La nueva vía de la fiscalía para abordar la violencia intrafamiliar

A fines del año pasado, la Fiscalía Centro Norte, de la Región Metropolitana, abrió la primera oficina local especializada en temas de género y casos de violencia intrafamiliar (VIF). Se conformó un pequeño grupo, integrado por fiscales mujeres y otras profesionales con experiencia en este tipo de causas, para trabajar de forma exclusiva con víctimas de la violencia de género en los hogares.

"El objetivo es aunar los criterios y las causas por VIF, entregar una atención especializada y decretar las medidas de protección adecuadas", explica la fiscal jefa de esta unidad, Patricia Varas.

Al poco andar, se decidió abordar uno de los temas más sensibles de las causas por VIF: los altos niveles de retractación, que según estimaciones del ente persecutor, se da sobre el 40% de las denuncias por este tipo de maltrato. "Es decir, cerca de la mitad de las mujeres víctimas desisten de continuar con el proceso judicial", afirma Varas. "Sabemos que la retractación se puede dar en cualquier momento, pero no cuáles son las situaciones más delicadas que llevan a retirar la denuncia", agrega.

A partir de esta evaluación, la fiscalía local y el Programa para el Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD), en conjunto con una organización que nació al alero del gobierno británico, el Equipo de Aprendizajes del Comportamiento (BIT por sus siglas en inglés), idearon una investigación que busca elaborar un nuevo protocolo de atención a las víctimas de VIF a fin de disminuir los niveles de retractación en las denuncias.

Según explica la encargada de género del PNUD, Elizabeth Garrido, "el objetivo es elaborar un protocolo de atención específico que probaremos en un grupo de mujeres víctimas, para saber si ayuda a bajar los niveles de retractación de sus denuncias, en comparación con el resto de los casos. Así sabremos si este modelo de atención es el más adecuado para las víctimas".

Esta investigación es guiada por el BIT, entidad que se ha hecho famosa a nivel mundial por aplicar las ciencias del comportamiento en distintas problemáticas. Según Alexandra de Filippo, asesora principal del BIT, "nuestro objetivo es entender el comportamiento de la mujer que hace la denuncia en las distintas etapas del proceso judicial, e identificar las barreras con las que se encuentra, como la complejidad de los trámites, la dependencia emocional y económica con el agresor, el miedo, la incertidumbre sobre cuánto demorará el proceso y muchas otras".

A partir de esta evaluación, la fiscalía podría elaborar un nuevo protocolo de acompañamiento. "Aún no sabemos del todo qué tipos de cambios haremos. Pero ya hemos visto que se hace necesario, por ejemplo, modificar las cartas de citación para hacerlas más empáticas y establecer llamadas telefónicas permanentes para mantener el contacto", afirma la fiscal Patricia Varas. "Además, tendremos que capacitar a los funcionarios para que entreguen mayor información a las mujeres sobre el proceso judicial, sobre las salidas alternativas posibles y las opciones que ellas tienen", agrega.