Los estudiantes de la Universidad de Chile que participan del “acampe” en la Casa Central por Palestina emitieron un comunicado en el que acusan una “tergiversación de conceptos” por las críticas que recibieron a propósito de un lienzo que desplegaron en el frontis del edificio durante una marcha el sábado.
El lienzo tenía una ilustración de la rectora Rosa Devés y el líder israelí Benjamin Netanyahu, emulando el mural que Dmitri Vrubel estampó en el Muro de Berlín en 1990 para reproducir el beso entre Leonid Brézhnev y Erich Honecker durante la celebración de los treinta años de la República Democrática Alemana.
“El recurrir a caricaturas sexistas es agotar la posibilidad del debate”, escribió en su cuenta en X la ministra de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana, refiriéndose al lienzo en que la primera rectora de la Universidad de Chile en casi 200 años de historia es besada por el primer ministro de Israel.
Devés, por su parte, afirmó que la pancarta que colgaron en el frontis del edificio de la Casa Central, en Alameda, “no es la forma de expresar las ideas”.
Los estudiantes señalan que se trató de una “sátira política” y que no están de acuerdo “con que se utilice al feminismo y la posición de mujer de la rectora como herramienta para desviar el foco”.
En esa línea, plantearon que la acción buscó ilustrar la “no respuesta e intransigencia de la misma rectora y su equipo” y que “las críticas serían exactamente las mismas si el género de la rectora fuera otro”.
“Entendemos que a la Rectoría de la Universidad de Chile no le gusta el arte: hace más de diez años que la Facultad de Artes lucha por las mismas demandas, exigiendo mejoras básicas a su infraestructura y a las condiciones laborales de sus funcionarios. Como se ha demostrado en sus propias manifestaciones, se caen las estructuras, los baños son inutilizables, han ocurrido accidentes laborales graves, el techo tiene asbesto y no hay acceso al agua potable”, sostienen.
Los estudiantes argumentaron que “el lienzo es, entonces, una manifestación y un medio de presión a través del arte; no constituye ni violencia de género ni una ofensa personal hacia la rectora, sino que es una recriminación a las autoridades de la universidad, encabezadas por Rosa Devés”.
El comunicado finaliza anunciando que “para dar cauce a la movilización”, organizarán un plebiscito para que la comunidad universitaria (estudiantes, funcionarios/as y académicos/as) tome “una posición firme y consecuente con los derechos humanos” y que la casa de estudios “ponga fin a los convenios que tiene con universidades e institutos de investigación cómplices del genocidio al pueblo palestino”.