La eterna lucha de los municipios contra los rucos: Santiago concentra al menos 40 en solo tres avenidas
El trabajo para hacer desaparecer se hace interminable. La alcaldesa de San Miguel, Carol Bown, sostiene que se trata de un desafío que escapa a la capacidad y recursos de las municipalidades, mientras que desde Santiago recurren al riego de parques y jardines para que nadie se pueda instalar ahí.
La historia de los rucos va y viene. Tras un recorrido hecho esta semana por La Tercera, en solo tres avenidas de Santiago se contabilizaron más de 40 de esas improvisadas “viviendas” que construyen en la vía pública las personas en situación de calle, que según cifras del Ministerio de Desarrollo Social (Mideso) a abril de 2024 llegaban a 21.272.
Según Mideso, la cifra implica un 6% más que en 2023 y un 102,4% más que en 2017, cuando el registro era de 10.509. Las regiones con los números más altos se encontraban en la Metropolitana (8.780), Valparaíso (2.485) y Biobío (1.774).
Los improvisados refugios, usados principalmente para protegerse del clima y otras condiciones, son construidos con trozos de cartón, nylon y otros desechos, y en muchos casos las personas que habitan esos espacios suelen encontrarse con problemas de inestabilidad psicológica y de abandono, presentando serias condiciones de higiene.
En el recorrido hecho por Santiago se logró identificar cuatro rucos repartidos entre el inicio de avenida Santa Rosa, en su intersección con Alameda Libertador Bernardo O’Higgins, hasta llegar a su intersección con Manuel Antonio Matta; otros ocho se ubicaron en Av. Matta, desde Santa Rosa hasta la estación de metro Parque O’Higgins; y 29 más a lo largo de la Av. Cardenal José María Caro, desde su inicio en la intersección con Av. Recoleta hasta el cruce con Pío Nono.
Según residentes de la comuna, la presencia de rucos ya es un problema en sí, pero que afecta seriamente la seguridad de los espacios públicos. Eugenio Padilla, vecino de avenida Santa Rosa, cuenta que desde 2022 el problema se ha acrecentado y que es común ver gente al interior consumiendo droga y haciendo ruido bien entrada la noche, cuando la mayoría de las personas buscan el descanso y el buen dormir.
También explica que pese a la gravedad del problema, es poco común ver procedimientos policiales en la zona y que eso “no cambió ni siquiera tras el paso de administración entre Irací Hassler y Mario Desbordes”.
Incluso en noviembre pasado la Contraloría ofició a tres municipios -San Joaquín, San Miguel y Santiago- y a varias instituciones como la Delegación Presidencial, el Servicio de Vivienda y Urbanización (Serviu) y la Subsecretaría de Transportes para que informaran “todas las labores realizadas hasta ese momento en cuanto a limpieza de rucos y enseres (o desechos)”. Y el ente contralor mencionaba algunas arterias para su revisión, como avenida Santa Rosa, Franklin y avenida Departamental.
¿Qué informaron los municipios a la Contraloría?
En el caso de Santiago, cuya administración en ese entonces era dirigida por Irací Hassler, respondieron a Contraloría que “durante el 2024 se registraron un total de 11 procedimientos, de los cuales 10 fueron por comercio informal y uno por retiro de enseres”.
![retiro de rucos](https://www.latercera.com/resizer/v2/GW3QDRIRDFABHNORGDBLCGSOAU.jpeg?quality=80&smart=true&auth=0c5fe3f09823f2eec0dce7a65e0dbcefc0ce7e7eb70211a2684deb9d8bd3ddb2&width=790&height=526)
Además, indicaron que “desde el año 2022 se registró el retiro de dos carpas y 32 operativos de retiro de enseres; mientras que, durante el año 2023 se tiene registro de retiro de 11 rucos de personas en situación de calle, y dos procedimientos de retiro de enseres (...), lo que genera un total de 40 metros cúbicos de estos objetos”.
En el caso de San Miguel, la alcaldesa de entonces, Érika Martínez, respondió que entre algunas de sus medidas, entre enero y octubre de 2024, se efectuaron más de 34 operativos, retirando 46 carpas dispuestas en Av. Santa Rosa. Además, indican que en la misma avenida se retiraron 10 rucos.
Desde San Joaquín, en tanto, informaron que el municipio tenía bajo control las avenidas requeridas por la Contraloría, todo esto “gracias a un plan de mantenimiento del corredor de transporte público que ha permitido controlar factores de riesgo y reducir incivilidades, incluyendo la proliferación de rucos”. Asimismo, señalaron que “en el sector oriente de Av. Santa Rosa, dentro de la comuna, no hay ocupaciones ilegales de paraderos ni infraestructura de transporte público”, sin embargo, señalan que en el sector poniente de la comuna, en el lado de San Miguel sí había presencia de ellos.
¿Qué están haciendo los municipios frente al problema?
Pero el problema persiste. Todos los trabajos y planes no dan abasto para controlar la proliferación de los rucos, incluso de las personas en situación de calle y lisa y llanamente se duermen donde primero pillan.
Antes de su elección en Santiago, Mario Desbordes sostenía que “los rucos se dan en el contexto de decenas de incivilidades (...) cuando tú estás permitiendo incivilidades que van desde el desaseo, las pinturas en los muros, la mugre, la basura, las orinas, los rucos y muchas otras infracciones menores, el resultado es que se ha ido avanzando en Santiago a un ambiente de absoluto pérdida de control, de ausencia de Estado, etcétera”. Ahora, las medidas se hacen pocas.
“Se riega en zonas verdes en la mañana temprano y en las noches, tratando de mantener húmedo para que las personas en situación de calle no se instalen”, señalan desde la municipalidad. También destaca que recientemente se “intervino completa la zona del Puente de los Carros (frente al mercado Tirso de Molina); ahí se retiraron todos los rucos, y se envió la basura y escombros al vertedero”. Pero queda mucho trabajo por hacer.
La actual alcaldesa de San Miguel, Carol Bown, sostiene que el problema de los rucos es un desafío que escapa a la capacidad y recursos de las municipalidades, y detalla que desde que asumió la nueva administración han logrado despejar 210 asentamientos, recuperando 1.076,5 m² de espacio público.
Bown insiste en que la tarea no para: cuenta que “hay 52 retiros programados para febrero”, pero hace hincapié en que “retirar rucos es solo una medida inicial. El verdadero objetivo es consolidar la recuperación del espacio público con una estrategia integral”.
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Desde la Municipalidad de San Joaquín, el alcalde Cristóbal Labra busca “Sembrar el Buen Vivir, una tarea enorme que requiere el apoyo permanente de la comunidad, la decisión de establecer normas y procesos educativos que nos permitan combatir las incivilidades que nos afectan, como el narcotráfico, la toma de las plazas públicas por antisociales, la música a un nivel estridente afectando a los vecinos, el botar reiteradamente basura en las calles, etc.”.
En ese sentido, desde el municipio señalan que han llevado a cabo un proceso de identificación de personas en situación de calle y que han realizado intervenciones en aquellos casos que presenten problemas de salud tanto físicos como mentales.
Frente a la instalación de rucos, detallaron: “La solución de este problema debe implicar un trabajo conjunto entre las autoridades locales, el gobierno central, invitar a las organizaciones de la sociedad civil, los profesionales de la salud y la comunidad en general para generar respuestas adecuadas, respetuosas y sostenibles”.
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