“No vivía en el sector, lo sacamos de Quilicura para que tuviera una mejor vida y lo mataron acá”.
De esta forma, una mujer, tía de una de las cuatro víctimas fatales de entre 13 y 17 años que dejó la balacera registrada la madrugada de este domingo 14 de julio en la población Raúl Silva Henríquez, manifestó en entrevista con CHV su frustración por el deceso de su sobrino.
Esa madrugada, ella y su familia habían terminado de celebrar un cumpleaños. Las visitas ya se habían ido. En las afueras, su sobrino de 16 años recién cumplidos, que vivía en San Bernardo, nieto de la festejada, compartía con conocidos en el pasaje. Se aprestaban a hacer una fogata y vieron a un automóvil gris rondar.
En minutos, una acción por disputas entre supuestas “bandas rivales” cobró la vida de cuatro menores. El muro azul en el que estaban quedó repleto de agujeros de bala. La mujer dijo que uno de los sujetos que disparó vio a su sobrino tirado y descendió del vehículo para darle el tiro de gracia mientras agonizaba. “Lo voy a rematar para que no hable”, amenazó. Otro familiar lo protegió y evitó que el tirador se acercara, pero ya era tarde, las heridas eran mortales.
“No era de la banda, no vivía aquí, no era un cabro malo. Saludaba con respeto”, señaló la mujer identificada como Jazmín.
Por su parte, en radio ADN Chile, la madre del menor detalló que “llegó un auto y baleó a los niños que estaban ahí en la esquina”.
“Mi hijo estaba ahí, en el lugar equivocado. Estaban jugando Free Fire con sus amigos en la fogatita”, contó.
Tres murieron en el lugar y un cuarto falleció en el Hospital San José durante la tarde.
Los atacantes escaparon. Posteriormente, Carabineros logró ubicar el automóvil utilizado abandonado y completamente quemado.