Videos del imputado que lo sitúan en el eventual “sitio del crimen”, declaraciones de testigos y pantallazos de las aplicaciones de mensajería de Whatsapp y Signal.

Todos estos medios de prueba tuvo a la vista el Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago, el martes 15 de octubre, para autorizar un allanamiento en el Hotel Panamericano, ubicado en el pasaje Rosa Rodríguez, a sólo unas cuadras de La Moneda.

La orden judicial permitía al Ministerio Público requisar todos los dispositivos digitales tales como teléfonos celulares, computadores, notebook, etc. que estuvieran en poder del entonces subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, o en su habitación, la número 719. ¿El motivo? Un día antes una funcionaria de Gobierno, de la repartición en la que él era jefe de servicio, lo había denunciado por violación.

El cara a cara

Eran cerca de las 21:00 horas de ese martes y los fiscales Francisco Jacir y Xavier Armendáriz, más un grupo de detectives de la Brisexme, aguardaban en el hotel la llegada de la autoridad, quien había sostenido minutos antes una reunión a puertas cerradas con el Presidente Gabriel Boric en la sede del Ejecutivo. Ya a esa altura, la ministra del Interior, Carolina Tohá, había informado al Mandatario -dateada por el director de la PDI Eduardo Cerna- que existía una investigación en contra del jefe civil de las policías por un delito de connotación sexual.

Quienes conocieron de esta diligencia sostienen que a Monsalve “se le cayó la cara” cuando vio a los fiscales esperándolo en el hotel, donde residía en Santiago, acompañados por policías y con una orden de allanamiento en la mano.

Xavier Armendáriz y Francisco Jacir.

El aún subsecretario y Armendáriz habían compartido en el pasado, cada uno en su rol, en pautas relativas a éxitos policiales y de la fiscalía. Pero el tono del jefe regional del Ministerio Público de la zona metropolitana Centro Norte había cambiado. Ahora el persecutor interactuaba con un imputado y le informó: “tenemos una orden para entrar y registrar su pieza y también para llevarnos su teléfono”. A lo que, según tres fuentes consultadas, Monsalve habría asentido.

Fue ahí donde el fiscal Jacir le preguntó: “¿Tiene algún otro celular?” A lo que el entonces subsecretario dijo expresamente que no. Esto, según descubrirían los investigadores tres días después, resultó ser falso y le costó a Monsalve ser allanado por segunda vez la tarde del 18 de octubre en el domicilio de uno de sus abogados. Ahí mientras revisaban su estrategia de defensa la PDI le incautó tres celulares que había en su poder.

Habitación 719

Durante los once días que lleva trabajando el equipo liderado por Armendáriz esta causa, luego que la víctima denunciara los hechos el 14 de octubre pasado, los investigadores se han centrado en reconstruir qué pasó la tarde-noche del domingo 22 de septiembre cuando el entonces jefe civil de las policías le había pedido a una subalterna juntarse a las 18:00 horas para abordar asuntos laborales.

El día anterior Monsalve -según declararon los policías-, había liberado a su escolta señalándole que ese domingo sólo descansaría en el hotel.

Finalmente la cita se concretó en el restaurante “Ají Seco Místico” ubicado en calle Mac-Iver, pleno centro de la capital y sólo a unas cuadras de la Plaza de Armas. Ahí, según la denuncia, bebieron pisco sour (al menos dos vasos cada uno) hasta que la víctima dice haber tenido un “apagón” y haber despertado al otro día en la habitación 719 del Hotel Panamericano, sin ropa y junto a quien sindica como su agresor.

Sebastian Cisternas/ Aton Chile

El miércoles pasado por primera vez el fiscal Armendáriz se refirió públicamente al caso. Lo hizo en una audiencia de cautela de garantía ante el juez Ponciano Sallés y si bien no explicitó todos los hechos por los cuales está siendo investigado la exautoridad de Gobierno, sí enfatizó: “los hechos ocurrieron el 22 y el 23″. Agregó también otro episodio y que también fue relatado por la denunciante: el 1 de septiembre, tras una reunión en el Costanera Center y cuando compartían en un parque -sin escoltas-, Monsalve la habría besado sin su consentimiento. Al respecto, el persecutor aseguró que se indaga un “abuso sexual por sorpresa”.

