Las tres claves que marcan los encuentros del Papa con los obispos chilenos
Los encuentros que Francisco ha mantenido con los prelados, que concluyen hoy, han estado marcado por diversos hitos y señales.
Hoy será la última jornada de encuentros entre el Papa Francisco y los obispos chilenos.
Instancia que se dio luego de que el Pontífice recibiera el informe del Charles Scicluna y Jordi Bertomeu, tras ser enviados a Chile a recopilar antecedentes sobre el obispo de Osorno, Juan Barros.
En total cuatro son las reuniones que Francisco destinó para dialogar con los prelados chilenos respecto a las conclusiones de dicho informe.
Una cita que ha sido catalogada como "inédita" por diversos expertos vaticanistas y que podría sentar un precedente respecto a cómo la Santa Sede aborda este tipo de casos en el futuro.
Durante estos tres días se han registrado diversos hitos y claves que han marcado estas conversaciones en el Vaticano:
Hermetismo de los obispos
Previo al inicio de las reuniones con el Papa los obispos Fernando Ramos, secretario general de la Conferencia Episcopal, y Juan Ignacio González, miembro del Consejo Nacional de Prevención de Abusos y Acompañamiento a las Víctimas de la Iglesia, realizaron una conferencia de prensa donde, por cerca de una hora, respondieron a las preguntas de los medios chilenos y extranjeros apostados en el Vaticano para cubrir estos encuentros.
Desde ese momento, la actitud de los prelados ha sido, principalmente, de hermetismo. Algunos religiosos han hablado con los medios, pero de forma escueta y sin ahondar más en lo que han sido las reuniones con Francisco.
Quienes se han mantenido en profundo silencio son los prelados vinculados a Fernando Karadima, evitando todo tipo de contacto con la prensa. Especialmente, Juan Barros, que a diferencia de sus pares está alojado en la Residencia Santa Marta y no en la Casa del Clero.
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Monseñor Santiago silva y Monseñor Fernando Ramos, se refieren a la carta que ha enviado el papa Francisco a los obispos chilenos tras conocer el informe que recibió el Monseñor Charles Scicluna.
FOTO:YVO SALINAS/AGENCIAUNO[/caption]
El rol de Jordi Bertomeu
Tanto en la cita que Francisco tuvo con las víctimas de Karadima, como ahora en el encuentro con los obispos, un religioso ha tenido un rol clave para la coordinación de dichas reuniones: Jordi Bertomeu.
El sacerdote español, quien fue uno de los autores del informe de Charles Scicluna, se le ha visto como un personaje activo y muy relevante en la "trama chilena".
Bertomeu fue el encargado de guiar y acompañar a James Hamilton, Juan Carlos Cruz y José Andrés Murillo cuando el Papa los invitó a Roma para pedirles perdón.
Ahora, en la cita del Pontífice con los obispos, también ha tenido un trabajo importante, ya que se le ha visto en la Casa del Clero coordinando los encuentros.
Prueba del reconocimiento que el Sumo Pontífice ha tenido con su trabajo, fue el título otorgado a fines de abril de Capellán de Honor del Papa.
Hace un par de días, cercanos al religioso español revelaron que está "abrumado" tras tanto interés de la prensa chilena y extranjera hacia su persona.
Hoy, en Roma, declaró que "están pasando cosas muy importantes aquí. Estamos haciendo historia".
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El religioso español, Jordi Bertomeu.[/caption]
Trato distinto
Una situación que ha llamado la atención tanto a vaticanistas como a la prensa en Roma es el trato distinto que Francisco ha tenido con los prelados chilenos y las víctimas de Karadima.
Estos últimos fueron invitados personalmente por el Pontífice, los recibió en su hogar, la Residencia Santa Marta, e, incluso, suspendió su agenda de actividades durante cuatro días para poder reunirse individualmente y en conjunto con Hamilton, Cruz y Murillo.
Situación opuesta al trato que ha tenido con los 34 prelados chilenos, a quienes "convocó" a Roma, lo que ha sido percibido como un "reto" por parte de los expertos vaticanistas.
Los obispos, excepto Juan Barros y Francisco Javier Errázuriz (quienes están en Santa Marta), se están alojando en la Casa del Clero, alejados de Francisco.
El Papa no suspendió sus actividades ni siquiera los religiosos chilenos han acudido a Santa Marta para almorzar con el Sumo Pontífice.
Además, cada uno de los convocados debió costear su viaje al Vaticano, llegando en distintos días a la cita.
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