El martes 16 de mayo se contabilizaron cinco atentados entre La Araucanía y el Biobío; el lunes, otros dos; el fin de semana se contabilizaron -al menos- tres; y el 10 de mayo la Macrozona Sur fue escenario de siete hechos de violencia rural. En el catastro previo a esos días, no hay jornada en que no se haya registrado un incidente de este tipo.
Ese es el estado de alerta que actualmente se vive en la Macrozona Sur, en un año en que ya se cuentan más de 390 hechos delictuales, según los datos que manejan Carabineros y la PDI. Además, se ha advertido una mayor intensidad en los ataques, donde la hipótesis de las autoridades -como Interior y la Fiscalía- apunta en dos direcciones: la realización de audiencias judiciales en que se busca condenar a quienes perpetran actos reivindicatorios y, por otro lado, el manifestarse en contra de la presencia militar en las comunas rurales.
La cantidad e intensidad de los eventos violentos llevó al gobierno a solicitar la renovación del estado de excepción en la zona, donde se cumplió un año desde que el Ejecutivo ordenara la presencia de las Fuerzas Armadas (FF.AA.), entre el Biobío y La Arucanía. En las provincias de la primera están desplegados efectivos de la Armada, y en la segunda, del Ejército.
Aunque la medida ha servido para reducir los delitos -en un 30%- en relación al año pasado, en el gobierno igualmente existe preocupación por este tipo de hechos. “El año 2022 logramos bajarlos y durante el año 2023 seguimos con una tendencia a la baja, pero siguen ocurriendo hechos graves y por lo tanto no podemos bajar los brazos”, señaló el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve.
Entre los hechos graves están, por ejemplo, lo ocurrido durante la madrugada de este 17 de mayo, cuando un grupo de desconocidos quemó tres camiones en Angol. El martes en Quidico, en la Región del Biobío, una casa fue atacada e incendiada por encapuchados, quienes al huir dejaron el siguiente mensaje: “Fuego y bala a los sapos del territorio mapuche. No a las nuevas leyes del Gobierno. Libertad a todos los presos políticos. Fuerza a los peñis de Angol. Fuera yanaconas del territorio”, se lee en el lienzo que botaron en el lugar.
Desde la oposición, en concreto desde la UDI, RN y Republicanos, condicionaron el apoyo a la medida del estado de excepción, pues creen necesario un estado de sitio en la Macrozona Sur o, al menos, extender las facultades de las FF.AA.
El diputado por La Araucanía, Miguel Mellado (RN), señaló que “hay que endurecer las medidas y cambiar el decreto que amordaza a las FF.AA. Los terroristas le tomaron la mano al estado de excepción acotado y se debe dejar que se desplieguen las fuerzas. Se debe terminar con la impunidad”.
Misma postura manifestó la senadora Carmen Gloria Aravena (PR): “Lo que está claro es que no se puedn seguir implementando las mismas medidas, porque no alcanzan, no son suficientes, considerando el nivel de preparación y armamento que tienen estos grupos terroristas”.
Desde el gobierno descartaron decretar un estado de sitio. La ministra Tohá sostuvo que “las herramientas que tenemos hoy con el estado de excepción son suficientes. El problema son las capacidades institucionales, las capacidades de dotación y de equipamiento. Tenemos para sacar el máximo partido de esas atribuciones que nos entrega la ley, no es que la ley nos tenga limitados”.
Finalmente, la extensión del estado de excepción se aprobó en la Cámara por 96 votos a favor, 36 en contra y 3 abstenciones. En el Senado, la medida corrió la misma suerte y se aprobó extender la presencia militar en La Araucanía y el Biobío por 15 días más.
Las nuevas medidas
Pero, además del estado de excepción, y por el recrudecimiento de la violencia rural, el gobierno decretó una “alerta roja” para la Macrozona Sur, lo que se tradujo en aumentar las fiscalizaciones de las FF.AA. en el lugar, en compañía de Carabineros.
Sin embargo, adicionalmente a eso también se dispuso mejorar los tiempos de respuesta en los desplazamientos de las FF.AA. Por ejemplo, el Estado Mayor Conjunto (EMCO), seis bases militares para disponer de personal en zonas rurales a las que cuesta llegar desde el regimiento.
Así se instalaron cuatro en Biobío, en las comunas de Los Álamos, Contulmo, Tirúa y Mulchén. En tanto, en La Araucanía ya están apostados en Lumaco y Capitán Pastene, aunque está en proceso de instalación una nueva base militar, ahora, en Curacautín.
Para eso, se dispuso una avanzada militar, la cual está en proceso de instalación. Se espera que los primeros 45 efectivos militares se instalen durante esta semana, y otros 45, a fines de mes, completando una nueva dotación de 90 efectivos militares.