Desde este lunes, los escolares se encuentran en vacaciones de invierno como consecuencia de la medida adoptada por el Ministerio de Educación que, en medio de la crisis por el coronavirus, decidió adelantarlas. Una decisión que ha sido criticada, pues este descanso más bien forzado podría afectar el estado anímico de los estudiantes, especialmente el de los niños.
De ello comentó esta mañana en Hablemos en Off de Radio Duna el ministro de Educación, Raúl Figueroa: “La decisión que hubo que tomar es qué es lo que se iba a interrumpir con el adelanto de las vacaciones: un proceso que es menos efectivo (online) o el proceso presencial, que sabemos que es más efectivo”.
“Nos parece mucho más efectivo interrumpir un proceso incipiente de formación online (...) que no es un ritmo de aprendizaje que se puede comprar con una clase presencial", agregó el titular del Mineduc.
También consideró que es “poco probable” que el 27 de abril se vuelva a las clases presenciales aunque ello “lo determina la autoridad sanitaria en el momento preciso. En el momento oportuno van a informar. Ellos van a informar”.
“Es poco probable que sea el 27 de abril, pero va a ser la autoridad sanitaria (la que va a informarlo)”, recalcó.
Por otro lado, explicó que existe la posibilidad de que en septiembre, para Fiestas Patrias, se contemple la posibilidad de abrir vacaciones para los escolares:
“Es muy probable que se pueda generar un espacio para el descanso. Ahora insisto, esto es muy dinámico”, complementó.
Sesión en Comisión del Senado
Más tarde, el ministro Figueroa participó de una sesión en la Comisión de Educación del Senado. En la instancia, realizada por la red social Zoom, el secretario de Estad reiteró que es “poco probable” que la vuelta a clases sea el 27 de abril y volvió a defender el adelanto de vacaciones.
“Se optó por interrumpir la educación a distancia en vez de interrumpir el proceso de educación presencial. Muchas personas dicen que '(los alumnos) habían agarrado un ritmo, pero ese ritmo no se compara al ritmo de la clases presenciales”, señaló Figueroa.
A su vez, Figueroa dijo que una vez que los alumnos puedan regresar a clases se evaluarán tres aspectos. Un diagnostico integral, una fase de nivelación y una adecuación curricular. “Es importante saber cómo vuelven. No todos van a incorporarse, ni desde el punto de vista emocional, en las mismas condiciones, ni tampoco todos van a haber alcanzado el nivel de aprendizaje respecto a objetivos que son comunes”, sostuvo.
Respecto a la educación no presencial, que es el método que los establecimientos han estado utilizando para mantener las clases, Figueroa dijo que “es importante no perder de vista la inequidad que genera un proceso sistemático de educación a distancia en una realidad como la chilena. Está bien que se promueva y que quien lo pueda hacer mejor lo mejore cada vez más, pero a mí me preocupa que nos empecemos a hacer trampa en el ‘solitario’, de que los colegios que sientan que está logrando sacarle ritmo a la educación semipresencial o a distancia se empiecen a convencer de que los resultados de ese proceso son exactamente igual al de la educación presencial. Lamentablemente, no es así. Y se genera mucha brecha a nivel del país y en los mismo establecimientos, dependiendo de cada familia”.