La lucha del Inba por su internado

Inba
El Internado Nacional Barros Arana nació como una sección del Instituto Nacional, en 1819.

El emblemático liceo ha perdido alumnos bajo ese régimen porque el Sistema de Admisión Escolar no ofrece esta opción. Un cambio legal sería su salvación. Actualmente, tiene 72 escolares residentes. Alguna vez contó con más de 500.


En su mejor momento, el Internado Nacional Barros Arana (Inba) llegó a tener hasta 500 alumnos internos, viviendo en sus instalaciones, además de los que estaban matriculados como externos. Pero hoy solo tiene 72 escolares residentes. Y la cifra podría seguir cayendo.

Según su comunidad, no solo influyó el cambio educacional que ha vivido el país en los últimos años, sino que también existe un problema con el Sistema de Admisión Escolar (SAE), plataforma que no permite postular a niños a una modalidad de internado. Y como el proceso es georreferenciado, las familias de regiones no pueden acceder a este liceo sino hasta la etapa complementaria, cuando ya se asignan los primeros cupos.

“Con la complejidad económica que habrá en el país en 2021, nosotros podemos ser una gran alternativa para muchas familias”, dijo hace unos días el rector del Inba, Jaime Uribe, ante la Comisión de Educación de la Cámara, pidiendo apoyo para que no muera el internado.

Lorena Ávalos, presidenta del Centro de Padres del Inba, cuenta que el año pasado tenían 150 internos, pero que esa cifra se redujo con el SAE, lo que les preocupa, porque “nuestras puertas están abiertas no solo para los niños que vengan de regiones, sino que también para las familias que han tenido una caída de sus sueldos y pueden necesitar de este espacio, que ofrece un dormitorio, comida y estudios”.

Pero el problema no lo tiene solo el INBA. En el país hay cerca de 300 colegios con internados, de los cuales al menos seis tienen este mismo conflicto con el SAE. Uno de ellos es el Liceo Bicentenario Carmela Silva Donoso, de Ñuñoa, que en 2011 tenía 250 internas, provenientes de las regiones de Valparaíso, O’Higgins y algunas zonas de Santiago. Hoy, solo tiene 43 alumnas.

“Existe la idea de que el internado es solo para alumnas de fuera de Santiago, pero también es una opción para las familias de la región que quieren educación de calidad y protección social”, dice la directora de Educación de Ñuñoa, Ximena Vivanco.

Cambio legal

Si bien se podría modificar la plataforma del SAE para colocar una “pestaña” que permita la postulación a la modalidad de internado, la solución pasa por un cambio legal, porque la Ley de Inclusión, que creó el sistema, no permite que se reserven cupos para otras modalidades.

El subsecretario de Educación, Jorge Poblete, explica que “los criterios de selección que están determinados por ley no consideran casos como el Inba, con cupos especiales para que alumnos puedan postular a su modalidad de internado. El SAE no permite hacer diferencia entre los cupos regulares y los de internado”.

Agrega que “para dar solución a problemas como este, el Ministerio de Educación presentó en 2019 un proyecto de ley, que en este minuto se encuentra en el Senado, que permite que tanto el Inba como otros establecimientos que se encuentran en una situación similar puedan abrir sus puertas a familias que desean participar de su proyecto”.

El subsecretario se refiere a la denominada “Admisión Justa 2”, un proyecto de ley que impulsó la exministra Marcela Cubillos, que ingresó al Senado y que es distinto del proyecto de Admisión Justa que fue rechazado por la Cámara, y que buscaba reponer la selección.

En el caso de la iniciativa que está en el Senado, el proyecto permite que los colegios reserven el 30% de sus cupos para seleccionar alumnos según sus proyectos educativos, siempre que sea con mecanismos transparentes. Eso ayudaría a los internados y liceos artísticos y deportivos. En total, 907 colegios podrían verse beneficiados.

Última oportunidad

La jefa de Gestión Institucional de la Dirección de Educación de Santiago, Bárbara Soto -quien hasta hace un mes era seremi de Educación de la RM-, cuenta que ya se reunieron con la comunidad del Inba para buscar una solución.

“No vamos a permitir que el internado del Inba se cierre. Haremos todo lo posible e imposible para que siga existiendo, no hay ninguna posibilidad de que desaparezca, porque es una alternativa única para las familias”, dice.

Soto cuenta que ya comprometieron el apoyo del senador Jorge Pizarro (DC), exestudiante del Inba, quien en los años 60 llegó desde Ovalle a este liceo.

Las postulaciones a través del SAE cierran el 8 de septiembre. Pero si el proyecto ve la luz pronto, los internados todavía tendrían una última oportunidad este año para inscribir alumnos. “Tenemos que empujar ese proyecto de ley, y si logra ser aprobado en los próximos meses, el Inba podría incluso ofrecer cupos de internado en la etapa complementaria o en la etapa de regularización, que es en noviembre”, explica Soto.

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