar el calor y recubrir la superficie para que el combustible no pueda encontrar oxígeno. Estos aditivos reaccionan con los combustibles silvestres y alteran su ruta de descomposición para que no proliferen llamas.
Pero no tan solo eso. Se ha demostrado que la velocidad de propagación de los incendios se reduce drásticamente mientras el líquido cae sobre los sectores siniestrados. Por ello es que -coinciden los conocedores- es un elemento clave al momento de combatir incendios forestales.
De acuerdo a los reportes del gobierno, a la fecha un total de 554 siniestros han arrasado esta temporada con 436 mil hectáreas. Hasta el momento, se mantienen 266 incendios activos, de los cuales 164 están controlados y 73 en combate.