El viernes, la ministra en visita de la Corte de Apelaciones de Santiago Paola Plaza González accedió a la solicitud realizada por la coordinadora del panel, Gloria Ramírez, para retrasar la entrega del informe preliminar que elaboró el tercer grupo de expertos en la investigación por la muerte del poeta Pablo Neruda.
La instancia que había sido fijada para el pasado 3 de febrero se pospuso para este lunes. En la ocasión el doctor Romilio Espejo, que reside en los alrededores de Chillán, no pudo acudir por la situación de incendios forestales en la zona. Como todos los peritos deben concurrir a suscribir el informe, la actividad debió ser postergada.
Hoy, sin embargo, hubo una nueva postergación de la diligencia. El grupo de expertos no ha llegado a consenso en las conclusiones que deberían ser entregadas al tribunal por lo que solicitó un nuevo plazo. Por otro lado, a la audiencia fijada para hoy no asistieron los peritos internacionales designados.
“Estaban notificados todos los integrantes del panel desde el día viernes. El día viernes se notifica a través de su coordinadora y hoy día también se hizo por el tribunal. Se les notificó a todos los integrantes del panel su comparecencia por el día de hoy a las 11.30, que era la fecha que se había fijado para la entrega de su informe provisorio”, dijo la ministra Plaza.
“Asistió la coordinadora, los abogados de las partes, un representante de la Fundación Neruda y ninguno de los peritos que integran el panel, a pesar de, como dije, que estaban todos notificados. En paralelo ingresó una solicitud al tribunal también de la coordinadora, que representa a los integrantes del panel, de prórroga con un argumento nuevo que no conocíamos hasta ahora, respecto de que no hay consenso entre los integrantes del panel, pero solicitan más plazo, hasta el día 15 de febrero”, agregó la magistrada.
Frente a esto, se accedió a la solicitud de la coordinadora del panel de expertos y se fijó como nueva fecha para la entrega del informe provisorio el miércoles 15 de febrero próximo y se decidió mantener el martes 7 de marzo para la entrega definitiva.
El caso
El anterior grupo de peritos descartó hace seis años que el literato hubiese muerto por cáncer de próstata y descubrió la toxina bacteriana, por lo que se requirió de nuevos análisis para ayudar a llegar a una conclusión definitiva. El experto español Aurelio Luna apuntó entonces contra el documento de defunción y declaró que era “rotundamente cierto, al 100%, que el certificado no refleja la realidad del fallecimiento”.
El tercer panel de expertos del caso se constituyó para dilucidar las circunstancias en torno al hallazgo del costridium botulinum en los restos del poeta.
El caso se inició a partir de declaraciones de Manuel Araya, conductor que trabajó trasladando al poeta en sus últimos meses: “Neruda no murió de cáncer, fue asesinado por la Junta Militar. Lo mataron con una inyección”, afirmó en una entrevista a la revista mexicana Proceso, en 2011. El escritor, importante figura del Partido Comunista chileno, estaba en su residencia en Isla Negra el 11 de septiembre de 1973. Aquejado por el cáncer había dejado su puesto en la Embajada de Chile en Francia meses antes. A la semana del golpe viajó hasta la Clínica Santa María en una ambulancia, junto a Matilde Urrutia y Araya. Quienes lo visitaron lo describieron como un hombre débil, pero no moribundo. Los militares allanaron sus propiedades y su pareja hacía gestiones para partir a México al exilio. El sábado 22 de septiembre ella estaba armando maletas en Isla Negra cuando Neruda llamó por teléfono a la Hostería Santa Elena, muy cerca de la casa, para pedir que le avisaran que su salud había empeorado. Cuando llegó a Santiago, su esposo estaba en un estado febril. Entrada la noche, según las memorias de la viuda, le pusieron una inyección y entró luego en un coma del cual no salió.
Al conocerse la versión de Araya, el abogado Eduardo Contreras presentó en representación del PC una querella para que se indagara un eventual homicidio. El 8 de abril de 2013 se realizó la exhumación de los restos del vate y se realizaron análisis en Carolina del Norte en Estados Unidos y la Universidad de Murcia en España. El primer informe elaborado por el Servicio Médico Legal, indicaba que Neruda efectivamente padecía un cáncer de próstata avanzado con metástasis, pero esas pruebas no permitían establecer las causas exactas de su muerte.