Y si bien, hasta el cierre de esta edición el Ministerio Público no había ingresado petición de formalización alguna contra Monsalve, hay un hecho que también ha sido blanco de las pesquisas y que complicaría aún más el escenario judicial del exdiputado exPS, de profesión médico.

Y es que junto al abuso sexual por sorpresa del 1 de septiembre y la violación que -según la acusación- ocurrió la noche del 22 de septiembre, hay una segunda agresión sexual que la víctima refiere haber sufrido a la mañana siguiente, el lunes 23 de septiembre, mientras ambos estaban en la habitación 719.

Doble agresión

Aún “paralizada” y en una especie de “shock” la mujer comenzó a pedir información de lo que había ocurrido a quien en ese minuto era su jefe directo.

“Le dije que me sentía mal, por lo que el denunciado procedió a darme dos pastillas para mi malestar”, declaró.

Tras un breve diálogo, relató que volvió a quedarse dormida y poco antes del mediodía habría sufrido un nuevo intento de agresión por parte de la alta autoridad. Tras quedar inmóvil por los actos desplegados por el imputado (que no describiremos) éste le habría dicho que sentía que la estaba “forzando”. Minutos después, la víctima abandonó el lugar y tres semanas después lo denunció.

Para la Fiscalía y la PDI, esto sería importante, ya que derribaría la versión planteada por Monsalve a los fiscales -en primera instancia-, y a su círculo cercano respecto a que ambos habrían sido drogados y que no recordarían lo ocurrido. Con esto, se podría configurar un nuevo delito de carácter sexual, esta vez frustrado.

El delivery que no era

Armendáriz también reveló un intento que hizo Monsalve de contactar a la víctima. Para eso, personal de inteligencia habría llegado hasta el edificio donde vive la mujer, motivados por el subsecretario que dijo estar preocupado porque hace varios días no sabía de ella, ni contestaba llamadas.

Y no fue hasta la audiencia de este miércoles cuando la denunciante recordó un hecho que, de todas formas, ya había dejado estampado en su denuncia.

“Luego de revelar esta situación a mis compañeros de trabajo, recepcioné un paquete de comida rápida que no solicité, era anónimo, pero que tenía una condición y que era que tenía que recibirlo yo. Llamé al restaurante de donde venía la comida y me dijeron que habían pagado en efectivo, que era anónimo”, denunció.

Las cámaras de Santiago

¿Cómo es posible que Monsalve burlara el sistema de Inteligencia de la PDI? Esa es una de las interrogantes que rondan hoy, en una arista distinta, que lleva la Fiscalía por una eventual obstrucción a la investigación y una infracción a la Ley de Inteligencia.

Hasta el momento se ha logrado establecer que valiéndose de su cargo, y su ascendencia sobre las policías, el exsubsecretario activó operaciones de Inteligencia para revisar cámaras de su hotel, del restaurante e incluso de toda la capital.

Y es que tal como reveló este viernes La Tercera, detectives de la PDI acudieron, el 11 de octubre pasado hasta la central de cámaras de vigilancia de la Municipalidad de Santiago e incautaron imágenes de todas las calles en las que se habría registrado el paso del taxi en el que se trasladó la noche del 22 de septiembre, desde el restaurant hasta el hotel. Para llevar a cabo esta diligencia, sostienen fuentes consultadas, los detectives simularon estar investigando un secuestro en la urbe. La Fiscalía realiza diligencias para establecer qué ocurrió con estas imágenes y si aún hay respaldo.

Jefa de Inteligencia de la PDI fue removida de su cargo a raíz del caso Manuel Monsalve.

Por su parte, los policías de la rama de Inteligencia dicen haber sido engañados por Monsalve quien activó las operaciones asegurando que tenía miedo de haber sido víctima de un intento de secuestro y extorsión tanto contra él como a la funcionaria, pues les sindicó que ambos habrían sufrido de una laguna mental durante aproximadamente 10 horas.

La hipótesis fue puesta en entredicho por el propio fiscal Armendáriz cuando durante la audiencia de este miércoles sostuvo : “esa preocupación le viene casi tres semanas después, antes no, su señoría creemos que aquello no obedece a una real situación de esa naturaleza, de preocupación, sino lo que obedece es que el señor Monsalve empezó a pensar que iba a ser denunciado”.