Grababa torturas, secuestros y homicidos: prisión preventiva para líder de banda que operaba en el campamento Génesis II de Antofagasta

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El imputado cobraba por el acceso a luz, agua y por el uso de terrenos en la toma a los habitantes que no tenían relación con alguna organización criminal.


El Juzgado de Garantía de Antofagasta ordenó la medida cautelar de prisión preventiva en contra de Javier Valencia González, apodado Zeus, líder de una peligrosa y violenta banda criminal que operaba al interior del campamento Génesis II de Antofagasta.

La Fiscalía de Análisis y Criminalidad Compleja (FACC) determinó que el imputado participó en al menos dos delitos de homicidio consumado, cuatro delitos de homicidio frustrado, dos delitos de secuestro, además de tráfico de drogas, porte de armas y municiones, lesiones graves, amenazas, entre otros.

Zeus, como era conocido por los otros diez integrantes colombianos de la organización, ordenaba misiones violentas a sus “soldados” para mantener la supremacía territorial de tráfico de drogas al interior del campamento.

Por lo mismo, la Fiscalía estableció que la banda es de alta peligrosidad y violencia. El persecutor regional a cargo, Juan Castro Bekios, explicó que “esta asociación utiliza técnicas con violencia desmedida a fin de mantener el temor sobre el resto de personas que no son parte de la referida estructura criminal”.

El cabecilla fue detenido el 20 de abril, tras disparar contra dos civiles que no tenían conexión con organizaciones criminales, causándole la muerte a una de las víctimas. El 7 de mayo, la PDI capturó a la mayoría de los integrantes, incluido a Cristóbal Arroyo Angulo, alías Raspao, quien había asumido el liderazgo de la banda después de la detención de Valencia.

El Juzgado de Garantía estableció un plazo de investigación de 120 días, durante el cual, la FACC continuará con las pesquisas.

Torturas y secuestros al interior de Génesis II

El dominio del imputado al interior del campamento era tan extremo, que incluso, extorsionaba a los habitantes que no tenían relación con sus hechos delictuales, además cobraba por el acceso a luz, agua y por el uso de terrenos en la toma.

En la audiencia, el fiscal también relató que ostentaba su poderío y hechos de violencia a través de redes sociales. Uno de los episodios más crudos fue cuando grabó y publicó en Facebook el secuestro y tortura de dos personas con las que tenía problemas económicos.

La fiscalía sostiene que el objetivo de esto era intimidar a los habitantes del campamento y prevenir cualquier forma de resistencia.

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