Se trata del acto inaugural de la primera olimpíada interpromociones de la institución, presidida por el entonces director del recinto ubicado en la comuna de Las Condes, coronel Germán Villarroel Opazo. 

"No hay plazo que no se cumpla, ni deuda que no se pague. Ha llegado el tan esperado día. Con mucho esfuerzo y mucho cariño, la directiva, encabezada por nuestro presidente, ha llevado adelante esta iniciativa con el apoyo de muchas personas, que desde ya les agradecemos profundamente el espíritu que se ve, la alegría, el reencuentro, la amistad, la camaradería, tantas virtudes", dijo en ese entonces.

Asimismo, agregó que "como director de la Escuela Militar, solo tengo palabras de agradecimiento a quienes han sido capaces de organizar este tremendo evento. Nos merecemos pasarlo muy bien y ser tremendamente felices".

En ese entonces, lo que Villarroel Opazo no sabía, era que esta iniciativa más bien privada recobraría ribetes públicos y recibiría un rechazo prácticamente transversal. Lo que parecía haber sido diseñado como una actividad deportiva, como expresaba, terminó trasformándose en un acto que será recordado como un homenaje a un condenado por crímenes de lesa humanidad. Este, precisamente, había sido invitado y por razones obvias no pudo asistir, enviando una carta de agradecimiento.

Aquello quedó plasmado en las primeras imágenes conocidas sobre este polémico acto- correspondientes al acto de cierre - se observaba a Krassnoff Bassa reconociendo la labor de su padre y sacando aplausos entre los asistentes.

"Quiero agradecerles profundamente el cariño, la lealtad y la hombría que han tenido el director, el subdirector de la escuela con su gente, y con la aprobación de todos ustedes, de poder acordarse de los soldados de los que no todos se acuerdan. Para nosotros es tremendamente importante que nuestros padres que dieron la cara y dieron la vida por Chile y sus familias, estén siempre en la mente y el corazón de todos ustedes, así como están en el de nosotros. Por eso es tremendamente importante que se hayan acordado de ellos", dijo en ese entonces.

Tras el rechazo generado, y luego de que se recibiera los resultados de la investigación interna que el Ejército inició inmediatamente realizado el acto, se determinó llamar a retiro a Krassnoff Bassa y a Villarroel Opazo, nombrado director de Escuela en diciembre pasado.

Como publicó hoy la sección Reportajes, Villarroel asumió desde el primer momento la responsabilidad. Nunca, afirman las fuentes contactadas, solicitó siquiera la posibilidad de que se reconsideraran las sanciones.